Un estudio de la UPV advierte de los riesgos laborales de la IA generativa: estos son los trabajos más amenazados

La llegada de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) podría acentuar de manera alarmante las desigualdades laborales y poner en una situación aún más precaria a los trabajadores más vulnerables si el ámbito público no interviene con políticas adecuadas. Esta es la firme advertencia lanzada por un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (UTAMED). Su análisis, desarrollado en el marco del proyecto OdiseIA y Google cAIre, buscó comprender el impacto social y ético de la IA en el mercado laboral para poder proponer estrategias justas.

La investigación ha desvelado que la amenaza de la IAG se extiende más allá de los riesgos tradicionalmente conocidos. Por un lado, se identifica una ampliación de la brecha digital que afecta especialmente a las personas mayores. Por otro, los jóvenes que se incorporan al mercado laboral se encuentran en una situación de riesgo por ocupar puestos fácilmente automatizables o por carecer de la formación necesaria para utilizar estas nuevas herramientas. Además, el estudio apunta hacia una nueva forma de vulnerabilidad económica: aquellos que no pueden acceder a las versiones profesionales y de pago de las aplicaciones de IA generativa, quedando en clara desventaja competitiva.

El análisis de la UPV y UTAMED profundiza en los sectores más expuestos. El equipo ha podido determinar que los profesionales de los videojuegos, la ilustración y la traducción son los que manifiestan sentirse más directamente amenazados por la IAG, ya que temen la sustitución de sus funciones por herramientas automatizadas, las cuales, curiosamente, aún carecen de un control de calidad riguroso.

Los trabajos que consideran la IA un apoyo valioso

En contraste, el impacto en otros ámbitos creativos es percibido de forma diferente. Sectores como la música, la arquitectura, el diseño o el audiovisual ven la IA más como un apoyo valioso en etapas concretas de su proceso creativo, en lugar de una amenaza directa.

En este panorama, los profesionales de la comunicación destacan por su mejor adaptación, integrando herramientas como ChatGPT, Gemini o Perplexity para tareas de documentación y síntesis, mientras que otras aplicaciones como Adobe o Canva ya incorporan la IA en sus procesos consolidados.

Ante este panorama, la profesora María de Miguel, coordinadora del estudio en la UPV, subraya que “el desarrollo tecnológico debe ir acompañado de medidas sociales que eviten la exclusión”. El estudio concluye exigiendo un enfoque ético y centrado en las personas, instando a los responsables políticos a garantizar la transparencia sobre cómo se toman las decisiones en los procesos de IA generativa y la formación adecuada para todos los trabajadores. Según los investigadores, es fundamental un liderazgo ético para garantizar que la IA sea una herramienta de bienestar colectivo y no un instrumento de marginación.