Así se hacen las delicias turcas que todos quisimos probar alguna vez al ver Las Crónicas de Narnia

Lokum, delicias turcas

Adrián Roque

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Si viste Las Crónicas de Narnia, probablemente recuerdes el momento exacto en el que Edmund cae rendido ante una caja de delicia turca. Lo que no explica la película es que ese dulce turco existe de verdad y que, en Turquía, forma parte de la vida cotidiana desde la época otomana.

El lokum, su nombre original, es mucho más que una golosina: es un símbolo de hospitalidad, un regalo habitual entre familias y una presencia constante junto al té negro del país.

Su textura blanda, casi elástica, y su sabor floral lo convierten en un dulce muy diferente a lo que estamos acostumbrados en España. Y quizá por eso genera tanta curiosidad. ¿Qué lleva exactamente? ¿Por qué se ha vuelto tan popular? ¿Y es posible prepararlo en casa sin complicarse demasiado? La respuesta es un sí rotundo, siempre que se respeten los ingredientes y el orden de la elaboración.

Los ingredientes básicos del lokum

El corazón de la delicia turca es una mezcla de azúcar, almidón y un aromático toque de agua de rosas. La magia no está en la cantidad de ingredientes, sino en cómo se trabajan. Como ocurre con muchos dulces tradicionales, la receta se ha mantenido estable durante siglos y admite variaciones, especialmente cuando se incorporan pistachos, nueces o frutas secas.

Para preparar una receta de lokum clásica, estos son los ingredientes esenciales:

  • 500 g de azúcar
  • 250 g de almidón de maíz
  • 500 ml de agua
  • 1 cucharadita de agua de rosas
  • Unas gotas de limón
  • Frutos secos opcionales
  • Azúcar glas para terminar

Lo más sorprendente es que, a diferencia de otros dulces gelificados, aquí no interviene la gelatina: el almidón es el responsable de esa textura que convierte cada pieza en un pequeño bocadito de nube.

Paso a paso: cómo hacer lokum sin perderte en el proceso

Preparar delicia turca en casa es un ejercicio de paciencia, pero no de dificultad. Lo único imprescindible es remover sin parar y respetar los tiempos.

  1. Crear la base: En una cacerola amplia, mezcla el azúcar, el agua y el almidón hasta que esté todo perfectamente disuelto. Es importante hacerlo en frío para evitar grumos.
  2. Cocción lenta y constante: Calienta a fuego bajo y remueve durante unos 15–20 minutos. La mezcla irá espesando poco a poco hasta volverse gelatinosa y semitransparente. Aquí nace el verdadero dulce turco.
  3. Aromatizar: Cuando la mezcla esté en su punto, añade el agua de rosas y un chorrito de limón. Este último evita que el azúcar cristalice y equilibra la dulzura.
  4. Moldear y reposar: Vierte el contenido en un molde previamente engrasado. Deja enfriar a temperatura ambiente durante unas cuatro horas, hasta que quede firme al tacto.
  5. Cortar y espolvorear: Desmolda, corta en cubos y rebózalos en azúcar glas para que no se peguen. Ya tienes tu receta de lokum lista para acompañar un té turco o sorprender a tus invitados.

En Turquía, el lokum se sirve como gesto de bienvenida o como detalle en celebraciones familiares. También se regala en cajas decoradas, formando parte del ritual social del país. En casa puedes disfrutarlo tal cual, mezclarlo con frutos secos o simplemente usarlo para endulzar una sobremesa sin grandes pretensiones.

Lo que está claro es que su fama no es casualidad: pocos dulces combinan de forma tan directa tradición, aroma y una textura tan única.

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