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Qué productos congelados debes comprar ahora para ahorrar esta Navidad

Pescado fresco.

Martín Frías

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No es ningún secreto que el precio de algunos alimentos sube a medida que se acerca la Navidad. En España algunos pescados como el besugo o mariscos como los langostinos suelen tener un papel protagonista en las cenas navideñas. Con el aumento de la demanda en esos días, los precios del pescado y el marisco fresco se disparan.

El estudio de Deloitte sobre el consumo navideño en 2022 calculó que el gasto adicional medio por cada hogar español durante la Navidad fue de 631 euros, que incluyen 270 euros en regalos, 140 euros en gasto en restauración, 165 euros en comida y 59 euros en viajes. 

El mismo estudio certifica que la mayoría espera hasta el último momento para estas compras, ya que la mitad de ellas se realizan en el mes de diciembre. Sin embargo, el mes de noviembre registra ya un 32% de las compras navideñas, a lo que contribuyen fechas señaladas de compras como Black Friday. Del mismo modo es posible ahorrar hasta un 40% en alimentación comprando ciertos productos congelados con antelación.

Según los datos de la OCU del año pasado, los alimentos que más subieron de precio en España durante la época de Navidad fueron los siguientes:

  • Almejas (44%)
  • Percebes gallegos (33,6%)
  • Besugo (20,7%)
  • Merluza (12,2%) 
  • Ostras (11,2%)
  • Angulas (10,5%)
  • Jamón ibérico (10%)
  • Pavo (3,8%)
  • Cordero (2,3%)
  • Redondo de ternera (1,5%)

La globalización y la acuicultura han ayudado a que algunas de estas subidas sobre el precio del pescado no sean tan grandes como hace décadas. España es el cuarto país que más pescado consume en el mundo, según el Informe del Consumo Alimentario en España 2022 del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, tras un descenso del consumo de un 15% respecto al año anterior. 

Por otro lado, España también es el cuarto país del mundo en importaciones de pescado. Las importaciones de carne también han aumentado en un 40% en la última década. Una gran parte de este pescado procede de acuicultura, en la que España ocupa los primeros puestos de la Unión Europea en capacidad de producción.

Sin embargo, a pesar de la diversificación de las fuentes de pescado y carne que se consumen en Navidad, otros factores coyunturales también han contribuido a que aumente el precio de ciertos productos. Los impuestos introducidos por Noruega, el mayor productor de salmón del mundo, han hecho que su precio se duplique en los últimos cuatro años. 

En el caso de la carne, la subida del precio de los piensos debido a la guerra en Ucrania y los efectos de la sequía también han hecho aumentar el precio de estos productos. El efecto de las subidas en Navidad, una temporada en la que se consumen carnes de mayor calidad y precio, es aún mayor. 

Una solución para ahorrar en las fiestas es comprar con antelación congelados los alimentos más populares, como el pescado, marisco o carnes. 

Por qué comprar congelados en noviembre para la Navidad

Aunque los precios suben en Navidad en todos los productos, en el caso de los pescados, mariscos y carnes frescas es donde podemos obtener mayores ahorros si los compramos congelados antes de que lleguen las fiestas. Hay muchos mitos sobre los productos congelados, especialmente respecto a su sabor y sus propiedades nutritivas. En realidad, la carnes, pescados, mariscos y verduras conservan mejor sus propiedades congelados y en muchos casos son indistinguibles del producto fresco.

  • Carne: cualquier corte de carne puede congelarse. Lo ideal es sellarla bien y, si es posible, al vacío, con lo que se evita la formación de escarcha en la superficie y se conservan mejor sus propiedades. Si se compra ya congelada el resultado será aún mejor, ya que en estos casos se congela a temperaturas muy bajas poco tiempo después de ser obtenida.
  • Pescado y marisco: si has oído el término “ultracongelado en alta mar”, no solo se trata de un reclamo publicitario. Muchos buques pesqueros capturan el pescado, lo limpian y lo congelan a temperaturas muy bajas en el propio barco, con lo que el producto viaja congelado durante todo el proceso de distribución. La congelación rápida de pescados y mariscos ayuda a conservar sus ácidos grasos omega-3, que se oxidan fácilmente en el caso del pescado azul fresco, como el salmón. El pescado blanco es aún más delicado y es más importante todavía comprarlo ultracongelado.

Mejor no congelar en casa

La idea de que el producto fresco es de mejor calidad que el congelado puede llevar a algunas personas a comprar su pescado fresco o la carne con antelación, y congelarlos en casa, pensando que de este modo estarán consumiendo un producto mejor. 

Sin embargo, los congeladores domésticos tienen un problema frente a los industriales: no son lo suficientemente rápidos. Congelar rápidamente a temperaturas muy bajas, como ocurre con el pescado en los buques factoría o con la carne congelada, afecta menos a la textura del alimento. 

Si la congelación es lenta y hay humedad, como ocurre en el congelador doméstico, se pueden formar cristales de hielo de gran tamaño que rompen las paredes de las células. Esto puede hacer que la carne resulte algo más tierna, pero también hace que a la hora de cocinar haya una mayor pérdida de agua y si no se tiene cuidado, el resultado final puede ser un filete más seco y correoso. Con la congelación rápida los cristales de hielo son mucho más pequeños y se producen menos daños. 

Muchas verduras también se congelan inmediatamente después de su recolección, lo que permite cosecharlas en el punto óptimo de maduración, conservando su sabor y propiedades nutritivas mejor que en los productos frescos, que pasan días o semanas en cámaras frigoríficas y se recolectan más verdes para evitar su deterioro en la distribución.  

En cualquiera de estos casos, los productos congelados pueden suponer un ahorro importante en las comidas navideñas. Lo más probable es que los invitados ni siquiera lo noten.

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