Dirty Projectors: la reinvención del R'n'B tras una ruptura sentimental
Dirty Projectors
Dirty Projectors
Domino / Music As Usual
AVANT-POP
★7/10
A priori podría extrañar que Dirty Projectors elijan el nombre de la banda para bautizar su sexto álbum, pero la decisión tiene todo el sentido del mundo. Durante los cinco años transcurridos desde su última referencia, Swing Lo Magellan, Dirty Proyectors han cambiado. La parte sentimental ha acabado por determinar la política de recursos humanos dentro del grupo, y la ruptura entre David Longstreth y Amber Coffman ha terminado provocando un retorno a los orígenes de la banda con Longstreth como integrante único.
Consecuencia de ello, lo que en Swing Lo Magellan sólo se intuía –un progresivo abandono de las guitarras en beneficio del protagonismo de los ritmos y la voz- ahora se convierte en axioma. El álbum Dirty Projectors es un punto y aparte, una suerte de refundación con el que el proyecto deja por el camino su principal seña de identidad, los juegos a varias voces, para lanzarse de cabeza a una personal reinterpretación del sonido que domina las listas de todo el mundo, el R’n’B.
Para ello, Longstreth ha buscado y encontrado a una serie de colaboradores necesarios como Tyondai Braxton (ex Battles, hijo del legendario Anthony Braxton y uno de los músicos experimentales más cotizados de la actualidad), Dan Deacon, el batería de Atoms For Peace Mauro Refosco y componentes del American Contemporary Music Ensemble. También dos importantes figuras mediáticas: Solange le devuelve el favor (Longstreth compuso varias canciones de A Seat at the Table) y firma Cool Your Heart, precisamente tema en el pone su voz otra de las divas del R’n’B contemporáneo, Dawn Richard.
Con esas referencias y partiendo de la base de que David Longstreth es uno de los compositores más solicitados del momento, el disco parece una apuesta segura. Es más, a estas alturas del año casi podemos asegurar que Dirty Projectors estará en lo alto de las listas que la prensa especializada norteamericana publicará en diciembre. Sin embargo, tras varias escuchas sigue costando entrar en un trabajo que se maneja entre dos mundos, el del mainstream y lo experimental, tomando lo peor de cada uno: la frivolidad de aquel y la incapacidad del otro para crear canciones inolvidables que pasen a formar parte del imaginario colectivo.
Entrance
Book of Changes
Thrill Jockey / [PIAS]
POP
★8/10
El amor visto como una sucesión de estaciones, lo que implica que inevitablemente llegará ese momento en que cambie el paisaje, una y otra vez hasta que el ciclo vuelva a empezar. Es la propuesta de un veterano de la escena de Chicago, Guy Blakeslee, que ha necesitado su tiempo para madurar hasta entregar su mejor trabajo. Book of Changes es un notable ejercicio de folk-pop a la vieja usanza con unas gotas de lisergia que se sitúa en algún lugar entre Donovan y Love. Este posicionamiento, puestos a buscar equivalencias dentro de la escena musical actual, lo comparte con el mediático Father John Misty y precisamente uno de los músicos de éste es el encargado de mezclar el álbum.
En realidad lo que Blakeslee reivindica aquí es algo tan sencillo como el concepto clásico de canción. La universalidad de la temática, un armazón melódico y lírico que funcionaría aún reducido a la mínima expresión (no parece complicado imaginar estas canciones interpretadas tan sólo con el piano o una acústica) y un trabajo de orfebrería a la hora de vestir los temas con cuerdas, percusiones variadas y coros. Nunca falla, y en esta ocasión tampoco.
Kaixo
Mallory
Autoeditado
TRAP
★7/10
En un momento en que la nueva generación de raperos huye de la etiqueta 'trap' como de la peste, Kaixo debe ser de los pocos que todavía se identifica plenamente con el género. Razones tiene para ello. Aunque hace ya unos años que tiene su centro de operaciones en Oporto, Kaixo fue uno de los grandes dinamizadores de la escena en Vigo fundando el colectivo Banana Bahía Music, a día de hoy todo un referente en nuestro país por sus producciones para Agorazein.
Kaixo es también responsable en buena medida de la popularización del trap en Madrid como promotor las fiestas Overdose. Y más allá de su actividad como músico y promotor, Kaixo destaca muy especialmente como principal ideólogo en una escena que no brilla precisamente por la profundidad de pensamiento de muchos de sus iconos.
