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Dos de cada tres trabajadores de la hostelería están afectados por un ERTE en Catalunya

Unos turistas empujan sus maletas en la Rambla de Barcelona

Arturo Puente

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La sangría de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) alcanza ya a 625.356 trabajadores en Catalunya, casi un cuarto del total, pero está impactando de forma desigual dependiendo del sector o el territorio. Según los datos de la Generalitat, los despidos temporales se ceban especialmente con la hostelería, donde el 63,6% de los empleados está afectado, casi 130.000 personas. El industrial es el segundo sector con más expedientes, con casi 115.000 trabajadores bajo un ERTE, aunque en su caso representan un porcentaje menor, por debajo del 25% del empleo que representa.

La llamativa cifra de la hostelería, que es uno de los motores de la economía catalana, se explica debido a que el cierre de los servicios de comidas, bebidas y alojamientos se decretó desde el 16 de marzo, y por tanto dos semanas antes que el paro del resto de la actividad no esencial. Además en la hostelería no hay apenas servicios mínimos, por lo que el frenazo fue casi total desde el primer día.

Otros ámbito muy afectado por el hundimiento de la actividad económica es el comercio, donde también se registran en torno a un 25% de trabajadores afectados por ERTE. En este caso además las cifras son muy asimétricas cuando se baja al detalle de los subsectores: según las cifras oficiales, cerca de la mitad del personal dedicado a la venta y reparación vehículos a motor está afectado por un expediente temporal de empleo, 23.429 en total. En el comercio minorista, los trabajadores en ERTE son 50.740, pero esta modalidad emplea a más de 250.000 personas en Catalunya.

Para el secretario general de Trabajo y Asuntos Sociales, Josep Ginesta, las cifras tan desiguales tienen que ver con qué sectores de actividad han sido paralizados, que son los que sufren el impacto directo del frenazo. “El Decreto de Estado de Alarma cierra las persianas de la mayoría de trabajadores y por tanto, cuadrará mucho en número de afectados finales”, indica. Con todo, el responsable de Trabajo alerta de que los números ofrecidos son los iniciales solicitados por las empresas, a las que la Generalitat les reconoce el ERTE por fuerza mayor, pero que no necesariamente tienen que corresponder con los trabajadores que finalmente se vaya a casa una temporada. 

Otros de los ámbitos que ha dejado cifras más altas son la educación, con un total de 32.580 afectados, y la sanidad, con 18.438. Pese a que estos sectores podrían sorprender por tener la consideración de servicios esenciales, sobre todo el relacionado con la salud, se trata de empresas que ofrecen servicios complementarios y, por lo tanto, sin relación directa con el sistema público de educación ni relacionados con los servicios hospitalarios.

Automoción y textil, la industrias peor paradas

En cuanto al sector secundario, las fábricas que han dejado más empleos bajo un expediente temporal durante son la de automoción y la de fabricación de tejidos y calzados, que aún tiene un gran peso en Catalunya. De las empresas dedicadas a la fabricación de vehículos, como Seat o Nissan, un total de 31.285 trabajadores han sido afectados por un ERTE. A esto hay que sumarle el golpe indirecto sobre la industria auxiliar de los gigantes automovilísticos, más difícil de calcular. Solo en componentes electrónicos se han perdido casi 3.000 empleos.

Mientras, el sector textil ha visto como desaparecían 14.146 puestos de trabajo, entre la industria de tejidos, la confección de prendas y las empresas dedicadas a la fabricación del cuero y calzado. Además, otros 14.300 trabajadores de la industrias del metal y la metalurgia han perdido también su empleo de forma temporal.

Zonas turísticas e industriales

En consonancia con el impacto desigual por sectores, también hay diferencias en la afectación de la crisis del coronavirus entre las diferentes zonas catalanas. Las comarcas muy centradas en el sector servicios y, concretamente, en el turismo, obtienen cifras más altas de afectados por regulación temporal de empleo. La peor es la comarca del Garraf, donde hasta el 40% de sus trabajadores han sido enviados a casa, seguido por el Alt Empordà, con un 38,5%.

Cifras similares arrojan el Baix Penedès o la comarca vinícola de Anoia. Otra de las zonas con fuerte impacto es el Baix Llobregat, una de las comarcas más industriales de Catalunya, donde más del 30% de los empleos han quedado bajo ERTE. 

Teniendo en cuenta que la administración pública y los servicios sociales apenas se han visto afectados por la paralización económica, las zonas urbanas obtienen mejores resultados. El Barcelonès mantiene el pulso laboral, con expedientes laborales por debajo del 20% de los trabajadores. También el resto de capitales provinciales, Tarragona, Lleida y Girona, se sitúan en cifras menores respecto al resto del territorio.

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