Juzgado un joven por abuso sexual en un congreso de las juventudes del PSPV
La sección tercera de la Audiencia Provincial de València ha juzgado este miércoles a un joven acusado de un presunto abuso sexual contra una compañera de las juventudes socialistas en un congreso celebrado en El Puig (València) el 18 y 19 de noviembre de 2017. La joven, de 21 años en el momento de los hechos, ha declarado protegida por una mampara y ha relatado que tras haber bebido por la noche en una discoteca volvió junto a otros amigos en un autobús al hotel donde se alojaban. Dos amigos de la chica y el acusado, al que no conocía previamente al ser de agrupaciones distintas, la ayudaron a subir a la habitación, donde la dejaron tumbada de lado.
El acusado se dejó la chaqueta y pidió a la compañera de habitación la llave para recuperar la prenda. Cuando unos diez minutos después la compañera de habitación logró acceder a su cuarto, se encontró al acusado tumbado boca arriba en el suelo, junto a la cama. Logró evacuarlo a su habitación y a la mañana siguiente cuando las dos jóvenes se despertaron, la denunciante se dio cuenta de que tenía la ropa interior bajada y empezó a recordar que notó a un hombre penetrándola, mientras estaba tumbada, que le preguntó si le había gustado.
La joven, muy nerviosa y acompañada de una amiga que ha declarado como testigo, acudió a una farmacia para tomar una pastilla del día después, a un ambulatorio y de allí a un hospital donde fue examinada. El acusado ha reconocido que volvió a la habitación a buscar su chaqueta pero ha asegurado que resbaló y quedó tumbado al lado de la cama, tal como lo encontró la compañera de habitación al acceder diez minutos después. No llegó a tocar a la chica “en ningún momento”, ha declarado.
En la vista ha declarado también el responsable de la agrupación local en la que militaba el acusado, que fue uno de los militantes que ayudó a trasladar a la chica hasta su habitación. El joven ha declarado que, al día siguiente de los hechos, convocó al acusado para pedirle que se diera de baja de la organización. “Tomé esa decisión porque no podíamos permitir estos hechos”, ha dicho ante el tribunal. El acusado accedió a abandonar la militancia y negó que hubiera mantenido relaciones sexuales con la joven, que ya no milita en las juventudes socialistas.
En una declaración en la fase de instrucción, el mismo testigo aseguró que el acusado le dijo en otra conversación posterior que había recordado que sí que mantuvo relaciones sexuales con la joven pero que fueron consentidas. Sin embargo, en la vista de este miércoles el joven no recordaba haber declarado tal cosa aunque se atiene a lo dicho. El testigo ha incurrido en algunas contradicciones que ha achacado al tiempo transcurrido desde su primera declaración en fase de instrucción.
La perito que analizó la credibilidad del testimonio ha declarado que la joven narraba fragmentos de la noche muy separados y ha explicado que al no tener clara la vivencia de la presunta agresión sexual debido a su estado de embriaguez, no tiene estrés postraumático. La joven ha dicho en su declaración que tras la presunta agresión sexual tuvo miedo a los hombres y evitó situaciones sociales como cenas o fiestas en las que hubiera más varones que mujeres.
El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de siete años de prisión por un delito de abuso sexual al considerar que teniendo en cuenta el estado de embriaguez de la joven, “no podían ser relaciones sexuales consentidas”. La fiscal ha concluido, a pesar de mantener la solicitud de pena, que el testimonio de la joven “es más que cuestionable” (también se ha referido a las contradicciones de otro testigo) y ha instado al tribunal a valorarlo.
El letrado de la joven, por su parte, considera que se ha acreditado el abuso sexual y que el acusado permaneció el tiempo suficiente en la habitación como para que se hubiera producido la agresión. La joven, argumenta su letrado, actuó al despertarse “como una persona que ha sufrido una agresión sexual”.
El abogado del acusado ha pedido la absolución del joven y ha argumentado que es imposible que en el lapso de tiempo en que permaneció en la habitación pudiera agredir sexualmente a la joven. “No hay ningún indicio de que hiciera cualquier abuso sexual”, ha concluido.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
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