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Combo Paradiso: “Que no nos llamen supergrupo, que eso está maldito”

Combo Paradiso: "Que no nos llamen supergrupo, que eso está maldito"
Madrid —

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Madrid, 14 may (EFE).- Lo que la complicidad musical ha unido, que no lo separen los egos. Así piensan Julián Maeso, Alberto Anaut, Juan Zelada y Adrián Costa, cuatro “ratas de garitos, salas y festivales” con mucho camino andado por separado a los que el confinamiento reunió para gestar Combo Paradiso, nuevo ¿supergrupo? español.

“Que no nos llamen así, que eso está maldito; mira Cream, por ejemplo”, comentan entre la broma y la humildad durante un encuentro con Efe acerca de si se les aplica la etiqueta utilizada para hablar de aquellas formaciones que alumbran músicos con cierto recorrido y notoriedad.

Cuentan que todo nació en mitad del confinamiento por la covid-19, en un momento en el que andaban “confundidos con la situación”. “En mi caso andaba un poco ajeno a la música, trabajando de manera gratuita en el huerto de Cáritas en Toledo y, en un momento dado, me dio el punto de llamarlos”, rememora Maeso, exintegrante de The Sundray Drivers.

“Yo pienso mucho en la música, pero muy poco en el negocio. Soy muy torpe para eso. Si musicalmente algo mola, voy a por ello. Y eso hicimos”, cuenta Anaut sobre qué les impulsó a juntarse, primero con versiones de sus propios temas.

En un primer momento eran un trío, hasta que se unió Costa. “Vimos que la cosa crecía y que sonaba muy especial, porque las cuatro voces son muy diferentes pero muy auténticas a la vez”, destaca Zelada.

En el pasado habían compartido “clubs, festivales y hasta mánagers a veces”. Coincidían incluso en los instrumentos que solían tocar: Maeso y Zelada los teclados, Anaut y Costa las guitarras, pero eso entró en segundo plano (de hecho, acostumbran a intercambiárselos).

“Esto era más un tema de amistad entre músicos que tenían canciones que compartir y que querían ver qué pasaba”, subrayan. Y así pasaron todo el verano pasado tocando juntos “y encantados”.

El estilo que más o menos los unía a todos y la necesidad apremiante de un nombre para poder realizar sus primeros bolos les llevó a presentarse en sus primeras actuaciones como Soul Brothers. “Pero cuando empezamos a componer canciones en castellano, aquello no tenía sentido”, reconocen.

Así surgió Combo Paradiso y la unión de sus componentes dio lugar a algo diferente, afectado por las músicas latinoamericanas en lugar de por la música anglófila y afroamericana que había marcado previamente sus carreras.

“Cada uno había cuajado la idea de pegar un cambio, porque a músicos como nosotros que entendemos la música anglosajona también, nos gusta que la gente nos entienda”, argumenta Costa sobre la elección de un estilo que les sirve de puente natural.

El proceso de composición es muy colaborativo. “Todos hemos puesto temas encima de la mesa”, aseguran, “y el que los escuche oirá canciones sin propiedad”.

“Si uno dice que algo puede molar, se intenta, porque hay mucho respeto”, apunta Anaut. “Y todos tenemos intuición musical para componer”, apostilla Zelada sobre el resultado, un primer disco llamado “Loco Vaivén” que grabaron precisamente mirando a América, en los Estudios del Náutico de San Vicente, en O Grove (Pontevedra).

Que sean número par no es problema para la toma democrática de decisiones. “Si hay empate, se hace lo que diga Julián”, bromean una vez más, en una prueba de la camaradería que los ha imantado, porque hay más que les une que lo que les pueda diferenciar, conceden.

Preguntados sobre si Combo Paradiso tendrá continuidad o nació específicamente para este disco y su gira correspondiente, responden con la cabeza fría: “Llevamos suficientes años como para no dejar de tener ilusión ni tampoco crearnos grandes expectativas. Lo que queremos es trabajar y pensar en el concierto de mañana”.

“Si llegamos a mañana, hemos triunfado”, replica otro, esta vez con el humor como estoque. “Nos juntamos ocho días y salió un disco. Si nos das tres meses...”, apuntilla Maeso con ambición.

Como buenas “ratas de garito, de salas y de festivales”, pronostican grandes directos. “Es lo que sabemos hacer”, insisten ante una agenda que desde mañana les llevará a Sevilla (Sala X, 15 de mayo), Madrid (Gran Teatro Bankia Príncipe Pío de Madrid, 19 de mayo), la localidad pacense de Don Benito (Parque de las Albercas, 28 de mayo) o Valencia (16 Toneladas, 29 de mayo).

Por Javier Herrero

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