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El juez exculpa a cinco policías de provocar un infarto a un votante del 1-O porque “se colocó en riesgo” al no irse del colegio

Sirvent, en una imagen de archivo en los juzgados de Lleida en 2019

Oriol Solé Altimira

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El juez de Lleida que investigaba a cinco agentes de la Policía Nacional imputados por provocar un infarto a Enric Sirvent durante su intervención el 1-O en un colegio de la ciudad ha archivado al caso y ha avalado la actuación policial. Considera el juez que fue Sirvent –fallecido por COVID-19 la pasada primavera– quien “se colocó en riesgo” al no irse del colegio pese a saber que la Policía intervendría y concluye que los agentes actuaron “proporcionalmente a la resistencia que encontraban en el gentío congregado” en la escuela.

En un auto, al que ha tenido acceso elDiario.es, el juez destaca que Sirvent “no facilitó la actuación policial” pues en los vídeos que constan en la causa se observa que su mujer “pudo salir sin ser obligada” por la Policía. Por contra, continúa el juez, el herido “consciente o inconscientemente, se encontraba en un lugar que iba a ser objeto de una actuación policial que él conocía pues la misma tuvo inicio mucho antes” de que tuviera un infarto y fuera socorrido por otros votantes. Sirvent fue, junto a Roger Español, a quien la Policía dejó sin visión por una bala de goma, el herido de mayor gravedad del 1-O.

“Esa posición o decisión voluntaria de permanecer resistiendo a la actuación policial lo colocó y se colocó en una situación de riesgo potencial dado el estado de salud y la edad avanzada que tenía a la fecha de los hechos”, abunda el juez, que considera que Sirvent había tenido que irse del colegio al llegar la policía dadas las visitas médicas que había tenido antes del 1-O.

Para el juez, el hecho de que la actuación policial fuera por la fuerza revela “el incumplimiento” por parte de los votantes de los requerimientos de los agentes para que abandonaran el lugar, pues los policías habían advertido de que en caso contrario intervendrían “como finalmente ocurrió, produciéndose los horrible sucesos que evidencia los vicios que consta en autos”, agrega el auto.

Al contrario que la familia de Sirvent, que sostenía que el infarto fue provocado por las patadas y golpes de los agentes, el juez afirma en su auto que efectivamente en los vídeos se observa a un policía dar una “presunta patada”, pero agrega que el golpe “responde más bien a un puntapié con el fin de separar” a Sirvent “o impedir que continuara haciendo fuerza”. Según el juez, la patada no pudo “hacer puntualmente perder la fuerza” a Sirvent ni tampoco “alcanzarle la parte genital y mucho menos su pecho”.

La abogada de la familia de Sirvent ha anunciado este viernes que recurrirá ante la Audiencia de Lleida el archivo del caso. La letrada Anna Llauradó ha criticado al juez instructor por actuar, a su juicio, como sentenciador y ha alerta del peligro de una “sobreprotección judicial” hacia los investigados que puede degenerar en una “carta blanca” a las actuaciones policiales en cualquier acto pacífico. Según Llauradó, la familia de Sirvent ha recibido “con indignación y frustración” una decisión que consideran “injusta”.

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