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Carlos Giménez: “Todo el futuro, todo en bloque, es mi gran preocupación”

Carlos Giménez: "Todo el futuro, todo en bloque, es mi gran preocupación"
Madrid —

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Madrid, 11 sep (EFE).- Carlos Giménez está “normal”, porque bien estaba cuando tenía treinta años. Aun así, y pese a estar “calvo, gordo y feo”, el historietista sigue “al pie del cañón” para ofrecer “El inmortal”, una historia en la que viaja al futuro, porque lo que vendrá es su “gran preocupación”.

Justo en el año de su 80 cumpleaños, Giménez cuenta a Efe que sigue trabajando todos los días en su casa de Madrid, ese pequeño apartamento donde afrontó solo el confinamiento, mientras miraba cómo su bulliciosa calle se convertía en un lugar “vacío y desolado”.

Y fue durante esos meses cuando dibujó “El inmortal” (Reservoir Books), porque respecto al guión, dice el autor de “Paracuellos”, fue creado antes de que arrancara la “peste”, como así denomina a esta pandemia. Por eso, nada de lo que hay en este cómic tiene que ver con la crisis sanitaria.

Según sus palabras, el gran cronista de la historia de España no recuerda exactamente cuándo le surgió la idea de este nuevo cómic, pero lo que sí tiene claro es que el personaje de Homobono está inspirado en una persona (de nombre parecido) que conoce.

“Es un hombre muy mayor que tiene mucho miedo a morirse. Su personalidad y algunos de los gags que cuento están cogidos de su vida. Y estoy seguro de que a este hombre le encantaría ser inmortal. Cuando hago un personaje, siempre pienso en alguna de las personas que conozco. Es un recurso para hacer que el personaje sea mas creíble”, explica a Efe.

Así, en esta sátira ha echado mano de la ciencia-ficción para regresar a algunos de los temas que ha abordado en anteriores trabajos, como “Crisálida”: hacerse mayor, la muerte y la sociedad en la que vive.

Por eso en esta ocasión da la voz a Homobono Santos Casas, un médico jubilado al que su mortalidad le trae algo más que preocupado, sobre todo cuando un grupo de alienígenas le llevan al futuro y ve ahí cómo las mujeres dominan el planeta y que el suicidio está a la orden del día.

Eso sí, Giménez no es Homobono, porque él no tiene “ninguna preocupación especial, ninguna concreta”, para este futuro que se nos viene “encima”.

“Todo el futuro, todo en bloque, es mi gran preocupación. Soy muy pesimista. Creo que las mujeres tienen derecho a dominar el mundo, ahora les toca a ellas, pero no creo que el mundo dirigido por las mujeres vaya a ser mejor. No es cuestión de mujeres o de hombres, es el ser humano lo que falla, es esta sociedad montada sobre el dinero y la desigualdad lo que hace imposible albergar ninguna esperanza”, afirma.

Unas palabras que le llevan a expresar también que el futuro va a ser “inevitablemente una continuación de este presente, y este presente es realmente desalentador”.

“De todas maneras -agrega-, yo no he querido en este libro hacer vaticinios formales sobre el futuro; solo he pretendido caricaturizar algunos aspectos del presente y sacarle punta a unas cuantas cosas, como los nacionalismos, el control de los ciudadanos o el papel de la mujer, con la sola pretensión de hacer sonreír al lector”.

Y sonreír es algo que consigue, pero también reflexionar sobre todo eso que plantea en este libro en el que demuestra que queda aún mucho Giménez por vivir y disfrutar. Pero no será eterno porque él no quiere ser inmortal “en absoluto”: “¡Qué horror! Tengo 80 años y ya he visto bastante”.

Eso sí, según reconoce, visitar el futuro es algo que le gustaría, “pero solo visitarlo”.

“Teniendo en cuenta que este mundo presente ya me resulta extrañó y difícil de comprender, que en él ya me siento inadaptado y fuera de lugar, que hay muchas cosas que no entiendo, con lo que he vivido ya tengo bastante. Pero sí, me gustaría visitar el futuro de dentro de cien años, como el Homobono de mi historia. Me gustaría ir, verlo, hacer fotos y volver para poder luego contarlo”, cuenta.

Según afirma, algo que no querrá leer ninguno de sus seguidores, Giménez espera morirse “tranquilamente dentro de poco”, porque con lo que ha vivido ya tiene “bastante”.

“La inmortalidad debe ser algo insoportable. No creo que haya nadie (excepto Homobono) que, después de reflexionar al respecto, quiera ser inmortal. La inmortalidad es una maldición y, si no, que se lo pregunten al Judío Errante”, concluye el maestro de maestros, como el dibujante Carlos Pacheco.

Pilar Martín.

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