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CV Opinión cintillo

En ocasiones veo PAIs

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Tras el rechazo de la propuesta del PAI de Benimaclet presentada por Metrovacesa, el Ayuntamiento de València ha encargado un nuevo planeamiento que incluya todo el barrio para aportar una solución global, que aborde todos los temas pendientes y que nazca de las necesidades del mismo.

Todavía no se ha dibujado ni una línea, pero ya hay quien ha decidido que la solución no le gusta. Al parecer, al mirar el papel en blanco se le aparecen imágenes de PAIs que nadie ha propuesto todavía. Y han decidido que de las infinitas posibilidades de diseño que hay, no les gusta ninguna que no sea la suya. Una mala forma de enfocar un trabajo colectivo, no solo con el Ayuntamiento, sino con el resto de asociaciones y colectivos del barrio.

Necesitan construir un relato en el que ellos sean los buenos y el resto los malos. Para ello utilizan la simplificación del mensaje, un mensaje en el que no caben matices. Eslóganes cortos, repetidos una y otra vez para que calen entre la multitud. A ello se le suma la lucha contra un enemigo único: Sandra Gómez. Da igual que la revisión del planeamiento y sus directrices hayan sido votadas por el gobierno municipal al completo, ya han escogido su diana. Y de paso, se señala a los medios de comunicación que no difunden su mensaje como poco profesionales o vendidos. Podéis estar tranquilos, Trump no se ha mudado a Benimaclet.

Lo más curioso es que se señala como traidora a la persona que ha anunciado que su propuesta incluirá las necesidades de todas las personas que viven en el barrio. La que propone que la solución compatibilice la necesidad de un gran parque urbano que haga de transición entre la huerta y la ciudad, la existencia de los huertos urbanos, la rehabilitación de las alquerías y el mantenimiento de acequias y caminos, que contenga las dotaciones que el barrio necesita, que ofrezca vivienda pública de alquiler asequible… Pero lo más grave es que no se señala a una única persona. En el barrio ya hay gente que tiene que soportar que le llamen esquirol por tener una visión diferente del barrio frente a los que quieren implantar un pensamiento único. El conmigo o contra mí. Los que quieren hacer creer que pensar como ellos es pensar “como todo el mundo”.

Y por si todo ello fuera poco, se organizan manifestaciones de apoyo a gente que se salta la ley para okupar terrenos que no son suyos, para robar agua a los regantes de la acequia de Mestalla, o lo que es peor, utilizar la violencia contra la propiedad privada. Por lo visto, depende de quién sea la propiedad, la violencia puede estar justificada.

Hay que ser muy consciente del peligro de asumir como propia la idea de que el fin justifica los medios. Ningún fin puede justificar saltarse la ley, mucho menos el uso de la violencia. Y qué decir si el fin es además imponer tu visión única de cómo ha de ser el barrio. Ante un panorama de auge de la ultraderecha, normalizar que la ley es opinable si tú crees que tu fin es el más justo puede volverse en contra de todos, y las consecuencias pueden ser muy graves. ¿Con qué autoridad exigirían responsabilidades ante ese escenario los que hoy hacen suyos esos argumentos? ¿Cuál sería la diferencia entre unos y otros?

Benimaclet es un barrio diverso, que no puede convertirse en un estado autoritario tomado por aquellos que tienen miedo de que se escuchen otras voces, y que la suya no sea la mayoritaria. Señalar a Sandra Gómez como la persona que va a llevar a cabo un diseño de PAI que recoja todas las sensibilidades del barrio, lejos de ser una ofensa, pone el foco sobre la única dirigente política que ha apostado por el consenso y el bien común en todo momento, y lo contrapone a una visión elitista, burguesa y totalmente excluyente de lo que debe ser el futuro del barrio.

Todas las personas que claman contra un PAI que todavía no existe solo buscan embarrar el terreno de juego de cara al proceso de diseño del mismo, aunque puedan llevarse por delante la convivencia del barrio. Si no fuera porque está ocupado estos días, diría que Miguel Ángel Rodríguez (MAR para los amigos) les está asesorando.

El proceso para definir el nuevo planeamiento del barrio comienza ahora. Debemos aunar fuerzas para que sea el mejor posible, sin dejar a nadie fuera de la solución. Hay que rebajar tensiones y hablar de necesidades y soluciones. El resultado será fruto de un trabajo colectivo que proyectará el Benimaclet que cada uno necesita, aportando y cediendo lo necesario para que el mayor número de vecinos y vecinas lo sientan suyo. Dejemos de imaginar y vamos a ponernos manos a la obra para hacerlo realidad. Entre todos y todas es posible.

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