Quiero contratar los servicios para mi propio funeral, ¿qué tengo que saber?

Preparar tu propio funeral

Cristian Vázquez

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Pese a que en España la muerte sigue siendo -en varios sentidos- un tema tabú, la preocupación por los asuntos materiales relacionados con el propio funeral ocupa un lugar importante. De hecho, el seguro de decesos es el tercero más contratado en el país, solo superado por el del automóvil y el de viviendas. 

A finales de 2020, más de 22 millones de personas estaban cubiertas por un seguro de decesos: el 46,6% de la población. “Un porcentaje que se muestra estable e incluso suavemente creciente en los últimos años”, apunta un informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) sobre la cuestión.

Por otro lado, más allá del total de personas que lo contratan, seis de cada diez fallecimientos están cubiertos por un seguro, según la Radiografía del sector funerario publicada por la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef).

Las cifras de la pandemia -un aumento del 18% en el número de fallecimientos que causó durante el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y las miles de vidas que también se llevó en éste- hacen que el tema adquiera una renovada importancia.

Beneficios de planificar el propio funeral

Sin embargo, además de los seguros de decesos, hay otra tendencia que, poco a poco, gana adeptos en nuestro país: la de planificar y dejar preparado el propio funeral. Por eso, han aparecido también empresas que ofrecen la venta anticipada de servicios funerarios.

Tales empresas enumeran los beneficios de anticiparse en vida a lo que sucederá después de ella, del mismo modo en que se elabora un testamento para decidir a quién legar las propiedades y el resto de la herencia. Los principales beneficios son los siguientes:

1. Liberar a la familia de las decisiones en momentos difíciles

La pérdida de un ser querido implica pasar por uno de los momentos más duros de la vida. Y, sin embargo, en muchos casos, durante esas primeras horas del duelo, los familiares de la persona fallecida deben lidiar con los problemas de la organización del sepelio, la contratación de servicios, etc.

Contratar los servicios de las propias exequias equivale a ahorrarles a los deudos esas tareas, del mismo modo que hacer testamento les evita al menos algunos de los engorrosos trámites de herencia y sucesión.

2. Elegir los detalles del funeral

A los familiares también suele agobiarlos la cuestión del “qué hubiera querido” la persona fallecida para su funeral. Si se planifica con antelación, se evita que recaiga sobre ellos la carga psicológica de la incertidumbre y la inseguridad.

Los detalles del funeral involucran desde flores, música, discursos y otros recordatorios que pueden formar parte de la ceremonia hasta qué clase de ataúd elegir y la decisión de qué hacer con el cuerpo: si enterrarlo o incinerarlo, en este último caso qué hacer con las cenizas, etc.

Además, las decisiones sobre el propio funeral pueden implicar que su impacto ecológico sea el más reducido posible. Así lo propone, por ejemplo, la empresa DKV, que ofrece un seguro de decesos que incluye la planificación de un “ecofuneral”, y también un servicio de “borrado de la huella digital” (cancelación de cuentas de correo electrónico, baja en las redes sociales, en aplicaciones de citas, etc.).

3. Dejar todo pagado e incluso ahorrar dinero

Un sepelio “discreto, digno pero sin grandes lujos” cuesta de media unos 3.700 euros, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicado hace dos meses. En algunas ciudades como Madrid, Vigo, Alicante y Pamplona, el costo promedio puede superar los 5.000 euros.

Pagar por anticipado los costos del funeral tiene varias ventajas. Por un lado, es otra forma de liberar a la familia de trámites engorrosos. Por otro, permite analizar con tranquilidad precios y posibilidades y decidirse por la opción más conveniente, algo que -en las horas amargas tras la muerte del ser querido- es mucho más difícil de efectuar.

Y además varias empresas especializadas en la venta anticipada de servicios funerarios ofrecen planes para pagar a plazos, a lo largo de varios años. Según Electium, una de tales compañías, el precio de un funeral organizado con antelación puede ser hasta un 25% más bajo que el de uno contratado de la manera tradicional.

Planificar el propio funeral, un “acto de amor”

Solo pensar en el propio funeral a muchas personas les da “mal rollo”, en parte como consecuencia de los tabús mencionados al comienzo de este artículo, pues pareciera que dedicar tiempo a esas ideas es como “llamar” a la muerte.

Sin embargo, también puede ser visto como “un acto de amor” para los familiares y amigos, como lo explica la web Funeral Natural, pues no solo implica resolver de antemano algunos problemas, sino también la posibilidad de dejar mensajes personalizados de despedida y añadir otros servicios a los ritos habituales.

Esos otros servicios pueden ser los ya mencionados, como la música durante las exequias o la decoración, pero también asistencia puede incluir acompañamiento psicológico para los familiares, un listado de personas a las que dar la mala noticia, asistencia jurídica, etc.

El procedimiento es simple. Cuando uno se pone en contacto con la empresa, un asesor informa de las distintas posibilidades existentes para el tipo de ceremonia, el destino final de los restos, los distintos servicios, sus costos y las formas de pago. En general, lo que se acuerda no tiene por qué ser definitivo, sino que se puede modificar en el futuro.

Cuando finalmente la persona asegurada muere, alguno de sus allegados debe notificar a la empresa, y esta comenzará con todos los trámites y acciones correspondientes en ese momento.

Todavía no existe una legislación que garantice que se respeten las decisiones de la persona fallecida en relación con su propio funeral. Y aunque en algún caso podría suceder que la familia se opusiera a esas últimas voluntades, en general se aceptan y se cumplen.

En cualquier caso, las empresas del sector por regla general se comprometen con la persona que contrata sus servicios a cumplir con esas voluntades en su funeral. Y si los familiares se negaran a aceptarlas o quisieran cambiarlas de forma notoria, la compañía podría negarse a realizar la ceremonia, sin por ello devolver el dinero a los familiares.

Los servicios funerarios y demás rituales relacionados con la muerte son fundamentales para el duelo de sus seres queridos, un proceso indispensable para superar la pérdida y para el cual -aunque existen algunos consejos generales- no hay una forma “normal” de vivirlo: cada quien lo atraviesa a su manera.

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