Cómo cuidar el interior del lavavajillas para que limpie mejor

Un lavavajillas

Marta Chavarrías

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El lavavajillas es un electrodoméstico imprescindible en muchos hogares que nos facilita enormemente la vida. Según datos del Comité Europeo de Fabricantes de Electrodomésticos (CEDED), aproximadamente la mitad de los hogares europeos tienen un lavavajillas. 

Por su función, podríamos pensar que se trata de un electrodoméstico que se limpia solo mientras lava los platos y otros utensilios. Sin embargo, esto no es así.

Lo demuestran estudios como el publicado en Applied Environmental of Microbiology, según el cual se forman colonias de varios tipos de bacterias dentro de este electrodoméstico, como escherichia o pseudomonas y hongos como cándida o cryptococcus, que se organizan y acumulan sobre todo en lugares como las gomas de salida del agua.

Si de verdad queremos que haga bien su trabajo, que nos ofrezca una vajilla limpia y que cumpla con las funciones higiénicas y sanitarias precisas, es necesario que lo cuidemos y lo lavemos bien.

Cómo lavar las distintas partes del lavavajillas

¿Por qué se ensucia el lavavajillas? Básicamente porque dentro pueden acumularse restos de comida, de grasa, de detergente sin disolver, además de minerales del agua en el filtro y en las paredes interiores. Esto no solo se traduce en un olor desagradable y en manchas en la cristalería y la vajilla aunque se hayan lavado, sino que además proporciona un caldo de cultivo para los gérmenes y reduce la eficiencia del electrodoméstico. 

Por tanto, no está de más limpiarlo con periodicidad, atendiendo sobre todo a determinadas zonas y piezas, no solo para alargar su vida útil sino también para que realice su función de forma más eficaz.

De acuerdo con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la clave está en seguir una serie de pasos:

1. Sacar y limpiar el filtro una vez por semana, así como limpiar el dosificador de detergente, para evitar los atascos u obstrucciones de la bomba de desagüe.

Esto evitará también que los restos de comida que han quedado atrapados en el filtro acaben en la vajilla. Los filtros más pequeños se pueden limpiar bajo el grifo del fregadero con un cepillo suave.

El filtro metálico exterior puede enjuagarse con agua caliente. Encontraremos los filtros en la parte inferior de la cubeta interior del lavaplatos. 

2. Despejar el desagüe es otro paso fundamental. Para ello, eliminaremos cualquier resto de suciedad o comida que haya quedado atrapada allí. 

3. Sacar las aspas, al menos dos veces al año, para limpiar las ranuras. Basta con desenroscar o tirar de ellas con facilidad, en función del tipo de lavavajillas que tengamos. Unas aspas bloqueadas pueden provocar un mal lavado de los platos.

4. Rellenar con sal y abrillantador una vez al mes. La sal evita la acumulación de cal y suaviza el agua. Los detergentes para lavavajillas solo funcionan de forma efectiva en agua blanda.

El abrillantador, por su parte, ayuda a que los platos se sequen sin dejar rayas. Para ambos, la mayoría de lavavajillas tienen indicadores que muestran cuándo es necesario recargarlos.

5. Limpiar y secar, al menos una vez a la semana (lo ideal sería después de cada lavado), la junta de la puerta, la zona de las bisagras y la parte inferior de la puerta por dentro, que es donde se suelen acumular restos de comida y donde aparecen mohos a causa de la humedad.  

6. Usar un limpiador de lavavajillas y realizar un lavado en vacío y caliente al menos cada seis meses. No es aconsejable usar alternativas como jugo de limón porque esto dañaría y degradaría el interior del lavaplatos.

La lejía también debe usarse con precaución porque, si bien constituye una excelente forma de matar gérmenes y hongos, puede estropear un lavavajillas si el interior es de acero inoxidable.

Pasos para cuidar mejor del lavavajillas

Además de todas estas recomendaciones, hay algunas normas de uso que, sumadas a las de lavado, nos ayudarán a alargar la vida útil del lavavajillas y a que los platos salgan más limpios: 

1. Retirar los restos de comida antes de introducir los platos: si no lo hacemos, pueden obstruir filtros y provocar un lavado deficiente.

2. Respetar las distintas zonas del lavavajillas para los diferentes utensilios. En líneas generales, la zona inferior suele usarse para las piezas más sucias y grandes como cazuelas. Los platos se colocan de forma vertical, dejando espacio entre ellos para que puedan lavarse bien. En la parte superior se colocan los vasos y piezas más pequeñas. Y los cubiertos van en la zona reservada a ellos. Anotación importante: no sobrecargarlo.

3. Las aspas deben poder moverse sin obstáculos: actúan como una especie de aspersor que permite que el agua y el detergente lleguen a todos los rincones. Es, por tanto, una pieza fundamental. 

4. Usar detergentes aptos para lavavajillas: los fabricantes de lavavajillas suelen especificar qué detergente es mejor usar en un modelo concreto. Lo más importante es que este no deje restos y sea capaz de limpiar la grasa, el almidón y la suciedad.

5. Revisar el tubo de desagüe: el agua no pasará bien si está doblado, estropeado u obstruido.

Trucos para que el lavavajillas dure más

Además de los citados de higiene, cabe incluir otros consejos para alargar la vida del aparato.

1.Poner la cantidad adecuada de detergente: esto dependerá del tamaño y capacidad del lavavajillas. Poner una pastilla entera en un lavavajillas pequeño contribuirá a obturar el desagüe con un tapón de jabón. Mejor media pastilla. Por el contrario, si el lavavajillas es grande, con media pastilla no bastará.

2. No abusar de los programas cortos: la razón es la misma que en el punto anterior, evitar el exceso de jabón, ya que el programa corto no podrá absorber la pastilla entera. Los programas cortos son para uso eventual.

3. No abusar tampoco de los programas largos: poner programas largos para cuatro platos como norma supone gastar más agua y energía.

4. Hacer un lavado largo mensual sin jabón ni platos: el objetivo es limpiar de restos de detergentes tanto el lavavajillas como el desagüe.

5. No dejarlo pitando cuando termina: el motivo es que cuanto el aparato termina el ciclo, deja el interior cargado de vapor, que se condensa en humedad que puede favorecer el desarrollo microbiano. Si se abre al momento el vapor sale, en caso contrario, a largo plazo puede afectar a las salubridad. A este respecto, los lavavajillas actuales se apagan y se abren automáticamente una vez han acabado para dejar salir el vapor.

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