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El exgerente de Avialsa encargó el rifle de Castellano con factura modificada

Serafín Castellano llega detenido a los juzgados de Sagunto / Manuel Bruque EFE

Europa Press

Valencia —

El dueño de una armería de Sagunto (Valencia) ha declarado ante el juez que fue el exgerente de Avialsa, Francisco Alandí, quien le encargó un rifle para el exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana y exconseller de Gobernación y Justicia, Serafín Castellano, con una factura modificada.

Así consta en la declaración que ha prestado este lunes en calidad de testigo el propietario de la armería en el Juzgado de Instrucción número 2 de Sagunto, que instruye la querella interpuesta por Avialsa, cuyo presidente es Vicente Huerta, contra el exgerente de la entidad por presunta estafa continuada. Paralelamente a este procedimiento, existe otra causa abierta por presuntos delitos de malversación y prevaricación, entre otros, en el que hay 10 imputados, entre ellos, el propio Serafín Castellano y Vicente Huerta.

Al testigo se le han exhibido este lunes diferentes documentos y facturas con conceptos distintos, entre ellos, escopetas, según consta en la declaración a la que ha tenido acceso Europa Press. Ha indicado que tanto Alandí como Huerta son clientes “habituales”, se llevaban el material, y luego desde la oficina le decían los conceptos por los que tenía que facturar. Ha agregado en este sentido que quien habitualmente efectuaba los encargos era Alandí, y que luego éste le indicaba que 'Pili' le diría por qué conceptos y a qué empresa se tenía que facturar.

En el caso del rifle de Castellano, inicialmente ha declarado que fue Alandí quien encargó y retiró el arma. Posteriormente, casi al final de su declaración, ha añadido de manera espontánea que recuerda que fueron Alandí y el exconcejal de Quartell (Valencia), Emilo Máñez (PP), a elegir el rifle, y le dieron documentación de Castellano para su registro. “Juraría que quien retiró el arma es Alandí”, ha dicho, para agregar que no puede determinar con total exactitud que fuera Alandí o Máñez.

En otro momento de la testifical ha indicado que Alandí y Máñez le pidieron la marca y el modelo del arma. El testigo ha afirmado que la munición también se la encargaba habitualmente Alandí, y ha añadido que Huerta “iba muy poco a la armería. Desde hace seis, siete u ocho años iba muy poco, puede que en tres o cuatro ocasiones durante ese periodo de tiempo y siempre a por material deportivo de uso propio como zapatillas, chandal, etc, pero nunca a por material relacionado con la caza”.

En esta línea, ha aseverado que la munición la recogía habitualmente Alandí y, en ocasiones, Máñez, pero que Huerta “nunca la encargó”. Sobre este concepto ha afirmado así mismo que la munición que encargaba Alandí no era para el uso de una sola persona, sino para varias.

Cacerías y cartuchos

El testigo ha señalado que el exgerente de Avialsa y, en ocasiones, Máñez le comentaban que iban a realizar una cacería y necesitaban cartuchos, y según el tipo de caza se le preparaban un tipo de cartuchos u otros, los cuales “se agrupaban en una factura”. Con las balas de caza mayor, ha dicho, “pasaba lo mismo”. La entrega de esta munición —ha continuado— se hacía en la armería, aunque en una ocasión se mandó directamente a Máñez porque dijo que le iba mal y se la enviaron directamente de fábrica a la nave que tiene en el polígono de Quartell.

En resumen, el testigo ha insistido en que Huerta no intervenía en los encargos relativos a las cacerías ni a las facturas, y que era Alandí quien le manifestaba que le llamarían y le dirían a qué empresa, qué concepto y en una o varias facturas. Así mismo, el testigo ha indicado que a Alandí lo conoce desde que era un bebé, y que es aficionado a la caza desde hace 15 ó 20 años. También ha señalado que Huerta de cazador “tenía bien poco”, aunque “sí le gustaba el tiro de precisión, por eso tenía el rifle de perdigones”.

Por último, ha señalado que tuvo en la armería unas cuatro o cinco escopetas de Huerta “durante bastante tiempo” y cree recordar que era porque el presidente de Avialsa se estaba cambiando de domicilio y estaba más tranquilo si las escopetas estaban allí, “tardó mucho tiempo en pasar a recogerlas”.

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