La cultura casera de la música y el 'streaming' crece en pandemia frente a la debacle de las artes en vivo

La pandemia ha provocado grandes pérdidas a las artes escénicas en España, según la Fundación SGAE, que ha publicado su anuario de balance. Con una lógica bajada del 75,7% de espectadores, debido al cierre de teatros y, posteriormente, a la apertura pero con aforos mínimos, el 71,8% de la recaudación se ha perdido respecto al año anterior. Se calcula que se han dejado sin hacer unas 25.000 representaciones. En 2020 se registraron 25.553 funciones de artes escénicas. En un año normal, esto hubiera supuesto unos 14 millones de espectadores, pero solo se han contabilizado 3,4, debido a las medidas sanitarias de reducción de aforos y la precaución del público.

La Fundación considera un “varapalo” la bajada. En el caso del público del teatro, el sector más popular de las artes escénicas, se estaba viviendo un momento de recuperación. Tras sufrir un imparable descenso en la primera década del siglo, a partir de 2013 se había conseguido frenar la caída manteniéndose en torno a los 12 millones; todavía lejos de los 16,6 de 2008. El estudio de la Fundación cifra en 146,5 millones de euros las pérdidas de recaudación.

La danza, que supone un 4% de la recaudación de las artes escénicas, sufría un descenso paralelo al del teatro, igualmente a partir de la crisis económica de 2008, que había empezado a recuperarse tímidamente a partir de 2016. 2020 solo recaudó 2,7 millones de euros de los montajes de danza, a partir de poco más de mil representaciones a las que solo acudieron 229.000 personas.

La gran pantalla se hizo pequeña

España tiene 3.585 pantallas. Con la pandemia, se han perdido 89. El cine ha sufrido una caída muy similar de asistencia al que han vivido las artes escénicas, con una reducción del 57% de sesiones, lo cual ha producido un 74,7% de asistentes menos y un 74,2% de bajada en la recaudación. En la práctica, supone que muchas películas que se habían rodado en los años anteriores se han quedado sin exhibición. Se proyectraron 1.586 películas, lo que supone 276 menos de las esperadas, si se hubieran mantenido los mismos términos que en 2019. Tras una década de crecimiento en el número de espectadores, el descalabro es evidente. De los 26,5 millones de entradas de cine que se vendieron, 1,7 fueron para ver la película de Santiago Segura Padre no hay más que uno 2: la llegada de la suegra, seguida de 1917 y Tenet.

Además, la entrada de cine era 13 céntimos más cara, de media, que el año anterior. La media entre los precios de las entradas para ver películas se sitúa en 5,99 euros. Un habitante medio gasta en ir al cine unos 13 euros al año. En pandemia, 3,40 euros.

La cultura de quedarse en casa

A diferencia de los espectáculos en vivo, que han salido claramente dañados de la crisis sanitaria (ha caído el 73,3% de la recaudación), la música grabada ha crecido respecto a 2019 un 6%. En la tensión entre el mercado físico de cedés y vinilos y el digital, claramente el confinamiento ha espoleado al digital con una subida del 16%, mientras que los formatos físicos han perdido un 24,5%.

El mercado físico de videojuegos también ha salido ganando con la pandemia, pues sus ventas han subido un 4,8% respecto al año anterior.

La pequeña pantalla de casa sale beneficiada en 2020. El 52,4% de la población dice haber visto algún video en streaming el año pasado (una subida del 6,6%). Lo que asoma estadísticamente se constata en el aumento de abonados a plataformas de pago: Movistar+ mejoró su público en un 17,7%, Amazon Prime Video en un 16,7% y Netflix en un 8,4%.

La pandemia incrementó en 231 minutos por persona al día el consumo de televisión pero los ingresos publicitarios que lo sustentan no, pues bajaron por tercer año consecutivo. Pero no se escuchó más la radio, sino que cayó ligeramente: tres minutos menos por persona, de media, que el año anterior.