Las 6 mejores escapadas por Europa para cerrar el verano

Muelle de Cristianshavn en Copenhage.

ConsumoClaro

Europa conserva su esencia histórica, y sus ciudades son puntales de cultura, gastronomía y entretenimiento. A un tiro de piedra, Portugal, Italia, Croacia, Dinamarca, Francia o Inglaterra son destinos perfectos para un verano 100.

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Tú puedes elegir entre escapadas que te recomienda Room5 de trivago, la que mejor se adecua a tus gustos y tu bolsillo. El resto lo harán tus ganas de viajar y conocer mundo.

1. Portugal

No por ser nuestro país vecino lo conocemos mejor. Y es una pena porque, de norte a sur, e incluyendo sus archipiélagos Azores y Madeira, Portugal es una auténtica joya, con múltiples destinos imprescindibles, destacando sus costas, desde Albufeira, pasando por el Algarve y, con especial belleza, el Alentejo así como la capital del país, Lisboa.

La capital del fado luce ese brillo azul atlántico mezclado con la decadencia congelada en el tiempo de sus edificios. En cada barrio, hay que explorar para enamorarse de sus azulejos, de sus cuestas, de sus tranvías y de sus rincones ocultos, como el Chapitó, un restaurante con actuaciones culturales en plena Alfama, cuyas vistas al atardecer compiten frente a frente con las del mirador de Sao Pedro de Alcántara por el Barrio Alto y el Chiado, los barrios de moda.

También compite, y cada vez más, con Lisboa, la segunda capital, Oporto, una verdadera maravilla del mundo reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por su ribera de ensueño, repleta de bodegas como la del pionero Ramos Pinto, cuyos vinos de oporto y murales publicitarios hay que conocer sí o sí. Merece la pena cruzar el puente y coger el teleférico para apreciar las vistas de sus barrios enclavados entre el río Duero y las colinas.

2. Roma y Milán

Hay que ir a Roma una vez en la vida como mínimo, y, ya que estamos, cruzar al Vaticano y extasiarse con los tesoros de la Capilla Sixtina. Admirar la base de donde partió el imperio que nos legó gran parte de nuestra civilización desde las azoteas de sus hoteles, es una de las sensaciones intelectuales y estéticas más intensas que se pueden tener.

Y si quieres contrastar esta Roma clásica con la Italia más rabiosamente moderna, debes ir a Milán. Además del Duomo (catedral) – que te alucinará por sus increíbles remates góticos- y tras visitar el magnífico centro cultural del Castello Sforzesco, merece la pena descubrir los alicientes que la han hecho la ciudad de moda.

Por ejemplo, los canales de Navigli, con sus puentecitos, sus artistas callejeros y sus bares de aperitivo milanés y buena música juvenil. La costumbre en ellos es pedir un cocktail y comer todo lo que seas capaz en sus bufetes libres de pasta y focaccias.

3. Croacia

Croacia es el destino más conocido de los Balcanes y todavía conserva tanto la pureza como el encanto de los países poco explotados, pero no por ello menos desarrollados turísticamente. La oferta en sus aclamadas ciudades es de gran calidad, y lo de sus playas ya es un escándalo, con esas aguas cristalinas aún impolutas, que cambian de formas gracias a las mareas.

No en vano, la de Punta Rata, en la Riviera Makaska, está considerada como una de las 10 mejores playas del mundo. Con más asfalto, Dubrovnik bien merece una visita -que para eso es la capital de la costa Dálmata- pero también la merecen otros puntos: los lagos de Plitvice o Split y los acantilados de Marjan.

Más al sur radica Pula, cuyos edificios transmiten mucho del pasado romano de la región de Istria. Es verdaderamente rico su patrimonio arquitectónico y artístico. En el norte despunta Sibenik, no sólo la población en sí, sino la naturaleza que la circunda, como la desembocadura del río Krka, con gran número de cascadas.

4. Copenhague

La capital de Dinamarca es una ciudad elegante, colorida y marítima, con preeminencia de las bicis como medio de transporte para cruzar sus puentes hasta sus parques, que tiene muchas actividades que ofrecer. Por ejemplo, ir al espléndido Teatro Real a descubrir su intensa programación, admirar sus museos del diseño, sus tiendas a lo largo de la avenida Strøget o disfrutar del ambiente de sus muelles desde los hoteles mejor ubicados.

Podemos acercarnos al área de Christiania, la meca de los hippies de los 70, algo que es casi tan obligado como respetar las normas de la autocalificada ciudad libre. Respeto ante todo por sus habitantes (no fotografíarles como si fueran animales en un zoo) y sus eventos culturales, ya que nos conceden el lujo de compartirlos con los visitantes en sus centros sociales autogestionados.

5. París

Puedes ir solo a París sin sentirte desdichado. Sugerencias: dedícale tiempo al arte, empezando por adentrarte en el Palacio del Descubrimiento (Palais de la Découverte), el Pequeño Palacio y el Gran Palacio de los Campos Elíseos, hasta llegar al Louvre. Y sigue por el Centro Pompidou y el Institut du Monde Arabe, un edificio mítico de la arquitectura contemporánea.

También puedes ir en pareja y gozar a tope del aura romántica de la ciudad paseando desde la Torre Eiffel hasta Montmartre, desde luego pasando por Montparnasse y la catedral de Notre Dame y dejándote llevar por el espectáculo de Le Marais o Sant Germain, disfrutando del ambiente bohemio de sus galerías y bares modernistas. El remate a tu estancia lo pondréis con alguno de los mejores hoteles para que tu escapada romántica sea un éxito rotundo.

6. Londres

Londres es otro mundo que congrega todos los mundos, sobre todo en barrios como China Town, Litte Italy o Brick Lane, que reúnen a la población inmigrante asiática, italiana e hindú, lo cual te permitirá probar sus auténticas gastronomías. No en vano dicen que la mejor especialidad culinaria inglesa es el curry. Para esta y otros cientos de actividades turísticas que puedes hacer en la que es de facto la capital de Europa, puedes usar esta práctica guía.

En sus barrios más céntricos y comerciales puedes ir de compras, por Picadilly Circus y Oxford Street, pero no dejes de perderte, para encontrar boutiques a tu paso de jóvenes diseñadores, especialmente en sus legendarios mercadillos, entre los que destacan el veterano Portobello, el más punky Camden, Brick Lane o Spitalfields, la meca hipster londinense.

El Metro lo conecta todo de forma bastante sencilla y estaciones como la de Victoria Station son preciosas, pero verás mucho más si te dedicas a explorar la superficie, hasta toparte con los rascacielos de la City, donde verás a sus empleados tomando la pinta diaria a la hora del afterwork, y podrás explorar teatros como el Shakespeare Globe, que sobrevivió a un incendio a la vera del Támesis. Para rematar, la Tate Gallery será una locura para los amantes del arte contemporáneo.

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