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La memoria de un Gaudí desconocido emerge de las cenizas de la Guerra Civil

El actor Luis Altés interpretando a Gaudí en la reproducción de su taller

Sandra Vicente

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Antoni Gaudí tenía claro que su vida terminaría antes de poder acabar su obra cúspide. La Sagrada Familia de Barcelona quedó huérfana en 1926, tras la muerte del arquitecto a sus 74 años. Por ello eran tan importantes las notas, maquetas y observaciones sobre la naturaleza y la concepción religiosa de Gaudí, que inspiraron el diseño del templo. Pero esas pistas, que debían ayudar a sus sucesores a seguir su legado, fueron destruidas en un incendio en la basílica, provocado por grupos anarquistas pocos días después del alzamiento militar contra la República de 1936.

Las llamas devoraron el taller del arquitecto y también la cripta, situada nueve metros bajo el suelo de la sala central, justo al lado de la sepultura de su creador -que quedó intacta. Así, los proyectos y previsiones de Gaudí para la Sagrada Familia fueron reducidos a cenizas, suponiendo un gran problema para aquellos que tenían que seguir la construcción, que solo se había completado en un 10%.

Los arquitectos que aceptaron el reto necesitaron seis años para evaluar las pérdidas, recuperar algunas maquetas y poder seguir las obras. Esta ingente tarea de documentación e investigación habría sido mucho más fácil con la tecnología actual, tal como se demuestra en el documental 'La Sagrada Familia: el desafío de Gaudí', que se estrena este 7 de junio en Movistar+ y que ha creado una reconstrucción digital del taller del arquitecto a partir de fotografías, revistas y testimonios conservados.

Gracias a esta documentación, un equipo de expertos y expertas han recreado la estructura y todo lo que había en el taller. El modelo, en 360º, permite observar detenidamente todos los detalles: desde las enormes maquetas de yeso hasta los periódicos arrugados sobre su escritorio o la bolsa con su almuerzo, colgada de una lamparita. Una imagen muy realista para recorrer los entresijos de esta estancia antes de ser consumida por las llamas.

Esta representación 3D fue usada por el director del filme, el francés Marc Jampolski, quien la proyectó sobre las paredes del estudio donde se grabó la cinta. Esta técnica digital es un innovador aporte académico pero también cinematográfico, puesto que las imágenes del estudio cambian a tiempo real en función del movimiento de la cámara que acompaña a los actores en sus pasos por la sala, generando una experiencia inmersiva.

“El rodaje fue muy interesante y fue increíble ver ese estudio, que es una reproducción totalmente fidedigna. Para los actores era como estar allí”, opina Isabel Raventós, directora general de Atomis Media, productora española participante en la coproducción internacional, en la que también se encuentran equipos de Japón y Francia, así como diversas televisiones como TV3 o Movistar+.

El debate sobre si continuar la construcción

Que los actores pudieran sumergirse en ese universo gaudiniano era uno de los objetivos de los autores del documental, puesto que se quería mostrar una faceta desconocida de Gaudí, escondida tras su fachada de artista. “Interpretar a un genio es siempre muy difícil, porque tiene una doble vertiente, la que tiende a la locura y la humana”, ha apuntado Lluís Altés, actor catalán que se pone en la piel del arquitecto. Este proceso de producción ha llevado a todo el equipo a descubrir facetas nuevas del creador, tanto sobre su carácter como sobre su manera de trabajar.

“Esto nos ayudó a aportar un poco de luz al debate que cuestiona si se tenían que continuar o no las obras de la Sagrada Familia”, apunta Raventós. Hace referencia a las dudas que afloraron hace pocos años, cuando se volvió a reactivar un debate siempre presente en la ciudad. Justo antes de la pandemia -coincidiendo con el inicio de la producción del documental-, el patronato de la Sagrada Familia consiguió la licencia de obras, documento que llevaba pendiente desde hacía 137 años.

Con este permiso, que suponía aportar 4,6 millones de euros al erario público para poder poseer los terrenos edificables, se reabría la posibilidad de construir una escalinata de acceso a la fachada de La Glòria y derruir dos edificios de viviendas para que se viera de manera diáfana. Este proyecto volvió a poner sobre la mesa la duda de si valía la pena derruir hasta 150 viviendas para dar cabida a la nueva fase de la basílica, a la vez que cuestionaba si las obras estaban siendo fidedignas a lo que Gaudí había proyectado. “Hemos aportado elementos nuevos a este debate, explicando la visión que tenía el arquitecto de su obra, quien sabía perfectamente que iban a ser otros los que la terminarían”, aseguran desde la productora Atomis Media.

Un artista internacional

El modernismo de Antoni Gaudí es uno de los símbolos más internacionales de Catalunya y, concretamente, de Barcelona. Sus obras son un signo de identidad de esta tierra y, por ello, los directores del documental tuvieron claro desde el inicio que el hecho de que Gaudí fuera catalán, trabajara en Catalunya y hablara catalán tenía que quedar plasmado en el filme. Ese es el motivo de que todos los actores que participan en la parte ficcionada de la cinta hablen la lengua materna del arquitecto.

“Es un documental que explica más de Gaudí como persona que como genio. Queríamos verle trabajando en su día a día, en ese estudio que desapareció y, por eso, los actores son catalanes y hablan catalán. Nos pareció interesante verle hablando su lengua”, explica Raventós. Este detalle se ha conservado en todas las lenguas en las que se doblará la cinta, que subtitularán las partes en que se hable el idioma original de Gaudí.

Pero este documental no se ha rodado teniendo en cuenta solo al público catalán, sino que se trata de una producción internacional que bebe del interés que genera el arquitecto alrededor del mundo. Un ejemplo de ello lo marca la participación japonesa. La televisión pública nipona, la NHK, cuenta con un equipo permanente en Barcelona que ha ido grabando las obras de la Sagrada Familia, generando un archivo de imágenes que han sido usadas para el filme.

“Este documental forma parte de un trabajo realizado con diversos equipos internacionales que explican los secretos de diversos grandes patrimonios de la humanidad como Versalles o el Vaticano. Y la Sagrada Familia no podía faltar”, resume Raventós. Por ello, esta obra que muestra los aspectos más íntimos del creador temperamental se podrá ver en diversas televisiones del mundo como la cadena franco-alemana ARTE, que ya la estrenó en abril, y llegará también a Japón y Estados Unidos.

Para verla en la televisión pública catalana, TV3, habrá que esperar hasta otoño, puesto que la cadena “le quiere dar mucha notoriedad”, motivo por el cual esperarán a principio de temporada. Mientras tanto, y doblada al castellano, se puede ver en Movistar+, cadena que la estrena este martes 7 de junio, en memoria de aquel 7 de junio de 1926 en que Gaudí fue atropellado por un tranvía, accidente que acabaría con su vida tres días después.

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