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Muere Tony Bennett, el último gran 'crooner', a los 96 años

Tony Bennett en una actuación de 2019

Laura García Higueras

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El cantante Tony Bennett, considerado como el último gran 'crooner', ha fallecido este viernes a los 96 años. Artífice de éxitos como Blue Velvet y I Left My Heart in San Francisco, se había mantenido en activo hasta 2021, año en el que anunció su retirada. La noticia ha sido confirmada por The Associated Press, que informa que ha fallecido en su ciudad natal, Nueva York. Pese a que no se indica la causa de su muerte, al artista se le había diagnosticado alzhéimer en 2016.

El intérprete alcanzó el éxito alabado por su particular forma de cantar; suave y murmurada, y sin proyectar la voz. Durante sus más de 70 años de carrera vendió más de 50 millones de discos y ganó hasta 19 Premios Grammy. Uno de sus últimos trabajos fue el álbum Love For Sale que lanzó junto a Lady Gaga en 2021; artista con la que ya había colaborado en el epé Cheek to Cheek en 2016.

Gayatri Devi, neurólogo de Bennett, animó a sus familiares para que continuara cantando y actuando el máximo de tiempo posible y así lo hizo, hasta que llegó la pandemia del coronavirus. “Le mantenía en su sitio y también estimulaba su cerebro de manera importante”, argumentó el especialista. Su última actuación fue al lado de Gaga, dentro del espectáculo One Last Time, en el Radio City Music Hall.

Anthony Dominick Benedetto, cuyo nombre artístico es Tony Bennett, nació en Nueva York en 1926. Creció escuchando a artistas como Al Jonson, Eddie Cantor, Judy Garland, Bing Crosby y Louis Armstrong. Debutó con tan solo diez años sobre los escenarios. En concreto, frente al alcalde de la ciudad en 1936, Fiorello La Guardia, en la inauguración del puente Triborough. Su tío, que era bailarín de claqué en funciones de vodevil fue quien le acercó al mundo del espectáculo.

El cantante estudió en el High School of Industrial Art música y canto, pero tuvo que dejarlo con 16 años para ayudar a su familia económicamente. Varios restaurantes italianos de Queens, en los que comenzó a cantar de forma recurrente, se convirtieron en los testigos de los inicios de su carrera. Tras cumplir 18 años en noviembre de 1944, fue alistado para combatir durante la Segunda Guerra Mundial en Alemania. Perteneció a la 63º división de infantería y participó en la liberación del campo de concentración de Landsberg. Al acabar la contienda se quedó durante un periodo de tiempo en el país, formando parte de una banda que actuaba para las fuerzas ocupantes.

Inicios arropado por Bob Hope

En su regreso a Estados Unidos continuó actuando sin proponerse grandes objetivos hasta que la cantante y actriz y cantante Pearl Bailey, le propuso que fuera el telonero del espectáculo que en ese momento daba en Greenwich Village. Allí fue descubierto por Bob Hope, que decidió apostar por él e invitarle a que le acompañara en su gira. La estrella británica fue quien le propuso que se presentara al público rebautizado como Tony Bennett; y quien le convenció para que enviara a Columbia Records una grabación del tema Boulevard of Broken Dreams en 1950. Prueba que le valió para ser contratado.

Así fue como empezó su carrera como crooner. Su primer éxito llegó un año después, en 1951, con la balada Because of You. Después triunfó con el sonido country de Cold, Cold Heart y el tango de Rags to Riches. Otra de sus canciones más sonadas fue Stranger in Paradise grabada para promocionar el musical de Broadway Kismet y Blue Velvet. En 1956 presentó el programa musical de la NBC The Tony Bennett Show, sustituyendo a Perry Como. Un año después publicó el álbum The Beat of My Heart y en 1962 uno de sus grandes títulos, I Left My Heart in San Francisco, ganadora de dos Premios Grammy.

Declive y resurgimiento

Los años siguientes fueron muy complicados para Bennett, la irrupción de los Beatles y el rock & roll cambió los gustos mayoritarios, relegándole poco a poco a ser considerado más bien una 'vieja gloria'. Cambió de discográfica, llegó a fundar sin demasiada suerte su propio sello, se quedó sin manager y acabó tocando fondo en 1979, en el que sufrió una sobredosis de cocaína que por poco le cuesta la vida. Pero ese mismo año inició su camino de relanzamiento progresivo, actuando como invitado de honor en un evento para celebrar el 40º aniversario de la carrera de Frank Sinatra.

Poco a poco fue reapareciendo en pequeños locales de Nueva York, lo que le permitió irse despegando de la etiqueta decadente asociada a Las Vegas. En 1986 volvió a firmar con Columbia Records, expandiéndose hacia un público más joven, sin dejar de mantener su estilo e imagen de caballero con traje. El antes y el después lo marcó el disco The Art of Excellence, con que logró volver a entrar en las listas superventas. En 1990 dio una segunda vida a su repertorio con el álbum Astoria: Portrait of the Artist y en 1992 ganó un nuevo Grammy por Perfectly Frank, en el que rindió tributo a Sinatra.

Años más adelante, en 1999, sorprendió en el Festival de Glastonbuy, donde demostró seguir en plana forma con recitales que abría entonando Fly Me To The Moon a capella y sin micrófono. Bennett mantuvo su nivel y ritmo de actividad hasta su retirada en 2021. En los últimos grabó tres álbumes de duetos. El primero lo lanzó en 2006 junto a figuras como Barbra Streissand, Elton John, Stevie Wonder, Celine Dion y George Michael. El segundo llegó en 2011, en el que se acompañó de otros nombres como Michael Bublé, Lady Gaga, Aretha Franklin, Mariah Carey, Norah Jones, Amy Winehouse y Alejandro Sanz.

El tercero fue íntegro en castellano, con colaboraciones de Christina Aguilera, Gloria Estefan, Juan Luis Guerra, Dani Martín, Chayanne, Marc Anthony, Ricardo Arjona y Romeo Santos, entre otros. Posteriormente llegarían sus dos epé a dúo con Lady Gaga. El segundo, lanzado en 2021, se convirtió en su último, tras haberle sido diagnosticado alzhéimer.

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