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El doble rasero de la inmigración: cuando la patria deja de ser inviolable

Soldados marroquíes entran a España para deportar inmigrantes / Prodein

Gabriela Sánchez

La férrea delimitación de fronteras se diluye en boca de algunos representantes gubernamentales cuando un inmigrante en situación irregular pisa suelo español. ¿Dónde empieza España? Tras la tragedia de Ceuta el ministro de Interior comenzó a dar respuestas nunca antes escuchadas: desde las “fronteras flexibles” o cadenas humanas de agentes como último obstáculo, hasta interpretaciones de leyes que permiten “retrotraer”“retrotraer” los perímetros entre Marruecos y España. Son algunas de las razones por las que el Ejecutivo insiste en que no expulsa de forma ilegal a personas sino que las rechaza de manera regular.

Un nueva situación se comenzó a plantear cuando los marroquíes entraron en Melilla para expulsar ellos mismos a los inmigrantes que habían saltado parte de la alambrada levantada en suelo español. Después, llegó su introducción en la isla española de Perejil bajo la mirada de la Guardia Civil, que carecía de órdenes para actuar en su territorio a diferencia de las tropas alauíes en suelo ajeno.

Recordamos algunos de los últimos episodios donde la patria dejó de ser patria o empezo a serlo unos metros más allá.

Militares marroquíes entran en Melilla

Hechos: El pasado 28 de marzo un grupo de militares marroquíes atravesó las puertas de la valla de Melilla y pisó territorio español con el objetivo de bajar a los inmigrantes que permanecían encaramados en la alambrada y devolverlos a Marruecos. Los soldados alauíes emplearon la fuerza, utilizando bastones contra las personas que se aferraban a la zona superior del vallado interior.

La ONG Prodein difundió las imágenes que demostraban los hechos. Según asegura su director, José Palazón, era la primera vez en la historia que se documentaba la entrada de agentes del país vecino al otro lado del vallado. 800 personas trataron de alcanzar la ciudad autónoma aquel día. Cerca de diez lo lograron según la Delegación del Gobierno. Todos los que aguantaron durante horas sobre el entramado fronterizo fueron devueltos, excepto uno de ellos que decidió descender después de mantenerse durante horas sentado en una farola situada en territorio español.

[Fotografías: Mikel Oibar / Vídeo: Teresa García Palomo / Edición: Prodein]

Explicación oficial: El Gobierno justifica la entrada de militares marroquíes a Melilla. Según su respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por Amaiur, el oficial al mando del operativo de la Guardia Civil “solicitó apoyo” a las fuerzas marroquíes. El Ejecutivo asegura que la petición de ayuda a los soldados del país vecino está avalada por “el protocolo de vigilancia de fronteras” del que no aporta más detalles. eldiario.es ha preguntado al Ministerio de Interior por el contenido del documento pero, por el momento, no ha recibido respuesta. Durante los días posteriores a la difusión de las imágenes, la Delegación del Gobierno de Ceuta también afirmó que estas actuaciones no eran “inusuales”.

Cuando la frontera se empezó a mover: Ceuta

Los hechos: Los inmigrantes que consiguieron llegar a territorio español y sortear las pelotas de goma lanzadas por la Guardia Civil la madrugada del día 6 de febrero fueron inmediatamente expulsados. Las 23 personas que, según la versión oficial, lograron pisar suelo ceutí fueron retenidas y acompañadas por el Instituto Armado hasta una puerta situada a más de 20 metros de la orilla.

Explicación oficial: España no empieza en la orilla, sino tras el cordón “de seguridad” formado por los agentes. Este es el argumento que resume la interpretación que hizo suya el Gobierno para explicar las imágenes de las claras devoluciones inmediatas de inmigrantes, ilegales según la Ley de Extranjería. Es decir, el debate ya no era si se practicaban este tipo de entregas o no; tampoco se cuestionaba su irregularidad. El dilema se sintetizó en una pregunta: ¿dónde empieza España?

Según el Gobierno, en el punto donde se sitúe la Guardia Civil. Para amparar esta explicación se acogen a una “interpretación” de la Ley de Extranjería que, aseguran, lleva aplicándose desde 2005. El ministro explicó esta teoría en su comparecencia sobre la tragedia de Ceuta y se remitió a la potestad de las fuerzas de seguridad de ser flexibles con la frontera en el agua, en función de las necesidades operativas del momento.

