Juego de contrastes
La apuesta es la clave del éxito y así lo entienden en la Federación de Fútbol de Noruega. El hecho de crear, con ayuda de un gran patrocinador, un torneo de pretemporada en España para que los futbolistas puedan tomar el ritmo a la competición doméstica que comienza el próximo abril lo dice todo. ¿Y si supieran que ese torneo de pretemporada es de fútbol femenino? Pues la decisión es mucho más atrevida.
Eso es lo que podría parecer a bote pronto, pero consultando el ranking de la FIFA se puede comprobar que el fútbol masculino noruego está en el número 86 de esta clasificación mundial, mientras que las chicas están rozando el Top-10, ocupando el undécimo puesto. Por tanto, su presencia no solo es bien recibida, sino que además supone un lujo para todos. “Nosotros estamos muy agradecidos tanto con la liga como con la Federación. Para nosotros es muy importante entrenar en césped como preparación del campeonato nacional, pero con la vista puesta en la Champions”, asegura Per Inge Jacobsen, entrenador del Avaldsnes, subcampeón actual de la liga.
Enfrentarse al clima
El problema al que se enfrenta Noruega en estas fechas pasa por la climatología. La temperatura máxima prevista estas fechas en Oslo se sitúa en los 3° bajo cero, hecho que provoca que los equipos tengan que entrenar en campos indoor y sobre césped artificial. Problema que resuelve con creces en el Pinatar Arena, centro deportivo enfocado en la excelencia futbolística, localizado en el murciano municipio de San Pedro del Pinatar, y que se convierte en la sede ideal tal y como reconoce Mark Hook, responsable de la agencia que ha hecho posible este stage: “En Noruega la temperatura no es adecuada y las jugadoras necesitan buenas condiciones atmosféricas, pero no solo eso, requieren buenos campos, gimnasio, muchas facilidades y buena organización”.
Ina Gausdal juega de defensa en el Kolbotn y repite pretemporada en Murcia, puesto que el curso anterior ya estuvo concentrada con su equipo por motivo de la primera edición del Blink Hus Tournament. Ella no se cansa de repetir que lo que más valora de esta estancia es el césped natural, y cuando lo dice mira al sol que brilla en el despejado cielo de un día ventoso y se señala a los pantalones cortos que viste en los primeros instantes del entrenamiento.
La zaguera opina que lejos de cuestiones ambientales, lo que es realmente beneficioso para el equipo es la convivencia durante una semana con sus compañeras. Gausdal, que reconoce que descubrió la costa murciana gracias a una concentración deportiva, reconoce también las dificultades diarias que sufren pese al apoyo institucional al no ser cien por cien profesionales: “Trabajo como profesora de infantil y la mayoría de mis compañeras ahora están estudiando”.
Pero para ir más allá, algunos de los miembros del cuerpo técnico, que también pagan sus facturas con otros trabajos, han tenido que pedir vacaciones para poder viajar con el resto del equipo.
Torneos de referencia
El director general de Pinatar Arena, Fran de Paula, cree que la clave radica, como añadido al sol y al propio centro, en “ofrecer partidos amistosos de nivel para que los equipos se prueben en condiciones reales”. Algo en lo que se empeñan en este centro deportivo, como se comprobó hace dos semanas con la disputa de varios partidos preparatorios para la Eurocopa femenina 2017, con selecciones como Holanda, país organizador de la Eurocopa, además de Rusia o Suecia.
Y es que en el centro Pinatar Arena el fútbol femenino lleva desde enero de 2013 ocupando un papel principal en las pretemporadas invernales. Este año con la presencia de hasta 5 selecciones naciones absolutas, 2 selecciones Sub23 y 7 equipos profesionales de fútbol femenino.
Todos ellos disputan encuentros de alto nivel que no solo duran 90 minutos. Hay un antes y un después en oficinas y gradas, pues la presencia de ojeadores de equipos nacionales, internacionales e incluso de universidades americanas suponen para estas jugadoras toda una oportunidad. La mayoría les ofrecen a las futbolistas continuar con su carrera deportiva, incluso con becas para iniciar o continuar unos estudios que les proporcionarán una vida laboral después del fútbol. Lo dicho: una gran oportunidad.
