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La negativa de Puigdemont a ser sustituido fractura la mayoría independentista y bloquea el Parlament

Torrent no convocará pleno hasta que no haya un pacto sobre las suspensiones que garantice las mayorías parlamentarias

Neus Tomàs

Las tensiones entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC no son ningún secreto pero el último episodio vivido en la Mesa del Parlament este miércoles demuestra que la mala relación entre ambos grupos va a más, hasta el punto de que ahora mismo bloquea el funcionamiento del Parlament. Esta vez, el motivo de la discordia no es menor y la disputa tiene como protagonista, de nuevo, a Carles Puigdemont.

Una vez leído el último auto del juez Pablo Llarena, y tras atender las recomendaciones de los letrados del Parlament, el presidente de la Cámara, Roger Torrent, ha propuesto que Puigdemont y los diputados procesados deleguen su voto y sean sustituidos de manera temporal por otros parlamentarios. Pese a que Llarena reclama la 'suspensión' de los diputados, Torrent recurre al concepto 'sustitución' en aras del máximo consenso. Pero la semántica no ha servido para conciliar intereses cada vez más dispares entre los diferentes sectores del independentismo.

La fórmula que defiende Torrent cuenta con el apoyo de ERC, algunos diputados de la órbita convergente, el PSC y los comuns. En cambio, el sector autoproclamado como legitimista, es decir, el más afín a Puigdemont, la rechaza de plano porque en la práctica implica que su líder pierde los derechos como diputado, también el de poder presentarse a una nueva investidura para ser elegido de nuevo president.

Las versiones de cómo se ha llegado hasta este punto son diferentes por no decir contradictorias en función de si se pregunta al equipo de Puigdemont o al del presidente del Parlament. JxCat afirma que el vicepresidente del Govern y dirigente republicano, Pere Aragonès, llegó a un acuerdo el martes, tras la reunión del Consell Executiu, con la consellera de Presidència, Elsa Artadi. En base a ese presunto pacto, se había acordado que se diferenciaría la situación entre los diputados suspendidos presos y los que están fuera, y que se aceptaba que Puigdemont no delegaría el voto.

ERC lo niega y aporta como prueba un mensaje de WhatsApp que Artadi envió la madrugada del martes a un colaborador de Torrent en el que se evidencia que no había pacto alguno. La premisa irrenunciable para los republicanos es que en ningún caso debe alterarse la actual mayoría parlamentaria. Si Puigdemont no se sustituye, los independentistas pierden otro voto (Toni Comín ya renunció a delegarlo), y, por lo tanto, la mayoría se queda al límite de los 68 diputados.

Reuniones y mensajes

Este miércoles a primera hora, antes de que se reuniese la Mesa del Parlament que debía decidir sobre la sustitución de los diputados encarcelados y de los que están en el extranjero (a excepción de Comín porque su procesamiento por rebelión aún no es firme), hubo un encuentro en el que se evidenció que la divergencia entre JxCat y ERC no se podía reconducir.

En ese encuentro participaron, por parte de ERC, el presidente del Parlament y la secretaria cuarta de la Mesa, Adriana Delgado. La representación de JxCat estaba integrada por Artadi, el vicepresidente del Parlament y hombre de confianza de Puigdemont, Josep Costa, el secretario primero de la Mesa, Eusebi Campdepadrós, y el diputado Albert Batet. En la conversación quedó claro que las posiciones eran irreconciliables. Aunque también se evidenció que en el grupo de JxCat empiezan a producirse las primeras fracturas puesto que Campdepadrós estaba de acuerdo con la propuesta que hacía Torrent.

Con la desavenencia sin resolver, se reunió de inmediato la Mesa del Parlament y allí se repitió la división de opiniones en el ámbito independentista hasta el punto que los dos miembros de JxCat, Costa y Campdepadrós votaron distinto. El primero, en contra de la propuesta del presidente del Parlament. El segundo optó por abstenerse. Según varias fuentes presentes en la reunión de la Mesa, Campdepadrós inicialmente se había mostrado favorable a apoyar la propuesta de Torrent y después de que su compañero Costa le enseñase un mensaje en el móvil acabó cambiando su voto y pasó del 'sí' a la abstención.

En la reunión de la Mesa, el representante del PSC, David Pérez, explicitó que la propuesta de sustituir a los diputados presos y a los que no están en Catalunya era una solución temporal, tal y como había argumentado Torrent. Y es una solución temporal porque solo quedaba este pleno antes de las vacaciones. Además, es posible que a la vuelta del verano se haya aclarado el futuro judicial de Puigdemont y ya se sabrá si los presos independentistas han obtenido la libertad condicional.

Los letrados del Parlament intervinieron durante la reunión de la Mesa para avalar la posición del presidente de la Cámara y aclarar que no se puede hacer distinciones entre los diputados procesados y que, por lo tanto, la situación de Puigdemont es la misma que la de los presos. Para que no cupiesen dudas de que ERC no dará su brazo a torcer, Torrent avisó a los grupos que no piensa convocar ningún pleno hasta que se aclare esta situación, lo que en la práctica se traduce en que el Parlament está bloqueado.

La semana que viene volverá a reunirse la Mesa. Además, tal y como estaba previsto, la Diputación Permanente acordará a primeros de agosto la prórroga presupuestaria. Sin embargo, no habrá ningún pleno hasta que se decida qué pasa con la suspensión de Puigdemont. El pleno de esta semana se ha desconvocado y no hay nueva fecha para retomarlo. No se celebrará una nueva sesión hasta que JxCat y ERC encuentren una solución.

Bronca pública

Las tensiones en los despachos se trasladaron a los pasillos y las ruedas de prensa de los portavoces parlamentarios sin ningún disimulo. ERC acusa directamente a JxCat de “mentir descaradamente” y da por “rota” la confianza entre ambas formaciones, mientras que el grupo de Puigdemont reprocha al presidente del Parlament que no respete los acuerdos entre JxCat y ERC.

“Lamentamos y no entendemos la paradoja de ERC de querer suspender obsesivamente al diputado Puigdemont, teniendo en cuenta que la mayoría absoluta del Parlament, con los votos de ERC incluidos, votó investirlo cuando sea posible”, argumentaron a modo de posición oficial en el grupo de JxCat. Este grupo asegura que la sustitución de Puigdemont es una “línea rojísima” que no están dispuestos a traspasar.

El portavoz adjunto de JxCat, Eduard Pujol, ha llegado a reclamar a Torrent que aclare si “defiende la dignidad de los diputados del Parlament o blanquea al PSC del 155”. Pujol ha obviado que, en la votación de la Mesa, Costa (JxCat) ha rechazado que los diputados suspendidos sean sustituidos por otro miembro de su grupo, al igual que los dos representantes de Ciudadanos.

¿Y ahora qué pasará? La eterna pregunta en la que está instalada la política catalana. Los diferentes grupos dan por hecho que no se celebrará ningún pleno hasta septiembre y la duda, aún no resuelta, es si los diputados procesados podrán cobrar o no la nómina del mes que viene. La decisión está en manos de la Oïdoria de Comptes, la máxima responsable de la contabilidad del Parlament. En aplicación estricta del auto de Llarena están suspendidos y, por lo tanto, ya no tendrían derecho a recibir el próximo sueldo aunque como los abogados han presentado recurso se puede interpretar que la suspensión no es definitiva.

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