Una cantante egipcia es condenada a dos años de prisión por comer un plátano en un videoclip
Un tribunal penal de El Cairo ha condenado este martes a la cantante de pop egipcia Shima Ahmed a dos años de cárcel por “incitación al libertinaje” por aparecer en un videoclip con ropa interior y comer un plátano y una manzana ante una clase de jóvenes que la observan.
El vídeo de la canción Andi Zorof (“Tengo mis circunstancias”, en árabe), considerado “lascivo” por las autoridades judiciales, ha suscitado polémica entre los sectores conservadores de la sociedad egipcia. La joven de 21 años, que había sido detenida hace un mes, negó las acusaciones ante la corte y se declaró inocente.
La cantante aseguró que “nunca hubiera imaginado” que el videoclip, que ha llegado a ser discutido en programas de televisión, iba a crear tanto “alboroto”. “Fui una herramienta en manos del director, quien guió mis movimientos y me pidió que hiciera algunas exhibiciones”, dijo Ahmed, según recogen los diarios egipcios citando fuentes judiciales.
En la sentencia, apelable, el tribunal condena también al director del vídeo musical, Hosam al Sayed, a la misma pena por “dañar la moralidad pública”. Ambos tendrán que pagar una multa de 10.000 libras egipcias, unos 560 dólares.
Otros artistas perseguidos
Ahmed no ha sido la única artista perseguida en Egipto en los últimos años. En septiembre de 2015, dos bailarinas fueron condenadas a seis meses de cárcel, también por “incitar al libertinaje” en un vídeo.
En mayo de este año, otro videoclip difundido en internet llevó a una bailarina de danza del vientre y a un operador de cámara a juicio por “incitación al libertinaje, mal uso de los medios de comunicación y atentado contra la moral pública”, según informa la Agencia Efe.
En noviembre, el Colegio de Músicos del país prohibió actuar a la famosa cantante Sherine Abdelwahab por “mofarse de manera injustificada” del río Nilo durante un concierto en el que hizo referencia a la contaminación del agua.
En su último informe anual, Amnistía Internacional alertó de que las autoridades egipcias restringen “rigurosamente” en las leyes y en la práctica el derecho a la libertad de expresión. En 2016, explica la ONG, se detuvo, se enjuició y se encarceló a periodistas, activistas y otras personas por cargos como promover protestas, difundir “rumores falsos” o “dañar la moral”.