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Microneedling para regenerar la piel y el cabello: ¿funciona o es un timo?

Captura: ConsumoClaro

Jordi Sabaté

Carlos, lector y socio de eldiario.es nos hace la siguiente petición en el texto de un correo electrónico: “últimamente he visto algunos anuncios sobre el tratamiento de microneedles, usado para regenerar el cabello, y me preguntaba si hay algo de cierto en todo esto. Parece salirse de la tradicional loción crecepelo”.

Para responderle primero debemos explicar en qué consiste la técnica de las microneedles (microagujas), llamada microneedling. Se trata de un procedimiento que se aplica sobre la epidermis, es decir sobre la primera capa de la piel, en el que numerosas agujas de tamaño minúsculo la perforan creando microheridas de poco más de uno o dos milímetros.

Estas agujitas se pueden aplicar con diversos aparatos, o bien en forma de rodillo o de lápiz, y existe una versión doméstica que se puede encontrar disponible en tiendas de internet, conocida por la marca Dermaroller y similares, y otra profesional. En la doméstica, las microagujas apenas alcanzan el milímetro de profundidad y tienen un efecto menos visible.

En la versión profesional, que es la que usan los dermatólogos, médicos estéticos y los profesionales de la estética, las agujas pueden llegar a alcanzar los 2,5 milímetros, por lo que su efecto es más evidente pero también el riesgo de que provoquen mayores heridas e irritaciones en la piel.

Cómo funciona el microneedling

microneedlingPara entender los fundamentos del microneedling nos hemos puesto en contacto con la dermatóloga Rosa Pons, que nos ha explicado que “estas microheridas realmente tienen un doble efecto: por un lado provocan una reacción de las células epiteliales dérmicas, que se defienden de la agresión fabricando colágeno y elastina, dos elementos responsables en buena parte de la turgencia de nuestra epidermis y de los tejidos dérmicos inmediatamente debajo de esta”.

Como consecuencia de esta estimulación agresiva, aunque relativamente poco invasiva, el aumento de colágeno y elastina “disipan las arrugas y difuminan las cicatrices, así como las marcas del acné”. Por otro lado, prosigue la doctora Pons, “las agujas abren temporalmente canales en la epidermis, que es una capa córnea de células muertas, por los que es más fácil conseguir que penetren determinados tratamientos dérmicos, con lo que se hacen más efectivos”.

De todos modos la médica matiza que “como siempre, no es oro todo lo que brilla, al menos no completamente, porque la eficacia del tratamiento dependerá mucho de la edad de la piel, pues está ligada a la capacidad de producción de colágeno”. Pons aclara: “en pacientes jóvenes, por ejemplo en un tratamiento de acné, la respuesta de las células es mucho más potente y el resultado puede ser realmente bueno”.

Funciona pero no hace milagros

Pero a medida que el paciente tiene más edad, la respuesta dérmica es más débil, “y aunque sí puede presentar mejoras, no hace milagros”, apostilla la dermatóloga, que también añade que el tratamiento tarda unas cuatro semanas en hacer efecto y que requiere más de una sesión a unos precios que pueden llegar a los 500 euros por sesión, por lo que “no está al alcance de todo el mundo”.

“Yo siempre digo que en temas de estética hay que separar la necesidad del capricho; si tienes marcas importantes de acné o una cicatriz que te afea y eres joven, te merece la pena probar la técnica, pero si es solo por quitarte unas arrugas propias de la edad, quizá tirarás el dinero y mejor pruebas otras técnicas como la inyección de ácido hialurónico o el botox”.

Siempre mejor en manos de profesionales

Por otro lado, la doctora se muestra reticente respecto a los aparatos domésticos: el motivo es que “en realizad sus agujas no llegan a perforar totalmente la dermis con lo que su efecto es bastante más limitado y esto puede provocar ansiedad en las personas que lo usan, de modo que le den un sobre uso que provoque irritaciones serias, además de que existe un alto riesgo de que no se den las condiciones de higiene y control adecuadas”.

“Hay que tener en cuenta que no todas las pieles responden bien a este tratamiento y las pieles muy sensibles pueden presentar irritaciones serias, que empeoren el estado de la piel e incluso den lugar a procesos infecciosos, por lo que el tratamiento debe hacerse siempre bajo control de un profesional”, resume.

Dudas sobre su eficacia capilar

Finalmente, preguntada por la inquietud de Carlos, la doctora Pons asegura conocer poco sobre su aplicación como tratamiento capilar, pero opina que puede ayudar a frenar la caída del cabello, “pero no creo que regenere los folículos muertos, ya que para la sustitución solo sirven los implantes”.

Pons, en todo caso, cree que puede actuar como estimulante de las células del cuero cabelludo, de modo que se aumente la irrigación y se refuercen los folículos vivos; “además, seguramente los canales abiertos con las microperforaciones permitirán que los tratamientos lleguen mejor, pero dudo mucho que regenere el cabello caído”, remata.

ACTUALIZACIÓN

Orlando Mora Novaro, Profesor Titular de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid (jubilado) nos escribe para puntualizarnos: “En primer lugar, la epidermis es la capa más superficial de la piel y no tiene un espesor de más de unas pocas décimas de milímetro. Por lo tanto, una punta de aguja de hasta 2,5 mm (como dice en su artículo), atraviesa esta capa llegando a la dermis (las capas más profundas de la piel) donde hay capilares y otras estructuras.

En consecuencia, el paso de las microagujas lo que provocaría es unas heridas con sangrado y una reacción inflamatoria, acompañada de dolor y con el consiguiente peligro de una infección. La cura de los pinchazos de las microagujas tiene lugar dejando una cicatriz que puede o no ser aparente, pero que, al fin y al cabo, es una cicatriz.

Podría extenderme más, pero no lo creo necesario. Los que dice la dermatóloga que ocurre tras los pinchazos (liberación de colágeno y elastina, entre otras cosas) no dejan de ser elucubraciones imaginativas que habría que comprobar en el laboratorio y que, en caso de producirse, si servirían más allá de contribuir a la cicatriz“.

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