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El reloj de Notre-Dame volverá a latir gracias al hallazgo por sorpresa de un “gemelo” casi idéntico

Detalle de las célebres gárgolas de Notre-Dame.

elDiarioes Cultura

Un reloj prácticamente idéntico al de la catedral de Notre-Dame de París ha sido hallado en una iglesia cercana, según informa Agence France-Presse. Se trata de un hallazgo que podría ser clave para reconstruir una obra maestra devorada por el incendio de hace dos meses.

El reloj 'gemelo' ha sido encontrado en un cobertizo situado bajo las campanas de la iglesia de la Santísima Trinidad, a 4 kilómentros de Notre Dame. Allí, entre varias esculturas abandonadas y muebles viejos, descansaba el gigantesco reloj abandonado cuando lo descubrió el relojero y experto en arte Jean-Baptiste Viot, mientras realizaba un inventario por encargo.

Según declara Viot en AFP, una placa de estaño certifica con la inscripción “Año 1867. Construido por Collin”, que se trata de una obra de ingeniería realizada el mismo año y en el mismo taller que el de Notre-Dame, que resultó gravemente dañado por las llamas en abril. “Es una suerte. Es como encontrar otra edición de un libro quemado. Su valor es incalculable”, explica a la agencia de noticias francesa.

Debido a las llamas y la desaparición de los planos del aparato, no existía hasta la fecha prácticamente ninguna indicación que pudiese servir de guía para su reconstrucción.

El descubrimiento del reloj de la Santísima Trinidad “permite tener una base de trabajo para rehacer las piezas” del de Notre-Dame, afirma Olivier Chandez, el relojero de la célebre catedral. “Es casi un milagro este descubrimiento: si hubiéramos tenido solo fotos hubiéramos tenido que extrapolar detalles. Pero con este modelo, tenemos todas las medidas y podemos empezar a fabricarlo”, explica el experto a AFP.

Notre-Dame sigue viva tras el incendio

El desastre de Notre-Dame dejó sin palabras a medio mundo el pasado mes de abril, cuando miles de televisiones retransitieron en directo cómo se desvanecía un pedazo de historia de la capital francesa.

La batalla contra el fuego se libró durante doce horas ininterrumpidas. La torre en forma de aguja que coronaba el templo no resistió las llamas y se derrumbó. Había sido un campanario durante el siglo XVII, pero en la actualidad era una torre con 500 toneladas de madera y 250 toneladas de plomo a una altura de 93 metros desde el suelo. La acompañaban doce estatuas de cobre verde que, por suerte, se libraron del siniestro al haber sido trasladadas para su restauración apenas una semana antes. Dos policías y un bombero resultaron heridos leves durante los trabajos de extinción.

Pasado el impacto inicial y sofocado el fuego, empresas e influyentes personalidades francesas que se comprometieron a aportar grandes cantidades de dinero para la reconstrucción de la cúpula. 850 millones de euros, de los que se han percibido apenas 80 y en su mayoría a través de pequeñas donaciones ciudadanas.

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