Joven “exiliado”, vuelve a Barcelona
Algunos jóvenes de Barcelona que, por cuestiones económicas y laborales, han ido a vivir al extranjero en los últimos años, recibirán en vísperas navideñas una postal de un amigo, conocido o familiar que les pedirá que vuelvan a la ciudad. “Deseamos que puedas volver pronto a Barcelona”, se leerá el reverso de las postales. Se trata de una campaña puesta en marcha por el Consejo de la Juventud de Barcelona (CJB) -que agrupa a las entidades y asociaciones juveniles de la ciudad- para denunciar la falta de oportunidades de este segmento de la población.
Los principales destinatarios de la campaña Tornem a Barcelona (Volvamos a Barcelona), sin embargo, no serán los jóvenes en el extranjero, sino el Ayuntamiento, a quien el CJB aprovecha para pedir “un paquete de medidas” para combatir “la emigración laboral juvenil”, en palabras de Albert Claret, presidente del consejo. La batería de propuestas incluye “reforzar” la formación ocupacional y la promoción de la emprendeduría social y el cooperativismo -a través de Barcelona Activa- o una “renta garantizada de emancipación” que sirva de colchón contra imprevistos para los jóvenes que trabajen en precario.
Según han dejado claro en el manifiesto de apoyo a la campaña, “no hay duda de que muchas personas jóvenes deciden irse de la ciudad y del país para buscar fuera las oportunidades que no encuentran aquí”. Se trata, según Claret, de un “exilio”. “No se pueden utilizar eufemismos como 'movilidad exterior', como hace la ministra, se trata de un exilio económico porque se van porque tienen opción”, apunta.
El número de jóvenes catalanes residentes en el extranjero ha aumentado en un 42,46% desde 2009 hasta 2013, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). En estos cuatro años se han registrado 15.000 jóvenes más viviendo en el extranjero. Y en Barcelona, el aumento es del 50%, según el CJB. La tasa de desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años es del 42% en la capital catalana.
Además, desde el CJB denuncian que la tasa de emancipación de los jóvenes barceloneses ha caído a niveles de hace 10 años, y ponen de manifiesto otros factores que les perjudican, como el aumento del precio de las tasas universitarias (como mínimo, un 65%) y la creación de una tasa de acceso a la Formación Profesional.