Jueves 7 de enero de 2016: Diputados y diputadas de la undécima legislatura estamos a punto de comenzar lo que será nuestro cuarto y, quizás, último pleno. Dicen que no durará mucho más de veinte minutos porque sólo hay que votar los ocho senadores y senadoras que deben representar la Generalitat en Madrid. Me siento en mi escaño y descubro que, abajo, tiene un cajón. Si hubiera durado más tiempo como diputada, habría podido guardar un abanico, un rotulador, unos caramelos, un paquete de pañuelos de papel... Ahora serían muy útiles los pañuelos, pienso, porque hace llorar un poco comprobar que habremos sido parlamentarios por un período tan corto.
Dicen que nuestra legislatura ya tiene nombre: la breve. Nos hemos ganado la nominación a pulso: 3 meses y 4 plenos. Y aquí se acaba todo! El que fuera “el voto de tu vida” de una buena parte de la ciudadanía de Catalunya debe de haberse convertido en el fiasco de su vida. Y que conste que no me alegro, porque entiendo la frustración que deben sentir.
La presidenta del Parlament abre la sesión y ocho minutos después, con los senadores y senadoras aprobados por una amplia mayoría, la declara cerrada. Así, sin nada más. Aunque la mayoría tenemos conciencia de que tal vez es la última, no hay despidos, porque hasta que Artur Mas, presidente en funciones, no convoque nuevas elecciones no se puede dar nada por cerrado. Y quién sabe si la CUP y Junts pel Sí nos dan una sorpresa de última hora ...
Sábado 9 de enero de 2016: A las 6 de la tarde del sábado, en el tiempo de descuento del partido -mañana a las 12 de la noche expira el plazo para investir presidente- y cuando ya todo el mundo ha hecho las maletas, la guionista de esta serie de suspenso en que se ha convertido la undécima legislatura consigue superar cualquier previsión: Mas hace una comparecencia donde explica que no vamos a ir a nuevas elecciones. Han pactado con la CUP un presidente, Carles Puigdemont, actual alcalde de Girona. Eso sí, la CUP por su mala cabeza, por sus errores -Mas dixit- ha tenido que firmar un acuerdo que la supedita a Junts pel Sí y en el que -terrible y humillante punto 4- reconoce su culpa.
Una vez más, la guionista sobrepasa cualquier story line de la serie más loca imaginable. Me pregunto, fascinada, si todavía pueden quedar más sorpresas.
Domingo 10 de enero de 2016: De oca a oca, diputados y diputadas de la undécima legislatura estamos a punto de comenzar lo que será nuestro inesperado quinto pleno y, por tanto, después de la legislatura. El señor Puidemont, futuro presidente de la Generalitat, comienza su intervención pidiendo perdón a la ciudadanía por haber tardado tanto en ofrecer una fórmula que respetara el mandato democrático y nítido que recibieron el 27S. Se refiere al 48% del electorado, una cifra más que notable pero claramente insuficiente para iniciar la ruptura con España.
Puigdemont, sin embargo, reitera la hoja de ruta independentista. Y me pregunto, ¿qué harán de todos los ciudadanos que no lo ven de la misma manera?
Comienzan las intervenciones de los diferentes grupos parlamentarios.
Arrimadas, de Ciudadanos, le dice a Puidemont 'Mas' de lo mismo.
Iceta, del PSC, se queja de cómo se están haciendo mal las cosas últimamente en Catalunya. Ay, sr. Iceta, cuánta incomprensión para los guionistas!
Rabell, de Cataluny Sí que es Pot, le reprocha a Mas que haya dado un paso al lado pero sin ir demasiado lejos. Claro, es que los guionistas nos tienen reservada una nueva pirueta para el futuro: el Mas, en próximos episodios, volverá a tener un papel protagonista!
García Albiol, del PP, el señor “sudic” -traducción literal se lo digo- resulta demasiado tedioso para ser escuchado de manera continúa.
Gabriel, de la CUP ... es la última sorpresa que nos tenía reservada la guionista. Gabriel, con su camiseta antisistema y su energía guerrera, nos deja agarrotados con un tono angelical y sonrisas por doquier a los escaños de Junts pel Sí. ¡No puede ser! La han domesticada. Después de esto, declaro completamente perdida lo que me quedaba de inocencia política.
Se acaba el pleno tras las babas de Turull de Junts pel Sí, la réplica del Puigdemont y la votación en la que es elegido presidente con más votos incluso de los que necesitaba. ¡Ay, la CUP!
Y, señoras y señores, comienza la partida.