Solo una minoría de los menores con COVID-19 lo transmiten a sus familias, según un estudio de Vall d’Hebron
Un nuevo estudio confirma que los niños y niñas no son grandes transmisores de la COVID-19. Todo lo contrario. Sólo un 8% –86 casos– de los 1.081 menores de 18 años con coronavirus confirmado entre el 1 de julio y el 31 de octubre en Catalunya transmitieron la infección dentro de su núcleo familiar, según un estudio elaborado por el Hospital Vall d'Hebron con la ayuda de un centenar de pediatras de Atención Primaria.
Según el estudio, en 783 de los 1.081 casos pediátricos –de 0 a 18 años– diagnosticados de COVID-19 con una PCR positiva que se han investigado, además de 3.515 contactos familiares, se identificó a un adulto de la familia como caso índice, con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 anterior al del menor. El estudio, que también ha confirmado que el 47% de los niños infectados de COVID-19 son asintomáticos, se hizo durante los meses de verano y hasta completar las primeras siete semanas después del inicio del curso escolar tras la primera desescalada y en fase de nueva normalidad.
En una primera parte retrospectiva de este estudio, que se presentó el pasado mes de agosto, se indicaba que un 3,4% de los pacientes pediátricos con diagnóstico de COVID-19 confirmado en Catalunya entre el 1 de marzo y el 31 de mayo. Ese dato, sin embargo, debía enmarcarse en un contexto de confinamiento domiciliario en el que durante semanas fueron solo los adultos los que salían de casa, no los menores, con lo que era mucho menor la probabilidad de que ellos fueran el inicio de los contagios en el hogar.
En esta segunda parte del estudio, en 783 de los casos (72,4% de los casos) se identificó a otro miembro de la familia con PCR o diagnóstico microbiológico anterior a las del menor, o que claramente tenía síntomas de coronavirus diagnosticados antes que el menor y en contacto directo con él. Sólo en 86 casos (8%) se determinó tras el estudio de contactos que el paciente pediátrico había contagiado el SARS-CoV-2 a otros miembros de su familia.
“El estudio prospectivo reafirma que los niños son menos transmisores del SARS-CoV-2 que los adultos en el entorno domiciliario, como ya apuntaba la primera parte, de carácter retrospectivo, realizada con niños diagnosticados del 1 de marzo al 31 de mayo, en pleno confinamiento”, ha resumido Pere Soler, jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Vall d'Hebrón.
“Ahora constatamos que la libre circulación de los niños y el regreso a las escuelas no han supuesto una mayor transmisión del SARS-CoV-2 por parte de ellos. La inmensa mayoría de los pacientes pediátricos analizados han sido casos secundarios, aunque el domicilio es un espacio con una carga de enfermedad considerable y seis de cada 10 convivientes de los núcleos familiares participantes en el estudio han sido diagnosticados de covid con confirmación microbiológica”, ha añadido Soler.
Los investigadores han explicado que este estudio, que será enviado en breve a publicación en una revista científica, se presenta en este momento debido a la situación de incertidumbre generada por la epidemia de la COVID-19 y el retorno de los menores de edad en las escuelas.
El estudio prospectivo también señala que un 47% de los pacientes pediátricos con coronavirus (un total de 506) son asintomáticos y que los síntomas más frecuentes en los menores infectados son fiebre (70,6% de; 406 niños), tos (36,9%, 212 niños), dolor de cabeza (24,5%, 141 niños), fatiga (24,3%, 140 niños) y diarrea (16,3% 94 niños).
“Casi la mitad de los niños y niñas con infección por SARS-CoV-2 son asintomáticos y se ha observado que el número de niños que requieren un ingreso hospitalario por COVID-19 sigue siendo muy bajo”, ha señalado el médico Antoni Soriano, de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría e investigador del grupo de investigación de Infección en el Paciente Pediátrico inmunodeprimido del VHIR.
Sólo un 2,5% de los pacientes pediátricos (27, de un total de 1.072 del estudio) requirieron hospitalización del 1 de julio al 31 de octubre, mientras que en el estudio retrospectivo (del 1 de marzo al 31 de mayo) fueron un 19%. Un total de 118 niños (11%) presentaban comorbilidades u otras enfermedades previas, sin que éstas hayan supuesto un aumento del riesgo de ingreso. El 99,2% (1.006 pacientes) se recuperó totalmente y sólo cinco (0,4%) presentaron secuelas, mientras que no se ha registrado ningún fallecimiento.
“La afectación de la COVID-19 en los menores de edad de Catalunya sigue siendo escasa tras el periodo de confinamiento, con los niños con plena movilidad”, ha valorado la jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Vall d'Hebrón, Magda Campins. “En más de un 70% de los casos, el caso índice u originario del foco de infección del SARS-CoV-2 ha sido un adulto”, ha subrayado Campins, que ha indicado que el núcleo familiar es uno de los principales espacios donde se transmite la enfermedad, con el 62,2% de PCR positivas (2.161) de las 3.515 realizadas en este ámbito.
“Este estudio nos ha permitido ampliar la información sobre el SARS-CoV-2 en el ámbito de la población pediátrica”, ha destacado Juliana Esperalba, del Servicio de Microbiología del hospital e investigadora del grupo de Microbiología del VHIR.
A partir de ahora, ha explicado Soler, los investigadores se centrarán en intentar explicar por qué algunos niños infectan a otros y a adultos y otros no transmiten el virus, así como evaluarán determinados síntomas a la hora de hacer la PCR para distinguirlos de los de la gripe.
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