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Cae una red de falsos hackers que estafó a 400 personas en toda España

Un hacker experto en ciberseguridad, revisa algunos códigos en su ordenador.

ACN

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La Policía Nacional ha detenido a una red de diez falsos hackers por estafar como mínimo a 430 personas que habían contratado sus servicios en todo el país. Los agentes han practicado registros en Barcelona, Girona, Zaragoza, Santa Cruz de Tenerife y las Palmas de Gran Canaria.

En total se han intervenido 40 móviles, 17 discos duros, 3 ordenadores, 5 tabletas y 24 lápices de memoria. Además, han recuperado 176.775 euros que habían sido enviados por las víctimas. En total, los estafadores habrían obtenido hasta 341.000 euros de beneficio a base de extorsionar a las víctimas que contrataban sus falsos servicios como hackers. Los autores han sido detenidos por delitos de estafa, extorsión, descubrimiento y revelación de secretos.

Los investigadores han analizado más de 12.000 anuncios de publicidad engañosa. Los arrestados publicaban anuncios en internet en los cuales ofrecían sus servicios para espiar perfiles de redes sociales o WhatsApp en tiempo real, eliminar deudas pendientes con la Agencia Tributaria, multas de la DGT o cambiar notas en servidores de universidades. Una vez habían contratado los servicios de los supuestos hackers, las víctimas eran extorsionadas bajo amenaza de revelar el trabajo que habían encargado o bien datos sensibles de carácter íntimo.

La investigación es fruto del patrullaje activo hecho en redes sociales y otras fuentes abiertas de información en internet. Los agentes especializados detectaron un auge de anuncios en los que se ofrecían servicios informáticos como por ejemplo espiar perfiles en las redes o eliminar datos de servidores de diferentes administraciones.

Las gestiones hechas por la policía permitieron identificar más de 12.000 anuncios y, asociados a estas, más de 40 números de teléfono, 200 cuentas de correo electrónico y casi 1.300 direcciones IP. Tras un análisis exhaustivo se pudieron detectar cinco focos diferenciados de participación en los hechos y se iniciaron cinco investigaciones independientes con un nexo común, el mismo 'modus operandi'.

Básicamente, los arrestados captaban los clientes a través de anuncios y los exigían el pago por avanzado del importe pactado completo o parcial. Además, bajo el pretexto de cumplir con el encargo, los supuestos hackers pedían datos sensibles, del mismo interesado o de la persona que se pretendía espiar.

Una vez se había enviado la cuantía pactada, el contacto se interrumpía de forma abrupta, pero continuaba si la víctima quería espiar las redes sociales o la mensajería de otra persona o bien solicitaba un servicio de dudosa legalidad. En estos casos, el estafador exigía nuevas cantidades de dinero bajo la amenaza de revelar el trabajo encomendado y les mostraban pantallazos de conversaciones mantenidas.

Aunque las víctimas abonaran las cuantías exigidas, los detenidos seguían pidiendo nuevos pagos. Una vez la víctima se negaba, los falsos hackers cumplían con la amenaza y contactaban con la parte que tenía que ser espiada. Incluso les exigían dinero a cambio de conocer la información completa.

En total se detectaron 21 cuentas bancarias utilizadas por los estafadores para recibir el dinero. De los movimientos hechos se ha podido identificar 430 víctimas y cuantificar el lucro derivado de la actividad en 341.000 euros.

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