Siempre hemos estado aquí… ¿Nos ves?

Las personas voluntarias hemos pasado desapercibidas a lo largo de los años, aunque siempre hemos estado presentes, en los momentos buenos y en los no tan buenos. A veces, da la sensación de que somos invisibles para el resto de la sociedad, para los medios de comunicación o para el poder político. Sin embargo, si te detienes un instante a observar tu alrededor, verás que estamos por todas partes.

Siempre hemos estado aquí, dedicando nuestro tiempo a los demás, a las personas menos afortunadas y a las que más nos necesitan. Una tarea colosal que llevamos a cabo de forma altruista, silenciosa y comprometida para hacer de la sociedad valenciana, y también del mundo en general, un lugar mejor donde vivir.

Siempre hemos estado aquí, defendiendo y reivindicando los valores que impregnan el voluntariado, como la igualdad, la justicia social, la solidaridad, la participación, la sostenibilidad y la fraternidad. Son estas ideas las que guían nuestra acción diaria y sustentan nuestro compromiso con un futuro diferente, mejor.

Siempre hemos estado aquí, ayudando a las personas allí donde la Administración no llega, también durante la pandemia. Mucha gente no lo entiende: invertimos nuestro tiempo libre, realizamos un esfuerzo importante y todo ello sin recibir nada a cambio, más allá de saber que estamos aportando nuestro pequeño grano de arena. Pero esa sensación es la mejor recompensa. Quien lo ha vivido, lo sabe.

Siempre hemos estado aquí, creyendo que desde la acción individual es posible cambiar las cosas, hacer de este mundo un lugar más amable, justo e igualitario. Y, por ello, seguimos pidiendo desde nuestras entidades a las instituciones públicas que apoyen a las asociaciones que trabajan de forma voluntaria por el bienestar de todas y todos, que destinen recursos públicos para llevar a cabo nuestro trabajo de forma digna y que reconozcan la aportación que hace el voluntariado a la sociedad.

Vivimos en un mundo cada vez más individualista, donde muchas personas solo persiguen sus intereses y el yo se convierte en el eje sobre el que gira nuestro mundo. Por eso, se debe reconocer y visibilizar nuestro esfuerzo, el esfuerzo de voluntarias y voluntarios que, desinteresadamente, trabajamos para construir un mundo mejor desde un compromiso personal, con solidaridad, altruismo y empatía. Solo así podremos sumar a más personas a este movimiento global, amplificar nuestro impacto y conseguir los cambios que queremos para nuestro presente y nuestro futuro.

*Andrea Gigante, responsable de Participación del Consell Valencià de la Joventut, e Irene Peris, vicepresidenta del Consell Valencià de la Joventut