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ERC confía en mantener a Convergència en el 'no' a Sánchez si no hay referéndum

Gabriel Rufian y Joan Tardà, en una comparencia ante la prensa en el Congreso

Arturo Puente

El globo sonda lanzado este martes por el líder de Convergència en el Congreso, Francesc Homs, que se ha abierto a dar apoyo a Pedro Sánchez en una eventual investidura aunque no se comprometiera a celebrar un referéndum en Catalunya, ha sido respondido por ERC redoblando su firmeza en la línea roja que, teóricamente, comparten. “Con el mismo sentimiento de amistad/solidaridad con que acompañamos a Francesc Homs, decimos que ERC votará 'no' al PSOE si no hay referéndum”, ha zanjado en Twitter el portavoz Joan Tardà. 

Los republicanos confían en poder mantener la unidad del independentismo en esta cuestión gracias a la posición estratégica que tienen sus 9 diputados, necesarios para cualquier suma de PSOE y Podemos que no cuente con Ciudadanos. Según explican fuentes de la formación independentista, el hecho de que ERC no vaya “ni a plantearse” rebajar la línea roja funcionará como elemento de disuasión, para que Convergència no se lance a una maniobra tan complicada como intentar una negociación con el PSOE contando con la abstención de ERC.

El mensaje de Homs ha sido recibido en ERC con escepticismo y cierta perplejidad, y la opinión extendida es que el de Convergència no ha medido las consecuencias de su amago. Así lo demostraría el hecho de que el propio Homs haya salido a desmentirse en las redes poco después de haber lanzado el mensaje. “Sugiero escuchar la entrevista… He dicho bien claro: Si no hay referéndum no podemos votar a Sánchez”, ha contestado el portavoz del grupo nacionalista a varios medios que publicaban la noticia.

Desde el Partit Demòcrata –la antigua Convergència– desmienten categóricamente que esta posibilidad haya estado sobre la mesa en ningún momento hasta la fecha, y consideran que ha habido una mala interpretación de las palabras de su diputado.  “Nada ha cambiado de ayer a hoy en esto, y ya hemos explicado nuestras condiciones”, se limitan a decir desde el partido. 

Convergència lucha no solo contra las palabras de su líder sino contra los diferentes rumores extendidos sobre sus intenciones, ya que no es la primera vez que la cuestión abierta este lunes por Homs aparece en la tortuosa sucesión de intentos de investidura en el Congreso, desde hace casi un año. Durante la fracasada legislatura pasada, desde Podemos se repitió el mensaje de que la suma entre ellos dos podía darle a Sánchez los suficientes apoyos para llegar a Moncloa, para lo que contaba con los votos de los independentistas. Pablo Iglesias llegó a verbalizarlo durante la visita oficial que le hizo al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, el pasado abril, cuando aseguró que no eran los independentistas quienes más problemas ponían a la suma que él impulsaba.

La difícil aritmética que necesita en la nueva legislatura un gobierno de izquierdas, que necesitaría de un acuerdo de, al menos, cuatro fuerzas, hace que ERC se vea en una posición privilegiada. Desde ella, aseguran en público y en privado que dirán 'no' a la investidura mientras no haya un referéndum de independencia, incluso si sus socios optan por bajarse del carro.

El convencimiento de que Homs se sabe equivocado tras sus declaraciones del lunes no impide que, desde ERC, también vean en el movimiento un nuevo intento de Convergència para ponerles en la tesitura de tener que mostrar diferencias. Durante las últimas semanas diferentes representantes del partido de Artur Mas han lanzado cargas más o menos disimuladas contra sus socios en el Govern. La más visible fue la acusación de la portavoz del Partit Demòcrata, Marta Pascal, quien intuyo en los de Oriol Junqueras tentaciones de volver reeditar un tripartito de izquierdas. “Necesitan moverse y llamar la atención por las horas bajas que pasan electoralmente. Nosotros a lo nuestro”, zanja una voz republicana.

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