Paul Krugman: “Hay momentos en los que me alegro de no ser joven porque no sé el aspecto que tendrá este planeta en 30 años”
“Hay momentos en los que me alegro de no ser joven porque no sé el aspecto que tendrá este planeta en 30 años”. Lo afirma el economista Paul Krugman, que rozando los 70 años, lanza varios avisos a los dirigentes gubernamentales y empresariales. Mientras una mujer calmaba el llanto de un bebé en el auditorio, el Nobel de Economía en 2018 aprovechaba la coincidencia para insistir en su reclamación: si la crisis climática y la desigualdad social no se abordan de inmediato, en dos décadas el planeta puede ser “mucho peor” e “inhabitable”.
El solapamiento de crisis actuales está provocando una situación marcadamente inestable, aunque para el economista están lejos de lo que puede llegar a ser. Estas crisis energéticas, de inflación y derivadas de la guerra de Ucrania son “transitorias”, ha advertido el economista, para poner énfasis en que lo urgente no debe empañar lo importante. Si se descuidan las medidas para reducir las desigualdades y para mitigar los efectos del cambio climático y las emisiones contaminantes “nos vamos a enfrentar a un mundo irreconocible”. Las crisis transitorias pueden ser controladas, pero “quedarán las desigualdades extremas, que están destrozando las sociedades, y los daños al planeta que lo hacen inhabitable”, ha insistido el experto.
Economista, columnista y divulgador, Krugman ha pronunciado la conferencia inaugural del 33 Congreso Internacional del Centro de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa (Ciriec), donde ha hecho mención al cooperativismo y a las acciones colectivas como herramientas de impulso para los grandes acuerdos. “Necesitamos un acuerdo global, pero también hay iniciativas locales que pueden aportar grandes diferencias”, ha instado. Krugman ha puesto en valor el papel de las cooperativas en ámbitos como la vivienda y el de los sindicatos a lo largo de la historia para combatir las desigualdades y lograr mejoras laborales.
En su exposición ha realizado un análisis de la afiliación sindical durante el siglo XX en Estados Unidos, que ha vinculado a una reducción de las brechas sociales. La 'igualización' de las sociedades o “la gran compresión” de las rentas a mediados de siglo, como lo ha bautizado la economista Claudia Goldin, no se produjo por fuerzas impersonales, sino por la mediación de normas sociales y organizaciones, entre las que ha destacado los sindicatos. “La desigualdad extrema destruye y distorsiona la sociedad, reduce la posibilidad de participar de forma colectiva porque las personas piensan que no forman parte”, ha indicado.
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