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Trapero reaparece con críticas al Govern: “Intentaron apartarme pero no lo hicieron porque tengo mis derechos”

Trapero, junto a la presidenta de la Comisión de Estudio sobre el Modelo Policial, Dolors Sabater

Oriol Solé Altimira

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La comisión del Parlament sobre el futuro de los Mossos d'Esquadra ha viajado al pasado este viernes. Comparecía el major Josep Lluís Trapero, seguramente el jefe policial más popular de la historia reciente. En teoría, para pronunciarse sobre el mecanismo independiente de control de la policía que baraja crear el Govern. La intervención del major se ha convertido en un ajuste de cuentas con el Govern que lo defenestró y en especial con ERC y el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena.

La sesión parlamentaria ha servido para constatar –si es que había alguna duda– que las cosas entre Trapero y Elena no terminaron nada bien. El conseller decidió cesar al major como jefe de la policía en diciembre de 2021, apenas un año después de su restitución tras ser absuelto en la Audiencia Nacional. Su sustituto, el comisario Josep Maria Estela, no ha durado ni un año: Elena también lo destituyó por falta de sintonía política. Ahora al frente del cuerpo está el comisario Eduard Sallent, enfrentado desde hace años a Trapero.

Cuando Interior decidió cesar a Trapero no tenía decidido el nuevo destino del major. Al final la conselleria terminó por enviarlo a la jefatura de la División de Evaluación de Servicios. Un episodio que le han recordado varios grupos y al que ha querido referirse el major. “A mi no me han apartado. Intentaron apartarme de la estructura del cuerpo, pero no lo han hecho porque tengo mis derechos y los hice valer”, ha respondido Trapero a los diputados.

Sin mencionar explícitamente al conseller Elena, Trapero ha apuntado a que desde el departamento le querían situar fuera de la estructura de mando del cuerpo y que se dedicara “a hacer informes como una suerte de vividor”, a lo que él se negó. “En otros ámbitos esto puede funcionar, pero conmigo no funciona. Exigí que se me tenía que dar un sitio en la estructura de mando y allí estoy”, ha sentenciado Trapero.

La enmienda de Trapero a la gestión de Elena ha sido total. El major ha enviado un torpedo a la línea de flotación argumental de la conselleria al cargar contra la teórica “pluralidad” y la jerarquía “coral” del cuerpo por la que aboga el departamento. Un modelo que –a nadie se le escapa– resulta opuesto al jerárquico y con mucho peso del major en su etapa al frente de los Mossos.

Para Trapero “una toma de decisiones plural puede camuflar quién toma realmente las decisiones”. No ha mencionado nombres el major, pero entre varios grupos políticos esa frase se ha entendido como una referencia a que Interior ha dado el mando total de los Mossos al comisario Sallent y lo ha querido enmascarar con una prefectura supuestamente coral y con más presencia de mujeres comisarias.

“Los Mossos se organizan jerárquicamente y no mandan en ellos cargos de confianza ni personas que no forman parte de la prefectura”, ha abundado el major en otra velada referencia a las injerencias políticas del departamento en el cuerpo. Con todo, Trapero ha añadido que las injerencias políticas “no son de ahora”. “Si el profesional no lo permite, no hay intromisión, pero puede pasar que te cesen”, ha agregado. Sobre la sala del Parlament flotaba la demanda que ha interpuesto el intendente Toni Rodríguez, cesado al frente de la unidad anticorrupción tras denunciar injerencias políticas en la etapa del conseller Miquel Buch (Junts).

Por si había alguna duda, el major se ha mostrado en contra del mecanismo independiente de control policial que tienen algunos países y por el que abogan grupos de izquierda y defensores de los derechos humanos. A su juicio, esa función la puede seguir haciendo la propia policía a través de la unidad de Asuntos Internos. Según el major, el trabajo de esa nueva institución sería “poco riguroso”.

“Confío en el trabajo que hacen los Mossos, no regalo a otro una bondad gratuitamente que le quito al cuerpo. He visto casos de empresas externas en que al final son los Mossos los que acaban haciendo el trabajo, mientras otros cobran”, ha zanjado. Un ejemplo de lo que siempre ha sido la obsesión de Trapero: blindar el trabajo policial y defender la profesionalidad del cuerpo. Le pese a quien le pese.

Advertencia de la Fiscalía

Ha sido tal la carga de profundidad de las palabras de Trapero que ha quedado en segundo plano una intervención muy relevante ante la comisión del teniente fiscal de la Fiscalía Superior de Catalunya, Pedro Ariche. El número dos de la Fiscalía de la comunidad ha criticado sin ambages los “cambios constantes” de los últimos tiempos en los Mossos d'Esquadra y ha rechazado cualquier tipo de injerencia política en las investigaciones.

“Causa perplejidad el cambio continuo de la dirección de la policía, ya que implica cambios continuos de interlocutores y cambios de proyectos. Pedimos cierta estabilidad a los mandos de los Mossos”, ha reclamado Ariche.

El fiscal también ha tildado de “inadmisibles” y ha rechazado “injerencias de ningún tipo” en los responsables de las investigaciones de la policía judicial. Ha recordado que estos agentes dependen orgánicamente de jueces y fiscales, y que ni sus superiores jerárquicos, ni cargos del departamento de Interior u otros políticos, “como ha sido el caso”, pueden pedirles información.

En su última intervención, Ariche ha revelado que se ha enterado por la prensa del nuevo protocolo sobre desahucios presentado este jueves por los Mossos, pese a que Elena había asegurado que el documento estaba “validado” por la Fiscalía. Pero Ariche no ha querido crear polémica y ha mostrado voluntad constructiva: “Seguro que podremos trabajar para mejorar el documento”.

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