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El futuro incierto del nuevo Hospital de Toledo

Foto: EUROPA PRESS

Alicia Avilés Pozo

Es la gran obra sanitaria de Castilla-La Mancha. El proyecto para la construcción del nuevo Hospital de Toledo, firmado entre el consejero –ahora saliente- de Sanidad, José Ignacio Echániz, y los empresarios adjudicatarios en el mes de marzo, cuando se apuraban los últimos meses de legislatura, está ahora rodeado de incertidumbres. Desde que la obra pasara a manos del Gobierno de María Dolores de Cospedal en esta legislatura ya casi agotada, el tira y afloja entre PP y PSOE ha sido constante. Primero fue la paralización de las obras que la Junta decretó en 2012, que se mantuvo en firme hasta el pasado mes de febrero, tras desestimar los tribunales  el último recurso  del Taller de Arquitectura Sánchez-Horneros, anterior dirección facultativa de la obra, contra la nueva contratación. Entonces, el Gobierno regional vio vía libre para retomar las obras, mediante la escenificación de un acuerdo que, entre otras cuestiones, permite la privatización de los servicios del complejo hospitalario de Toledo en los próximos 30 años.

Echániz fue el encargado de anunciar por todo lo alto el pasado mes de julio el reinicio de las obras y de anunciar el inicio del proceso de su licitación. Los pliegos para la construcción fueron publicados un mes después y una única oferta, la de OHL, Acciona y ACS, fue la que finalmente salió adelante.  El consejero también detalló en su momento que el proyecto total suponía un coste de 1.750 millones de euros, 100 millones menos que lo presupuestado, si bien el anuncio de formalización del contrato publicado en el Diario Oficial fijó finalmente esta cuantía en 1.947 millones de euros, de la cual tan solo 300 millones, un 15,4% de la inversión se  destina  a las obras.

El resto es el grueso de la adjudicación que se destinará a la privatización de los servicios de ocho centros sanitarios: todos los hospitales de la capital toledana, incluido el nuevo que se construya, junto con los Centros de Especialidades de Diagnóstico y Tratamiento de Toledo, Illescas, Ocaña y Torrijos, pertenecientes a esta área sanitaria.

“El auténtico negocio para la empresa” fue la crítica socialista al hacerse público el pliego de condiciones para el Hospital de Toledo, una denuncia a la que se sumaron otros partidos tras conocer la variación que significó respecto al  Anteproyecto que se había sometido a información pública en un  principio. “Hospital sí, pero así no”, fue el llamado de Izquierda Unida al conocerse el contenido del mismo.

La puesta de largo que Echániz quiso plasmar ante las cámaras el pasado mes de marzo se ha visto enturbiada en los tres últimos meses por diversas irregularidades y confusiones en torno a los trámites formales que deben seguirse en este tipo de procesos. Lo que desde la Junta se ha intentando vender como un supuesto intento del Ayuntamiento de Toledo (gobernado por el PSOE) de ralentizar el proceso, esconde sin embargo otras cuestiones que han salido a la luz conforme se han conocido los trámites a seguir.

La ceremonia de la confusión y la precipitación en torno a la gestión y la puesta en marcha de las obras comenzó con la  propia solicitud de licencia registrada en el Consistorio municipal, realizada a nombre de la UTE ‘Nuevo Hospital de Toledo’, pero con una firma individual abajo cuyo correo era de la empresa OHL, tan solo una de las compañías que componen esa unión temporal que ratificó con la Junta el contrato de inicio de las obras. No aparecían en el documento ni Acciona ni Desarrollo de Construcciones Viarias Dos, del grupo ACS, las otras integrantes. Este permiso se solicitó además sin seguir los pasos obligatorios al tiempo que Echániz “suplicaba” al entonces alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, su ayuda para esta licencia como si fueran las obras definitivas,  y no una obra menor como era el caso.

Olvidaba así que según el pliego de prescripciones administrativas, la concesionaria dispone de dos meses para redactar el proyecto de ejecución de la obra y de otro mes como máximo para la firma del acta de replanteo que dé inicio a la misma, que requiere de licencia municipal. A partir de ese momento, se abre un plazo de 18 meses para concluir las obras, es decir, no terminarían hasta finales de 2016, principios de 2017.El propio consejero se encargó también de recordar en varias ocasiones que si un futuro Gobierno modificaba las condiciones del contrato, tendría que indemnizar a los empresarios.

Ya se han cumplido los plazos para la presentación de proyectos de ejecución y propuestas de coordinación

El caso es que esos primeros plazos ya se han cumplido. Según el pliego de condiciones, ya tendrían que estar presentados al Servicio regional de Salud (SESCAM) el proyecto de Actuaciones Previas para el nuevo hospital, el de Ejecución de Urbanización y Edificación, y del Helipuerto; así como las propuestas de coordinación con el equipamiento médico, de mobiliario general y clínico, de dotación de elementos activos. Se trata de obras completas susceptibles de redacción por fases y cuyo plazo puede ampliarse si el SESCAM realizara correcciones.

Hay que tener en cuenta que Podemos ha incluido en las 13 condiciones para apoyar la investidura de García-Page recuperar la externalización de los servicios sanitarios, y esa es una de las medidas contempladas en el pliego de condiciones del nuevo hospital: la privatización  de determinados servicios una vez finalizadas las obras y durante treinta años

Hasta el momento, desde el Gobierno regional en funciones no hay noticia alguna, pese a las consultas realizadas por este medio, sobre si estos plazos se han cumplido o no, o sobre si se ha realizado algún tipo de modificación en el caso de que los proyectos hubieran sido presentados, lo que aumenta las dudas que sigue suscitando el futuro del hospital.

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