Aunque sólo sea por eso ya habría motivo más que suficiente para interesarse por esta colección de canciones que, en la línea de las principales referencias del género, ve la luz únicamente en plataformas digitales. Pero Mallory es también una buena muestra de hacia donde camina la música urbana en 2017, con sus inevitables tics (el uso y abuso de autotune o esa utilización de giros en inglés que de tan nicho resultarán pura parodia para no iniciados), así como la obsesión de Kaixo por expandir los límites del estilo. En lo formal, recurre a Royce Rolo, que sigue en estado de gracia y hace magia con las evidentes limitaciones como MC de Kaixo.
Las letras van más allá del tópico “mafia, drogas duras y sexo chungo” y apuestan por una visión 360º de las obsesiones de un joven cualquiera, nihilismo mediante. En realidad, y a pesar de la aversión que el movimiento despierta entre los mayores de 30, sus puntos de vista no son tan diferentes a los que una vez fueron los nuestros.
King Gizzard & The Lizard Wizard
Flying Microtonal Banana
Heavenly / [PIAS]
ROCK
★8/10
Tras alcanzar definitivamente el año pasado el reconocimiento con su disco Nonagon Infinity, los australianos se plantean el “más difícil todavía”, publicar a lo largo de 2017 ni más ni menos que cinco LPs. Lo harán además con un condicionante: en su grabación utilizarán afinaciones microtonales, un método de afinación diferente a la occidental con intervalos menores a nuestro semitono. El primer capítulo de este desafío mayúsculo lo completan con nota y lleva por título Flying Microtonal Banana.
Sin llegar a alcanzar el nivel de aquel Nonagon Infinity, su enésimo disco (difícil contabilizar referencias en una progresión discográfica casi tan demencial como su música) esquiva el mayor peligro con el que tendrán que enfrentarse a medio-largo plazo: el agotamiento de ideas.
Como ocurría en sus trabajos precedentes, los ingredientes siguen siendo esencialmente los mismos, pero varían en las cantidades justas como para continuar resultando frescos, lo que tiene su mérito en un grupo que esencialmente se maneja en el terreno del revival. Ritmos kraut, hard 70’s, psych rock y (esto es novedad) una leve brisa con sabor a los sonidos tradicionales de la India, producto precisamente del experimento con los microtonos. Son los Roger Corman del rock alternativo.
Stormzy
Gang Signs & Prayer
Merky
GRIME
★8/10
Skepta y Wiley ya tienen quien les discuta su reinado dentro de la escena grime (para entendernos, el actual rap británico). A sus 23 añitos, Michael Omari se estrena en largo con uno de los discos llamados a definir el género durante la temporada presente, como hicieron el año pasado Let Them Eat Chaos de Kate Tempest o Konnichiwa del citado Skepta desde postulados más o menos similares: rapeo afilado, coartada urbanita, violencia latente, etc.
Pero, más allá más allá de su filiación a la escena grime, cada uno de esos nombres cuenta con sus propias peculiaridades. Si Kate Tempest aporta literatura y conciencia social y Skepta representa la elegancia llevada al territorio de lo urbano, Stormzy destaca por su polivalencia.
Lo mismo juega a la intimidación (First Things First o el single Big For Your Boots) que muestra su lado tierno en su colaboración con Kehlani, Cigarettes & Cush, o esa balada r’n’b dividida en dos entregas que es Blinded By Your Grace. La ambigüedad es uno de los elementos diferenciadores del debut de un artista del que el veterano productor Fraser T Smith ya ha dicho que llegará a ser tan grande como Adele. A estas alturas la comparación parece exagerada pero, por si acaso, no olviden su nombre.
VVAA
Outro Tempo: Electronic And Contemporary Music From Brazil 1978-1992
Music From Memory
ELECTRÓNICA
★7/10
Conocemos el sello de Ámsterdam Music From Memory esencialmente por su reciente compilación del trabajo más experimental de Suso Saiz, una referencia que ha servido para reivindicarle como pionero de la electrónica no ya fuera, sino también dentro de nuestras fronteras. En esa misma línea reivindicativa MFM publica ahora este doble álbum de título suficientemente explicativo.
Allá por la década de los 70, Brasil fue fuente inagotable de ideas y sonidos. Pero más allá de los Caetano, Gil, Zé y compañía, en un gran país con doscientos millones de habitantes han surgido desde entonces muchas otras mutaciones musicales dignas de estudio. Este álbum se centra esencialmente en aquellas que enfrentan tradición folklórica y vanguardia electrónica.
No se asusten: en 2017 las canciones de Cinema, Andrea Dalmo, Anno Luz, Carlinhos Santos o Maria Rita no suenan especialmente inaccesibles. Al contrario, muchos de estos artistas se adelantaron en el tiempo al crisol de sonidos de la actual aldea global y suenan hoy más contemporáneos que nunca.