Del rock de estadio de Kings of Leon a las 'sirenas' de Nicolas Jaar
Conor Oberst
Ruminations
Nonesuch / Warner
FOLK-ROCK
★8/10
Hace un mes se ponía a la venta un cofre de seis discos con los trabajos de Bright Eyes. En realidad esa es sólo una pequeña parte de la trayectoria de Conor Oberst, condenado a cargar eternamente la etiqueta de niño prodigio y soportar las comparaciones con un artista tan inalcanzable como Bob Dylan.
Ruminations es el quinto disco que firma bajo su propio nombre y no ayudará a que amainen las comparaciones con el mito. Cocinado a solas en la habitación con la única ayuda de una guitarra acústica, el piano y la armónica, el de Omaha recurrió también a la economía de medios a la hora de escribir estas diez canciones, compuestas todas ellas durante un encierro doméstico de 48 horas. Lejos de mermar el resultado final, el handicap refuerza la convicción que Oberst ha imprimido a toda su obra.
Douglas Dare
Aforger
Erased Tapes / Gran Sol
Electrónica
★8/10
El británico sorprendió debutando con Whelm en uno de los sellos más exquisitos de la electrónica transversal contemporánea, Erased Tapes. Ahora su segundo largo confirma los buenos augurios.
Es una colección de torch-songs construida a partir de líneas de piano, con la arquitectura digital funcionando de argamasa y su registro de barítono, a medio caballo de Marc Almond y Neil Hannon, elevándose o (literalmente) derrumbándose sobre las canciones. A partir de la traumática experiencia de la pérdida de dos seres queridos, este joven de formación musical clásica reflexiona sobre la relación entre tecnología, el mundo real y nuestros fantasmas. Hermoso.
Kings Of Leon
Walls
RCA / Sony
ROCK
★6/10
No hay fallo. Para bien o para mal hace tiempo que todos tenemos perfectamente claro de qué estamos hablando cuando se trata de un disco de Kings Of Leon: rock con vocación de estadio, ritmos trotones, estribillos coreables y una producción que convierte en ampuloso lo que con otro envoltorio pasaría por ejercicio de garage-rock. Esto es, la liga de los Killers, Arcade Fire o, en su versión más gafapasta, sus compatriotas The National.
Pocas novedades en ese sentido, si acaso algunos detalles ambientales cortesía del músico de sesión Liam O’Neill y esa suerte de cha cha cha que es Muchacho, triquiñuela destinada a oxigenar el disco hacia su ecuador. Pero el verdadero partido se juega donde siempre, en la épica controlada del Waste a Moment, el emo llena estadios que es Over o el rock saltimbanqui de Around the World.
Mono
Requiem for Hell
Pelagic
METAL
★7/10
Los japoneses Mono vuelven a ponerse en manos de Steve Albini para recuperar la brutalidad instrumental que progresivamente había ido dando paso a un sonido más etéreo, casi sinfónico, que aquí tiene asoma la patita en piezas menores, como la orquestal Stellar. En realidad Requiem for Hell gira alrededor del tema titular, una pieza que se va hasta los 18 minutos (el clip sobre estas líneas se queda en un edit de 7) inspirado en La divina comedia, también coartada conceptual de la portada, que reproduce un grabado de Durero.
Ely’s Heartbeat, por su parte, homenajea el nacimiento del bebé de un amigo: a partir de la grabación de los latidos del feto, el grupo juega a desarrollar in crescendo un tema como el crío que pasa de estar postrado en la cuna a dar sus primeros pasos.
Enric Montefusco
Meridiana
Sony
POP
★7/10
Quien fue cantante y principal compositor de Standstill publica su primer disco en solitario, una manera de cambiar para que todo siga igual. Porque Meridiana profundiza en la progresiva tendencia de la banda barcelonesa a abrazarse a los desarrollos extensos (y épicos), marcados por la peculiar poética e inconfundible voz de Montefusco.
En ese sentido es curioso que en la ronda promocional el autor haya mantenido que su compromiso con lo popular está en la base del disco, porque en lo discursivo su planteamiento aún sigue siendo tirando a críptico. En el aspecto musical la mayor diferencia de la etapa que se abre con Meridiana es el apagón eléctrico, electricidad sustituida aquí por una serie de arreglos de inequívoco aroma mediterráneo: acordeón, cuerdas, flauta...
Nicolas Jaar
Sirens
Other People / Popstock!
ELECTRÓNICA
★8/10
Hace cinco años, un jovencísimo Nicolas Jaar se convertía en referente de la electrónica con un disco de sugerente título –Space Is Only Noise- y múltiples puntos de fuga que iban mucho más allá del sonido de club. El músico chileno-norteamericano no ha estado precisamente parado desde entonces y como muestra ahí están sus sesiones, la banda sonora para un filme de 1969 dirigido por Sergei Parajanov, infinidad de maxis –los tres volúmenes de Nymps se reunieron este mismo año a modo de largo- y ese proyecto paralelo junto a Dave Harrington bautizado Darkside.
Pero no ha sido hasta Sirens que Jaar ha ofrecido la esperada continuación con un disco que mantiene los patrones sonoros y también el nivel (nivelazo) de aquel debut: soul electrónico, kraut alienígena, lounge minimalista... Sus maneras convierten en líquido el oficio de colocar etiquetas.
Two Door Cinema Club
Gameshow
Parlophone/ Warner
POP
★5/10
La grave enfermedad de uno de sus componentes retiró de los focos a Two Door Cinema Club precisamente en el momento en el que el grupo acariciaba el el salto a la primera división del pop. Felizmente recuperado y con todo otra vez en orden, los irlandeses publican su primer disco plenamente multinacional, aquel que (según sus propias palabras) definitivamente les va a separar de todos los imitadores que les han surgido desde que Tourist History vio la luz hace algo más de un lustro.
No está del todo claro que hayan salido ganando con el cambio: del pop de guitarras vitalista y saltarín de sus inicios apenan quedan rastros -Are We Ready? (Wreck), curiosamente elegida como primer single-. El resto del disco se debate entre las ocurrencias más o menos graciosas –guiños a Bee Gees, Queen o Prince- y las formas del pop mainstream que puebla los charts británicos de unos años a esta parte. Pero lo que es más importante, los hits inapelables brillan por su ausencia.