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Festival de Venecia

Pedro Almodóvar hace historia y logra el León de Oro en Venecia con ‘La habitación de al lado’

Pedro Almodóvar posa junto a su histórico León de Oro por 'La habitación de al lado'

Javier Zurro

Venecia —

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Pedro Almodóvar sigue escribiendo las páginas del cine español. Ahora lo hace desde el Festival de Cine de Venecia, donde el director ha logrado un histórico León de Oro por La habitación de al lado. Es la primera vez que una película española lo logra, aunque no el primer cineasta que lo hace. Luis Buñuel lo logró con Belle de jour, producida en Francia. Es el culmen para una carrera donde los premios ya son lo de menos, aunque siempre sienten bien. La guinda a un cine revolucionario, que ahora, desde una mirada más sobria y austera sigue emocionando en todo el mundo.

De hecho, es curioso que Almodóvar no tuviera el premio gordo de los dos grandes festivales internacionales. En Cannes lo rozó varias veces (Mejor dirección por Todo sobre mi madre, y Mejor guion y premio a las actrices de Volver). En Venecia le dieron un León de Oro, pero honorífico, y aquí empezó su carrera internacional gracias al premio al mejor guion de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Ahora vuelven a encumbrarle con su primera película en inglés, un drama emocionante y austero sobre la muerte digna y la amistad femenina.

Almodóvar convenció a la crítica y además demostró la importancia de los cineastas al posicionarse políticamente. Lo hizo en la rueda de prensa del filme, cuando criticó la actitud de la extrema derecha hacia los menores migrantes. Lo repitió de nuevo al recoger el león de oro. Entre lágrimas se lo dedicó primero a su familia, y luego a sus dos actrices, Tilda Swinton y Julianne Moore. “Como director, uno de los privilegios es que somos el primer testigo cuando ocurre un milagro en la pantalla, y tanto Tilda como Julianne han convocado un milagro muchos días de este rodaje, y nunca tendré palabras suficientes de agradecimiento. Este premio es para vosotras”, dijo.

Pero la ovación llegó cuando volvió a remarcar la cuestión política de La habitación de al lado, un filme sobre “una mujer que agoniza en un mundo agonízate”. “La película no solo habla de la solidaridad sin límites del personaje de Julianne, sino también de la decisión del personaje de Tilda de terminar su vida cuando esta solo le ofrece dolor. Despedirse de este mundo limpia y dignamente es una cuestión humana, no política, y es desde la humanidad desde donde hay que abordarlo. Sé que este derecho atenta contra cualquier religión que tenga a dios como única fuente de vida. Les pediría a los practicantes que respeten y no intervengan en decisiones individuales al respecto. El ser humano debe ser libre para nacer y para morir cuando la vida sea insuficiente”, añadió. 

Venció a las que hasta el último momento habían sido colocadas por todos como las grandes favoritas. La primera, The brutalist, una impresionante y apabullante crónica del capitalismo y un sopapo al sueño americano, logró el premio a la Mejor dirección para Brady Corbet, que con su tercer filme se sitúa como uno de los cineastas más importantes del panorama actual. La otra, la georgiana Dea Kulumbegashvili, se tuvo que conformar con el premio del jurado por April, su terrorífico retrato sobre el aborto y la violencia hacia las mujeres. Una propuesta radical que puede haber dividido al jurado.

La sorpresa vino de la mano de la directora italiana Maura Delpero, que con su segundo filme, Vermiglio, logró el segundo premio en importancia, el León de Plata, Gran Premio del Jurado. Un delicado e íntimo retrato de una familia en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial centrado en sus mujeres. Un prodigio de sensibilidad y puesta en escena que también enamoró al jurado.

La película de Almodóvar es filosófica y nos hizo pensar en lo que significa estar vivo, en tu vida, pero también en la decisión de cómo terminar tu vida

Isabelle Huppert Presidenta del jurado de Venecia

Los premios interpretativos tenían muchos candidatos, especialmente para el femenino, donde finalmente Nicole Kidman se ha llevado la Copa Volpi por su arriesgado trabajo en Babygirl, el filme de Halina Reijn que se pregunta si una fantasía sexual de dominación puede ser feminista. La actriz australiana -que no pudo acudir a la gala por el fallecimiento de su madre- se entrega en cuerpo y alma, y hasta se atreve a reírse de sí misma, y el jurado lo ha reconocido por encima de otros trabajos como el de Angelina Jolie en Maria, o el de Fernanda Torres, en el filme de Walter Salles I’m still here, sobre una madre de familia en la dictadura brasileña. El filme del director brasileño, uno de los favoritos de la crítica, se llevó el galardón al mejor guion para Murilo Hauser y Heitor Lorega.

En el premio al mejor actor hubo más sorpresa, ya que ninguno de los dos favoritos, Daniel Craig y Adrien Brody, se lo llevaron. Fue para el francés Vincent Lindon, uno de los mejores actores europeos que vuelve a demostrar su talento en Jouer avec le feu, filme que alerta sobre el auge de la extrema derecha. Lindon da vida a un padre obrero y de izquierdas que ve cómo uno de sus hijos comienza a frecuentar grupos neonzais. Al entregar un premio bromeó diciendo que por primera vez una presidenta francesa, en referencia a Huppert, había sido justa con un actor de su país.

Posteriormente, Huppert reconoció que la decisión no había sido unánime. “No lo ha sido, pero hemos estado bastante de acuerdo. Obviamente nos ha gustado la película. Habla de temas importantes y que nos tocan, y lo hace con vida, con un sentido de vida, de transmisión, considera el final de la vida como un movimiento. Algo se para y algo se mueve, creo que la película es filosófica en ese sentido, y nos hizo pensar en lo que significa estar vivo, en tu vida, pero también en la decisión de cómo terminar tu vida. También nos han encantado las dos actrices, están maravillosas. La película nunca es sentimental, no es melodramática. Almodóvar tiene el talento de mantener la distancia de su asunto, así que por esos motivos la hemos premiado”, dijo Huppert.

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