Protección contra subidas de tensión eléctrica en tus enchufes y regletas de casa, ¿cuándo es necesaria?

Regleta eléctrica.

Martín Frías

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¿Alguna vez ha quedado inutilizado uno de tus aparatos eléctricos por una subida de tensión? Las sobretensiones en las instalaciones eléctricas afectan tanto a hogares como a empresas. Una sobretensión es un aumento repentino y breve en el voltaje eléctrico que proporcionan nuestras tomas de corriente.

Una sobretensión puede dañar gravemente los dispositivos electrónicos. Aunque las instalaciones eléctricas modernas están protegidas, en ocasiones puede que necesitemos tomar medidas adicionales.

El peligro de las sobretensiones

Existen diversas causas que pueden provocar una sobretensión. Una de las más dramáticas es la caída de un rayo cerca de un tendido eléctrico. Aunque esta es poco común, esta sobrecarga puede suponer el fin de los aparatos electrónicos que no estén protegidos. Otras más frecuentes, pero también excepcionales son las operaciones de las compañías de electricidad, como la conmutación de generadores o la reconfiguración de la red, pueden causar fluctuaciones de voltaje.

Se considera que hay una sobretensión cuando el voltaje supera el 110% del valor nominal, es decir, en la red doméstica de 220 voltios hay una sobretensión si esta supera los 242 voltios. Sin embargo, un rayo puede provocar un pico superior de tensión, son picos de hasta 20.000 voltios. La mayor parte de las sobretensiones proceden de nuestra propia instalación. Por ejemplo, cuando se corta la electricidad y después se restablece, puede haber una subida de tensión. También pueden ocurrir cuando se encienden o apagan aparatos de alto consumo, como motores, sistemas de calefacción o aire acondicionado.

Los dispositivos más sensibles a las sobretensiones suelen ser aquellos con componentes electrónicos delicados. Estos incluyen los ordenadores y portátiles que tienen circuitos integrados y microprocesadores muy sensibles a las fluctuaciones de voltaje. Los ordenadores de sobremesa tienen una fuente de alimentación interna con fusibles que protegen al ordenador de sobretensiones, igual que las fuentes de alimentación de los portátiles. En el caso de una subida de tensión son estas fuentes de alimentación las que podrían resultar dañadas pero, aun así, nos obligaría a sustituirlas.

Los módems, rúteres y otros dispositivos de red, así como los monitores y televisores de pantalla plana también pueden ser fácilmente dañados por sobretensiones. De nuevo, las fuentes de alimentación, internas o externas, son la primera línea de defensa de estos equipos. Hoy en día, además, la mayoría de los electrodomésticos tienen controladores electrónicos, que son pequeños ordenadores. Una sobretensión puede que no afecte al motor de la lavadora, pero podría dañar el panel de control, que puede ser más caro de sustituir.

Los daños causados por las sobretensiones no siempre son inmediatamente evidentes. En algunos casos, pueden provocar un desgaste gradual de los componentes electrónicos, acortando la vida útil del dispositivo. Además, los daños por sobretensiones no siempre están cubiertos por los seguros de hogar. Conviene mirar las condiciones de la póliza, especialmente en casas antiguas con instalaciones eléctricas sin actualizar.

Instalaciones protegidas contra sobretensiones

La primera medida de protección contra sobretensiones es la toma de tierra en los enchufes. Es el tercer contacto que hay en el enchufe, además de los dos bornes habituales. La toma de tierra es un punto de referencia en un sistema eléctrico que está conectado directamente al suelo. Su propósito es ofrecer un camino seguro para la electricidad en caso de un fallo eléctrico, como una sobretensión, que fluiría hacia la toma de tierra, en lugar de al dispositivo que hubiera conectado. La toma de tierra es obligatoria en las instalaciones eléctricas, pero en viviendas muy antiguas puede estar ausente en la mayoría de los enchufes. Aquí es donde puede haber cierto riesgo.

Además, según el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) en España de 2002, las instalaciones nuevas en viviendas deben tener un dispositivo de protección contra sobretensiones. Este dispositivo se parece a los interruptores que hay en el cuadro eléctrico y se denomina descargador de sobretensiones. En general están conectados directamente a las redes de distribución. Cuando se produce una sobretensión, el descargador detecta el aumento y desvía inmediatamente la corriente a tierra. Esto ayuda a evitar daños mayores causados por la sobretensión.

Los descargadores son especialmente importantes cuando la instalación eléctrica es aérea, ya que al estar a la intemperie hay un mayor riesgo de sobretensiones. Afortunadamente, en España la mayoría de las instalaciones son subterráneas y están protegidas por una conexión a tierra. Todo esto minimiza el riesgo de una sobretensión.

Sin embargo, en el caso de una instalación antigua, enchufes sin toma de tierra o acometidas aéreas, puede tener sentido que enchufemos nuestro ordenador y la televisión con una regleta protegida.

Las regletas con protección de sobretensiones

En el caso de los ordenadores o televisores, cuando el pico de tensión no ha sido desviado por la instalación, lo primero que se daña es la fuente de alimentación. Si se trata de un pico muy alto, el daño puede alcanzar a alguna pieza del dispositivo, como el disco duro, la placa base o la pantalla pero, por lo general, son las fuentes de alimentación las que se sacrifican.

Cambiar una fuente de alimentación también puede ser caro. Para añadir una capa adicional de protección podemos usar una regleta de enchufes con supresores de sobretensión. Estas regletas tienen varios componentes, como fusibles y varisadores (resistencias que dependen del voltaje) que hacen que el pico de tensión se derive a tierra y no pase al dispositivo. Algunas de ellas, además, tienen filtros contra radiofrecuencia, que aunque no sean tan dañinas como las sobretensiones pueden provocar ruidos y distorsiones en la imagen, por ejemplo.

Una de las características que nos pueden indicar la efectividad de la regleta para proteger nuestros aparatos es la corriente de fuga. Cuando hay una sobretensión y se deriva el pico a tierra, aumenta proporcionalmente la corriente eléctrica que hay que desviar. Una regleta con corriente de fuga de unos 12.000 A (amperios, la medida de corriente eléctrica) es suficiente para proteger de la subida de tensión producida por una tormenta eléctrica o un rayo.

Los modelos más caros de regletas, por encima de los 100 euros, ofrecen corrientes de fuga de más de 60.000 A, y pueden estar justificados con equipos muy delicados, por ejemplo, si tenemos un ordenador o un televisor de varios miles de euros y una instalación eléctrica poco fiable.

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