Tres trucos para decirle a tu gato que le quieres en su propio idioma

Gatito amoroso

Eva San Martín

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Ni ariscos, ni rencorosos, ni tan independientes como a veces los pintan. Los gatos nos quieren y nos lo dicen, nos lo maúllan, a su muy peluda manera. Pero el amor gatuno, como las mejores versiones de todo cariño, es recíproco.

Y nosotros, humanos, también queremos a nuestros amigos felinos, ¡mucho! Aquí van unos trucos para decirle a nuestros gatos cuánto los queremos, en su propio idioma.

1. “Te quiero” en idioma gatuno: ¡con los ojos!

En idioma felino, una mirada fija, directa, y con los ojos muy abiertos, es una señal de alerta; incluso de amenaza. Y, todo lo contrario; porque una mirada relajada, con los párpados entrecerrados y, mejor aún, un parpadeo muy lento es señal de que nuestro gato está relajado, tranquilo. 

Es decir: el lento parpadeo de un gato es lo que los expertos en comportamiento felino llamamos, de forma cariñosa, un beso gatuno. Y resulta una señal de que nuestro amigo peludo está tranquilo, relajado; que ha dejado de vigilar su territorio (nuestra casa), porque no tiene motivo para estar en alerta. Es decir: se trata de un modo de decir “soy vulnerable”, en lengua gatuna, porque “sé que puedo confiar en ti”.

Lo confirma un bonito estudio publicado hace dos años en la revista científica Nature. El lento parpadeo de un gato es su forma cariñosa de decirnos: “te quiero”; un beso cariñoso en versión felina. Y nosotros podemos, debemos utilizarlo, para devolver ese “te quiero” a nuestros gatos y gatas en su idioma.

Aquí va mi truco para mandar el beso a nuestros gatos, en el mejor lenguaje gatuno: cuando estemos con ellos tranquilos, podemos empezar por mirarlos con suavidad. Y entrecerrar, poco a poco, nuestros ojos lo más despacio que seamos capaces.

Mejor aún: mientras parpadeamos, giremos ligeramente la cabeza hacia un lado. Si lo practicamos, y tenemos suerte: nuestro camarada de ronroneos lo recibirá y nos devolverá este bonito “te quiero” gatuno. [Y aprende qué nos dicen los gatos con estas cinco posturas.]

2. Saludar al gato en su idioma felino: el “dedo-nariz”

Cuando se trata de decir a un gato cuánto lo queremos, debemos respetar sus normas y tiempos. También ayuda imitar su lenguaje felino natural: cuando dos gatos amigos se saludan, lo hacen, primero, con un ligero acercamiento de nariz.

Y podemos imitar este comportamiento felino natural con nuestros camaradas de ronroneos: es tan sencillo como ofrecerles, con suavidad, la punta de nuestro dedo índice (será nuestra “nariz gatuna”); y dejarla a unos centímetros de distancia de sus caras. 

De este modo imitamos el nariz-nariz felino, con nuestro dedo; así que a mí me gusta llamarlo el “dedo-nariz”. No nos precipitemos; solo hay que agacharse, extender la mano y esperar.

Muchos gatos se acercarán a olerla; y, si tenemos suerte, puede que comiencen a frotarse con ella. ¡Eso es un saludo gatuno exitoso! O puede que no tengan ganas de caricias, y prefieran darse la vuelta, y seguir con su vida felina.

Y eso también es amor: respetar los tiempos y el lenguaje de nuestros gatos; una habilidad maravillosa que podemos aprender a perfeccionar en las consultas de comportamiento felino; y esencial para entender a nuestros gatos, saber cómo se sienten y hacerlos felices. 

3. Caricias humanas, al modo gatuno

Los gatos son extremadamente sensibles al tacto; y, además, prefieren las caricias en ciertos sitios de su cuerpo. También sabemos que nuestros amigos felinos ofrecen más comportamientos positivos, como el ronroneo, guiños de ojos o masajes acompasados con las patas delanteras, cuando los acariciamos en la zona de barbilla, las mejillas, detrás de los bigotes, y también debajo de las orejas, en esa zona facial en la que tienen unas pequeñas calvas, el pelo menos tupido.

Y lo contrario: expresan más respuestas negativas, de malestar, como bufidos, alejar la cara, ponerse rígidos, incluso morder, cuando los acariciamos en zonas de su cuerpo que suelen ser más sensibles o delicadas: sobre todo, el lomo, la cola; y la tripa.

Aunque cada gato es un mundo, y un individuo gatuno con preferencias propias: ¡como todos nosotros! Y mientras que la tripa suele ser una zona complicada para la mayoría de nuestras queridas bolas de pelo, otros gatos se derriten cuando les damos caricias tranquilas en esta zona. 

Y también sabemos que los gatos prefieren decidir cuándo comenzar una interacción con nosotros, sus humanos, y también, poder decir cuándo terminarla. Es decir: los gatos necesitan mantener el control de la situación. Y tener todo esto en cuenta es esencial para saber decirles “te quiero” a nuestros gatos en su propio idioma, y que ellos reciban todo ese amor.

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