Velas de citronella y otras cuatro cosas que no funcionan contra los mosquitos

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Jordi Sabaté

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Este no va a ser un verano como otros en lo referente a mosquitos y otras plaga que adoran nuestra sangre y nuestros brazos y piernas como barras libres de hemoglobina. Tal como te explicamos en el artículo Un verano con más mosquitos, cucarachas y otras plagas: ¿qué cuidados hay que tener?, la falta de limpieza de márgenes de ríos, embalses e instalaciones de riego esta primavera debido al confinamiento, se ha unido a las abundantes lluvias y a la caída de los residuos urbanos. 

Estas circunstancias hacen prever a los expertos un verano con una cantidad inusualmente alta de plagas, entre las que destacarán los mosquitos. Es por ello que nos conviene protegernos bien y, como cada verano, buscaremos sistemas de protección entre las ofertas de los comercios. Y también como cada verano, compraremos cosas que no funcionan, porque no resulta sencillo distinguir entre los mitos, los aparatos inútiles y lo que realmente funciona contra las picaduras de estos pequeños y molestos insectos. 

Es por ello que a continuación te explicamos cinco cosas que no funcionan contra los mosquitos. Y por descontado comenzaremos por las velas de citronella, tan de modo todos los veranos en las tiendas de incienso y también en ferretería. 

1. Velas de citronella

Lo prometido es deuda, así que vamos con ellas. Es cierto que la citronella es un componente derivado de un determinado tipo de plantas (las panicáceas) y que su olor, como el de otras plantas, repele a los mosquitos. También es innegable que las velas al quemar cera impregnada de citronella desprenden un humo aromático que huele muy bien. 

Pero la combinación de estos factores no necesariamente es exitosa por una razón: el humo sube hacia arriba y los mosquitos gustan de volar bajo cuando quieren su ración de sangre humana. Es decir que tendremos el techo aromatizado pero el suelo libre para nuestros enemigos. Solo si inundáramos la estancia de humo de velas, con las ventanas cerradas, lograríamos un ambiente repelente. Y ello es poco aconsejable si queremos respirar bien. En exteriores, estaremos enviando aroma de citronella a las estrellas. 

2. Pulseras repentes

La OCU se ha cansado de advertir cada año contra las pulseras anti-mosquitos por la sencilla razón de que el aroma repelente, también derivado de citronella, de las mismas limita su acción a la zona de la muñeca y poco más. Habría que llevar los brazos y piernas repletos para que fueran eficaces. 

3. Enchufes con ultrasonidos

La agencia también ha cargado contra ellos repetidos veranos, ya que al parecer su efecto es nulo a pesar de que año tras año se sigan vendiendo sin que ninguna autoridad verifique su ineficacia. Algo que por cierto si hizo este estudio de 2011 de la Universidad de la Habana. Incluso Facua pidió en 2012 la retirada del mercado de estos aparatos.

4. Las espirales de piretrina

Cierto: la piretrina ahuyenta a los mosquitos y en los ochenta del siglo pasado todas las casas que se preciaran de un veraneo como mandan los cánones tenían una espiral de este producto en terrazas y jardines con la vana esperanza de ahuyentar mosquitos. El gran problema es que los espirales se solían colocar encima de la mesa, pero el humo sube hacia arriba mientras que los mosquitos se quedaban a la altura de nuestros muslos. 

En todo caso había la opción de colocar los espirales debajo de las mesas, pero es algo poco saludable, tal como puede leerse en las recomendaciones de la Agencia de Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades del Gobierno de los Estados Unidos: “las piretrinas y los piretroides interfieren con el funcionamiento normal de los nervios y el cerebro. Si una gran cantidad de piretrinas o piretroides entra en contacto con su piel, usted puede experimentar sensaciones de adormecimiento, comezón, ardor, escozor, hormigueo o calor que pueden durar horas”. 

5. Rodearnos de plantas aromáticas

Podemos si queremos montar un jardín de geranios, romero, lavanda, albahaca y otras plantas aromáticas en torno a la mesa de las cenas y tertulias estivales; nos hará sin duda las veladas más agradables. Pero no ahuyentará a los mosquitos. Su olor no es tan potente como para eso, a no ser que hagamos un picnic entre las macetas. 

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