Cinco denominaciones de origen de vinos gallegos que van más allá del albariño

Yendo mucho más allá del albariño y la godello, que han hecho famosos los blancos gallegos a nivel internacional, curiosamente, hay una creciente recuperación de uvas blancas como la treixadura o la loureira y, sobre todo, de variedades autóctonas tintas que están dando grandes sorpresas en los concursos regionales y nacionales. 

Hablamos de la mencía, loureiro, caiño, espadeiro, sousón, brancellao, mencía y sousón, negreda, garnacha tintorera, alicante, tempranillo o grao negro, entre otras que vamos a intentar presentarte en este artículo.

Así que, sin más dilación, te llevamos de ruta por cada una de estas zonas vitivinícolas y te recomendamos algunos de esos vinos que más nos han impresionado para que los disfrutes.

1. Rías Baixas

Esta denominación de origen (DO) empezó siendo reconocida, allá por 1980, como Denominación Específica Albariño, y tardó ocho años en cambiar a ser DO Rías Baixas​. Porque, aunque sea la uva que la identifica, resulta que, entre los viñedos próximos al Atlántico de sus diferentes subzonas de Coruña y Pontevedra (Valle de Salnés, Condado de Tea, El Rosal, Sotomayor y Ribera del Ulla), se crían también caiño blanco, treixadura, lourerira, o marqués, torrontés y godello para los blancos. 

Nuestra propuesta en tinto es el vino Manuel d’Amaro Espadeiro 2016, de Señorío de Rubiós, que ha sido elegido como uno de los cinco Mejores vinos tintos de Galicia 2020. Y tampoco es extraño porque es un tinto con un carácter único, de corte muy asilvestrado, con la potencia y la untuosidad de un queso de tetilla, de tal manera que parece especialmente hecho para comérselo con un filete de vaca rubia gallega con larga maduración, porque acompaña los sabores y la grasa sin ninguna estridencia. 12% Vol y 15 euros.

Como sabemos que no puede faltar un albariño, hemos escogido Lusco, de la bodega Pazos de Lusco, un vino amplio, con la acidez que se espera de esta variedad, con su puntito cítrico bien amalgamado con lo floral y redondeado gracias al contacto con sus lías durante cinco meses. 13% Vol y 12 euros.

2. Ribeiro

Esta DO está delimitada por las confluencias de los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia en Ourense. Aunque fue reconocida en 1932, ya elaboraba vinos a finales del siglo II antes de Cristo (a.C). Tras algunas épocas críticas, lleva tiempo volviendo a despuntar gracias a la apuesta por variedades autóctonas como son: godello, lado, treixadura, loureira, palomino o albariño en uva blanca, así como ferrol, sousón, caiño, brancellao, mencía y garnacha en tintas. 

Abadía de Gomariz 2014 es un magnífico representante de su DO en cuanto que mezcla sousón, brancellao, ferrol y mencía, y pasa por barrica un año. Por eso ostenta, por derecho, el primer premio de Mejores vinos tintos de Galicia 2020. Y es que Xose Luis Sebio es un expedicionario de su viñedo de Coto de Gomariz, capaz de hacer múltiples versiones de sus uvas autóctonas para explicar lo que es su bodega familiar y su terruño, con unas etiquetas muy atractivas y mucho estilo personal, pero sin perder el respeto a la tradición. 13,5% Vol y 13 euros.

3. Ribeira Sacra

Reconocida en 1996, nos encanta porque además de llevar a las espaldas 2.000 años de historia, deslumbra por los paisajes escandalosamente bellos de los valles del Miño y del Sil, en Ourense. En cuyas montañas se descuelgan las viñas en bancales, casi en vertical, con técnicas de una viticultura heroica que, en gran parte, le debemos a los monjes que habitaban en sus innumerables iglesias románicas. Entre sus cepas, encontramos loureira, godello, treixadura, albariño y godello, para los blancos; y mouratón, brancellao, merenzao, sousón, mencía, garnacha tintorera y caiño. 

Proponemos como paradigma de está DO el vino tinto Abadía da Cova Xuno 2018, de Adegas Moure, porque es un premiadísimo mencía de agricultura heroica, cultivado a unos 310-480 metros de altitud con una pendiente de hasta el 70%. Tiene una crianza de seis meses en barrica y, entre otras especias, resalta ese maravilloso punto a pimienta que caracteriza a la mencía. 13,5 % Vol y 13,45 euros. 

4. DO Valdeorras

Estambién está en Ourense, en las cuencas de los ríos Sil, Xares y Bibei, por eso han de cultivar en terrazas. Si bien su historia se remonta a los romanos, la DO fue reconocida en 1945. En los últimos años, ha recuperado el vigor de la godello, junto a la doña blanca y la palomino para los blancos. Y, para los tintos, las variedades van desde mencía y sousón, pasando por brancellao, merenzao o María Ardoña, hasta negreda, garnacha tintorera, alicante, tempranillo y grao negro. 

Nuestra propuesta es Maldito, un tinto que pertenece a la línea de vinos de guarda de Pablo Vidal, que los elabora todos con mucha personalidad en distintas denominaciones gallegas y con sus variedades autóctonas. Es un tinto fresco a la par que intenso, potente en boca, donde resulta herbáceo, botánico, y con los taninos muy bien redondeados. Ideal con guisos como pucheros o unas lentejas con butifarra gracias a su longevo retrogusto. 14 % Vol y 18 euros.

5. Monterrei

Esta DO abarca dos subzonas de Ourense que tenían viñedos desde el imperio romano, pero fue en 1990 cuando fue reconocida como Denominación y se recuperaron muchas tierras y variedades perdidas, como doña blanca, godello y treixadura para los blancos. Y mencía y merenzao para sus bravos tintos. Otras uvas permitidas son la blanca de Monterrei, caiño branco, albariño y loureira. 

Proponemos Gargalo 2019, de Bodegas Gargalo, que es un blanco que enamora porque junta lo afrutado de la treixaduray lo cítrico de la albariño y, curiosamente, sabe a uva, como si te estuvieras comiendo ambas variedades. Un joven aromático y refrescante, con la acidez juguetona en la lengua, perfecto para unas alcachofas salteadas con gulas. 13,5% Vol y 12,50 euros. 

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