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Lloyd Cole: La sosegada y madura revolución acústica de un juglar (y su hijo)

Lloyd Cole: La sosegada y madura revolución acústica de un juglar (y su hijo)

EFE

Valencia —

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Hace 33 años, Lloyd Cole quería comerse el mundo y ser una estrella del pop junto a sus Commotions, el grupo con el que tocó el cielo y que después desintegró para intentar ser un moderno Lou Reed, primero, y una simbiosis de Dylan y Cohen después, ya como un juglar acústico al que ahora acompaña su hijo.

Cole ha iniciado en Valencia una gira por España en la que repasa catorce años de su carrera, desde la génesis con The Commotions en 1983 hasta su etapa neoyorquina en solitario (1996), con lo que el éxito lo tiene asegurado pues la nostalgia por los años 80 sigue cotizando alto y hay un cariño especial por esa etapa en general y por grupos y artistas de culto en particular.

A sus 55 años, Cole luce su madurez con sosegado orgullo, mucho sarcasmo (“me siento prehistórico”, dice) y asumiendo que la gloria que alcanzó hace tres décadas nunca volverá como tal (no al menos en radiofórmulas ni en programas de televisión con público discotequero), por lo que asume un “carpe diem” artístico y reivindica con enorme profesionalidad su legado y carisma, ese que ha influido a artistas como Mikel Erentxun, Ivy o Camera Obscura.

Y en esta gira, especialmente agradecida para su público más “remember” (como se conoce en Valencia a la música que más se escuchaba en sus discotecas y clubes de los 80 y los 90), destaca a su lado durante la segunda mitad del concierto un chico estirado, con flequillo largo y la misma cara hirsuta que lleva poniendo su padre en las fotos promocionales desde 1983.

A punto de cumplir 23 años y veintiuno después de aparecer junto a su aparentemente atormentado progenitor en la portada del single “Baby” (de su disco “Love story”), aquel “Lloyd Puckitt” se ha convertido en William Cole, un solvente guitarrista que ahora graba discos con su padre y le acompaña en giras mundiales como esta, en la que se bucea por catorce años del mejor pop-rock anglosajón.

El período 1983-1996, que abarca desde el arrollador debut con “Rattlesnakes” hasta su asentada carrera en solitario, ya en EEUU, es la excusa perfecta que ha encontrado el cantautor -aparentemente cada vez más Johhny Cash- para repasar su cancionero más conocido y rescatar algunas joyas menos recordadas.

Además, su antigua compañía de discos editará en breve una caja recopilatoria con los CD en solitario de la etapa en Nueva York, desde su debut en 1989 hasta “Love Story” (1995), incluyendo un disco entero “perdido” (o según cuenta él en su biografía, desechado por un responsable de su entonces multinacional) de 1997 junto a rarezas, remezclas y material inédito.

Esta noche, en un abarrotado Loco Club, Cole ha vuelto a marcar con maestría su territorio en el mejor pop-folk acústico, ese subgénero que lleva ya catorce años explorando y que coincide con su etapa más intimista, más independiente (fue de los primeros en recurrir al micromecenazgo para editar sus discos) y más alejada de los éxitos comerciales, cada vez más entre los artistas “de culto”.

Han sonado casi todo “Rattlesnakes” (“Perfect skin”, “Patience”, “Are you ready to be heartbroken?”, el tema titular, “Charlotte Street” o un “Forest fire” de ensueño para cerrar el concierto) y muchas joyas de “Easy pieces” y “Mainstream”, los dos discos que completan la etapa Commotions.

El público ha celebrado especialmente “My bag” (con aires del Oeste) y “Jennifer she said” (con la sala entera tarareando su epílogo como si no hubiera un mañana), así como “Lost weekend” y “Brand new friend” (con un guiño póstumo al Bowie de “Sorrow”).

De su capítulo en solitario ha rescatado, solo o en compañía de su hijo, desde “No blue skies” hasta “No more love songs”, pasando por “Love ruins everything”, “Pay for it”, “So you'd like to save the world” y “Loke lovers do”.

La gira española de este enamorado del fútbol inglés y del golf, quien trabaja ya en su próximo disco, previsto para 2017, recalará el próximo miércoles en Madrid (Teatro Barceló), el jueves en Vigo (Auditorio Municipal), el viernes en Santander (Escenario Santander) y el sábado en San Sebastián (Gazteszena).

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