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El Liceu programa a un tenor apartado en las óperas de Londres y Nueva York por acoso sexual

Vittorio Grigolo, durante una actuación en Valencia en 2010.

Pol Pareja

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El tenor italiano Vittorio Grigolo, apartado desde 2019 de los dos principales teatros de Londres y Nueva York tras un episodio de acoso sexual a una compañera, actuará esta semana en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 

Grigolo representará el papel de Mario Cavaradossi en la obra de Giacomo Puccini Tosca, coproducida por el propio Liceu y bajo dirección escénica del dramaturgo Rafael R. Villalobos. Con las cuatro actuaciones de esta semana, será la segunda vez esta temporada que el teatro barcelonés programe al tenor, después de que participara en Il Trovatore el pasado octubre. 

Desde septiembre de 2019, Grigolo ha sido vetado tanto en la Royal Opera House de Londres como en la Metropolitan Opera de Nueva York. El motivo fueron unos tocamientos indeseados a una compañera al final de una actuación en Tokio durante la gira japonesa de la Royal Opera House. 

Desde el Liceu argumentan que Grigolo no tiene ninguna causa judicial abierta y señalan que durante su contratación el pasado octubre “realizó sus funciones con éxito y sin ningún incidente”. Añaden que se ha contratado al tenor en sustitución de Joseph Calleja, que sufre una “laringitis infecciosa”. La agencia que representa al tenor ha recordado que Grigolo volverá a actuar este año en el escenario donde ocurrieron los hechos en Tokio, en un concierto organizado por el mismo promotor (aunque no con la Royal House Opera).

Los tocamientos de Grigolo en 2019 incomodaron a la integrante del coro y al resto de miembros del equipo hasta el punto de que hubo una discusión entre el tenor y el resto del elenco delante del público mientras se bajaba el telón, según reveló The Sun en 2019. “Los miembros del coro le imploraron que se detuviera y Grigolo discutió vehemente con ellos”, afirmó una fuente al tabloide. 

Cuatro días después de los hechos, Grigolo ya no participó en la actuación final de la gira japonesa de la Royal Opera House alegando una “enfermedad repentina”. La entidad abrió una investigación y suspendió de su elenco al tenor el 24 de septiembre de 2019. Al día siguiente, la Metropolitan Opera de Nueva York se sumó al veto y suspendió sus actuaciones hasta que concluyera la investigación. 

En diciembre de 2019 finalizó la “investigación independiente” de la Royal Opera House, que concluyó que el comportamiento del tenor tanto en el momento de bajar el telón como instantes después fue “inapropiado” y “por debajo de los estándares” que la institución esperaba de su personal y artistas.

La institución también canceló la actuación del artista prevista para verano de 2020 en Covent Garden. Desde entonces no ha vuelto a pisar ninguno de los dos escenarios, considerados ambos entre los más prestigiosos del circuito mundial operístico.

En un comunicado oficial tras su cancelación, Grigolo admitió que había tenido una pelea con sus colegas y pidió disculpas, aunque en ningún momento admitió específicamente haber hecho tocamientos a una compañera. “Reconozco que mi personalidad puede ser muy exuberante a veces, y estoy dispuesto a asegurarme de que lo sucedido no vuelva a ocurrir en el futuro”, señaló.

Grigolo, de 45 años, fue uno de los últimos intérpretes que se vieron salpicados por la ola 'Me Too' que recorrió la ópera, después de las acusaciones de acoso contra Plácido Domingo por parte de numerosas compañeras y el despido del director musical de la Metropolitan Opera de Nueva York, James Levine, por motivos similares (ambos negaron las acusaciones).

Si bien Grigolo ha dejado de actuar desde entonces en Estados Unidos y Reino Unido, sigue interpretando todo tipo de papeles en teatros europeos, japoneses y latinoamericanos. 

Apodado Il Pavarottino tras compartir escenario con Luciano Pavarotti con apenas 13 años, Grigolo es una de las grandes estrellas de la ópera actual. Apasionado de las motos y de los coches deportivos, el intérprete ha cultivado desde sus inicios una imagen de seductor rebelde, hasta el punto de que el director publicitario Bruce Weber le apodó “El chico malo de la ópera” en un vídeo que dirigió para Vanity Fair

“Soy adicto al sexo”, confesó Grigolo en otra entrevista en la edición italiana de Vanity Fair en 2015, en unas declaraciones que después fueron matizadas por su equipo alegando que estaba bromeando. “Es difícil estar conmigo”, añadía. “Creo en la fidelidad, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Me gustan las mujeres”.

“Me gusta vivir al límite”, señaló en otra entrevista a The New York Times en abril de 2019, pocos meses antes de que ocurrieran los hechos que le valieron la cancelación en dos de las principales plazas de la ópera mundial. 

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