Cómo reparar la junta de goma del frigorífico para que vuelva a sellar bien
La junta de goma del frigorífico cumple una función crucial en la conservación de los alimentos y en la eficiencia energética del electrodoméstico. Su deterioro puede provocar que la puerta no cierre correctamente, generando pérdida de frío, un aumento del consumo eléctrico y, en algunos casos, el deterioro prematuro de los productos almacenados. La revisión y mantenimiento de esta pieza es, por tanto, una tarea de cuidado esencial para asegurar el buen funcionamiento del frigorífico.
El desgaste de la junta de goma suele ser gradual y se manifiesta en rigidez, deformaciones o grietas en el material. Estos problemas impiden que el cierre sea hermético y, en consecuencia, la temperatura interior del frigorífico se ve alterada. Detectar a tiempo estas deficiencias permite aplicar soluciones preventivas o correctivas antes de que el electrodoméstico pierda eficiencia, evitando así gastos innecesarios en electricidad o la compra de alimentos estropeados.
Existen varios métodos para restaurar la funcionalidad de la junta sin necesidad de recurrir a un servicio técnico especializado. Las técnicas más utilizadas incluyen la limpieza profunda, la recuperación de la elasticidad mediante calor, la aplicación de productos hidratantes y, en casos más avanzados, la instalación de burletes adhesivos o el reemplazo total de la pieza. Cada procedimiento se adapta según el grado de deterioro de la junta y el tipo de frigorífico.
Limpieza y recuperación de la elasticidad
El primer paso para mantener o restaurar la funcionalidad de la junta de goma es la limpieza. La acumulación de polvo, grasa y restos de alimentos puede afectar su flexibilidad y comprometer el sellado de la puerta. Para realizar una limpieza adecuada, se recomienda utilizar un paño suave humedecido con agua tibia y un detergente neutro, limpiando especialmente los pliegues y zonas de difícil acceso donde la suciedad se acumula con mayor frecuencia.
Tras la limpieza, es importante secar completamente la junta para evitar la proliferación de moho o bacterias, que pueden generar olores y afectar la higiene del frigorífico. Un mantenimiento regular de esta pieza prolonga su vida útil y contribuye al funcionamiento eficiente del electrodoméstico.
Si la goma ha perdido elasticidad, se puede aplicar calor moderado utilizando un secador de pelo. Es importante mantener cierta distancia para no dañar el material. El calor ayuda a que la goma recupere su forma original, lo que mejora el sellado y evita fugas de frío. Esta técnica es especialmente útil en juntas que se han endurecido debido al uso prolongado o al paso del tiempo.
Otra alternativa para recuperar la flexibilidad de la goma es la aplicación de productos hidratantes, como vaselina o aceite mineral puro. Estos productos permiten que la junta mantenga su elasticidad y aseguran un contacto más efectivo con el marco de la puerta. Su uso es recomendable cuando la goma no presenta daños estructurales graves y solo necesita restaurar su capacidad de sellado.
Reparación avanzada y reemplazo de la junta
Cuando la junta presenta grietas, deformaciones importantes o un sellado insuficiente, es necesario recurrir a soluciones más avanzadas. Una de las opciones es la instalación de burletes adhesivos en los bordes de la puerta. Estos burletes están diseñados para mejorar el sellado sin reemplazar la junta original. Para instalarlos correctamente, es fundamental limpiar la superficie de contacto, retirar la protección del adhesivo y presionar firmemente hasta asegurar su fijación.
Si los burletes no son suficientes para garantizar un cierre hermético, el reemplazo completo de la junta es la solución definitiva. Este proceso implica retirar la junta antigua, limpiar la zona de contacto y colocar la nueva pieza asegurando un ajuste correcto. La mayoría de los fabricantes suministran juntas de repuesto compatibles con cada modelo de frigorífico.
Una instalación adecuada de la junta nueva asegura un sellado óptimo, recuperando la eficiencia energética del frigorífico y evitando el consumo innecesario de electricidad. Además, garantiza que los alimentos se mantengan en condiciones óptimas, evitando pérdidas económicas por productos estropeados.
Finalmente, la prevención es clave para mantener la junta en buen estado durante más tiempo. La limpieza regular, la revisión periódica de la pieza y la atención a cualquier deformación inicial permiten evitar reparaciones complejas y prolongar la vida útil del frigorífico. Con un mantenimiento constante, la eficiencia del electrodoméstico se mantiene y se reduce el riesgo de problemas futuros relacionados con la pérdida de frío.
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