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La Generalitat reconoce que no reabriría bares y restaurantes si pudiera dar más ayudas económicas

Tres mujeres en una terraza durante el primer día del inicio del primer tramo de la desescalada de la segunda ola por el coronavirus en Barcelona, Catalunya (España).

Pau Rodríguez

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El plan de desescalada iniciado este lunes en Catalunya responde a la urgencia del Govern para abrir algunos sectores económicos que no estaban recibiendo ayudas suficientes como para mantenerse a flote. Lo han dejado claro este jueves distintas voces de la Generalitat, que han reconocido que si hubiesen tenido más recursos para inyectarles, estos negocios seguirían cerrados y se reduciría así el riesgo de contagio cuando todavía las UCI tienen más del 50% de camas, 484, ocupadas por pacientes COVID-19. 

El primero en decirlo abiertamente ha sido el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, en referencia a las ayudas dispensadas en países como Francia. “Si le preguntamos a un restaurador o a un pequeño comercio [francés] si ha recibido algún tipo de ayuda, te dirá que sí. Aquí, no”, ha admitido. “Catalunya no es un país pobre ni un país rico. España tampoco. Y si pudiésemos pagar estas ayudas no estaríamos reabriendo ni ahora ni en ocasiones anteriores”, ha manifestado en una entrevista en TV3.

La desescalada ha empezado esta semana en Catalunya con la fase 1, que incluye la reapertura de bares y restaurantes –con interiores al 30% y terrazas al 100%–, de cines, teatros, salas de concierto y de actividades extraescolares. Todo ello con aforamiento limitado y medidas de seguridad. En estos momentos, y pese a que la segunda ola va a la baj, Catalunya sigue declarando más de 1.000 casos diarios de COVID-19 –este jueves, 1.469– y tiene 1.833 ingresados. 

Tras las palabras de Argimon, los consellers Alba Vergés, de Salud, y Miquel Sàmper, de Interior, han abundado en la idea de que no irían tan rápido en la desescalada si hubiesen podido dar más ayudas a los sectores afectados. “Si tuviesemos recursos es evidente que a nivel sanitario las recomendaciones serían lo más restrictivas posibles”, ha asegurado Samper, que ha añadido: “Como no los tenemo, hay que jugar a este equilibrio entre la cuestión puramente sanitaria y la económica y social”. 

En parecidas palabras se ha expresado Vergés, aunque en su caso ha trasladado la queja al Gobierno central, a quien ha acusado de no aportar ayudas para estos sectores, como sí han hecho, según la consellera, países como Francia o Alemania. “Aquellos que han visto reducida su actividad económica, los que han tenido que bajar la persiana, esos necesitan tener la certeza de que haya ayudas del Estado”, ha reclamado la responsable de Salud del Govern.

De cara a la fase 2, que empieza el lunes 7 de diciembre, Salud e Interior han descartado de entrada adelantar su inicio para favorecer la movilidad del puente. De esta forma, y aunque podría haber cambios, se mantendrá el confinamiento perimetral de fin de semana desde el viernes 4 hasta el lunes 7. Ese día y el martes 8, que es festivo, la población sí podrá desplazarse por toda Catalunya.

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