Derecho a ser
Habitamos en un mundo de simulacros y apariencias, donde dominan los términos de excelencia y rentabilidad. Permanecemos absortos frente a un sinfín de acontecimientos tremebundos que nos dejan inmovilizados y sin capacidad de reacción. Subidos a la noria apenas encontramos el momento para detenernos y reflexionar. En el Día Internacional de los Derechos Humanos, desde la Fundación Vicente Ferrer, nos gustaría poner nuestra mirada en un grupo de personas que batallan, de manera especial, por conseguir ver reconocidos sus derechos: las personas con discapacidad.
El niño de la imagen forma parte del drama sin sentido de nuestra sociedad, un mundo que cabalga sobre valores tan efímeros como el éxito y el consumo. Si no hubiese sido por el afecto y apoyo incondicional recibido de sus cuidadores, Raju no hubiese podido salir de ese sueño solitario e invernal al que estaba predestinado. Como él, en la India viven 22 millones de personas con alguna discapacidad. Casi un millón y medio en el estado de Andhra Pradesh. Las personas con discapacidad nos demuestran -con su ejemplo- que nadie puede avanzar sin los demás. Su necesidad de integración y cariño es su sustento. Cuando se lo negamos, les negamos el derecho a un futuro digno, pleno y en igualdad de condiciones.
El derecho a ser debería constar como el principal de los derechos humanos. Algo tan vital y fundamental se le niega diariamente en la India a millones de personas que sufren algún tipo de discapacidad. Deberíamos saber que la mente puede fijar limitaciones que, sin embargo, el corazón sobrepasa. Saber mirar es el secreto.