De devoluciones clandestinas a “rechazos” en frontera

Hechos: ONG y periodistas denunciaron durante cerca de 12 años las devoluciones inmediatas de inmigrantes llevadas a cabo de forma clandestina por la Guardia Civil en las vallas de Ceuta y Melilla, actuaciones negadas constantemente por el Gobierno español (del PSOE y del PP). Tras la tragedia de Ceuta, algo cambió. Durante los intentos de salto posteriores, las expulsiones se ejecutaban frente a los focos de los periodistas. Ya no buscaban el punto donde no existían cámaras de seguridad, como se demostró que ocurrió en ocasiones anteriores. Son varios los casos recientes en los que los inmigrantes son entregados a las autoridades marroquíes después de pisar de forma clara el suelo español.

El pasado 3 de marzo, por ejemplo, los 28 jóvenes que permanecieron durante horas en lo alto de la valla interior de Melilla (la más alejada de Marruecos) fueron expulsados al Estado alauí. Los inmigrantes se mantuvieron encaramados hasta última hora de la tarde, cuando la mayoría decidió descender por una escalera situada en suelo español. Los agentes les condujeron al interior del entramado fronterizo, donde esperaron la llegada de los militares marroquíes. Todo quedó recogido en este vídeo:

[Imágenes: Blasco de Avellaneda/Edición del vídeo: Alejandro Navarro Bustamante/G. S.]

Explicación: el Gobierno defiende que no son devoluciones ilegales ('en caliente') porque no se aplica la Ley de Extranjería hasta que no se supera la totalidad del perímetro fronterizo que, según su criterio, incluye las fuerzas de seguridad desplegadas en la zona. Estas son las encargadas de ejecutar lo que denominan “rechazos en frontera”. La legislación nacional no hace esta diferenciación y multitud de tratados internacionales obligan al cumplimiento del principio de “no devolución”.

Así llevaron a cabo las fuerzas de seguridad cerca de 20 “rechazos en frontera” el pasado 24 de mayo, tras un intento de entrada por la zona de Barrio Chino de la valla de Melila:

Del 'Perejil español' a justificar la entrada de marroquíes

Hechos: Alrededor de las 6.30 horas, trece inmigrantes alcanzan el peñón español del Perejil en una embarcación neumática. Dos de ellos se declaran menores de edad y todos comunican su intención de solicitar asilo en conversaciones telefónicas con ONG y medios de comunicación. Al tratarse de un peñón de soberanía española, el rescate y la apertura del procedimiento administrativo de expulsión corresponden a los agentes españoles. Aunque un helicóptero y una patrullera de la Guardia Civil estuvieron movilizados en las inmediaciones del peñón, no tenían órdenes para actuar.

Un destacamento de más de 30 militares marroquíes, según los testimonios de los inmigrantes, entró en territorio español, ante la mirada de los agentes del Instituto Armado, con el objetivo de retener a las trece personas y devolverlas a Marruecos. Según describieron los propios subsaharianos a eldiario.es, los soldados marroquíes actuaron de forma violenta empleando “palos y piedras”. Esta actuación de las fuerzas españolas choca con la ordenada por el Gobierno español en 2002 cuando un grupo de 11 soldados marroquíes ocupó el peñón de soberanía española e instaló una tienda de campaña y una bandera alauí. Este hecho derivó en una crisis diplomática por la disputa del conjunto rocoso, donde España envió sus tropas que permanecieron en el peñón durante días.

Explicación oficial: Para justificar la entrada de militares marroquíes en la isla del Perejil, la Delegación del Gobierno alega la supuesta existencia de un "acuerdo verbal" adoptado entre ambos estados tras el conflicto de 2002. Según explican desde la institución, el pacto establece que “en el caso de llegada de personas procedentes del país alauí al islote español, los encargados de entrar a recogerlas son los militares marroquíes” y viceversa. Posteriormente, las mismas fuentes mencionan que se trata del acuerdo escrito que permitió el desalojo del peñón por parte de las tropas españolas y con el que se solucionó la crisis entre ambos países. Aunque el documento no hace mención alguna a cómo actuar en estas circunstancias, la institución alega que posteriormente “se desarrollaría de forma verbal”.

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