El 25 de abril, Nepal sufrió su mayor seísmo en 80 años, que ha dejado a ocho millones de personas en zonas afectadas, en las que todavía queda mucho por reconstruir
Un informe de Save the Children, UNICEF, Plan Internacional y World Vision recoge las inquietudes de 2.000 niños y niñas afectadas. Destacan volver al colegio y a hogares seguros
“Nuestro alojamiento tiene mucho riesgo durante las grandes tormentas. Una noche, nos vimos obligados a permanecer despiertos para agarrar las lonas de plástico y evitar que se volaran”, cuenta un menor
Bikalpa (nombre ficticio) tiene dos años y medio, vive en Nuwakot y solo habla con su familia o gente cercana. El terremoto ha dejado secuelas psicológicas en los niños y niñas y la mayoría se muestran preocupados por la inseguridad de los edificios en los que viven o van al colegio y algunos incluso temen a ser atacados por animales salvajes. Foto: Save the Children
Bikalpa (nombre ficticio) tiene dos años y medio, vive en Nuwakot y solo habla con su familia o gente cercana. El terremoto ha dejado secuelas psicológicas en los niños y niñas y la mayoría se muestran preocupados por la inseguridad de los edificios en los que viven o van al colegio y algunos incluso temen a ser atacados por animales salvajes. Foto: Save the Children
Niños juegan al fútbol en uno de los puestos “Amigos de la infancia” de Unicef, en un campo para desplazados por el terremoto en eldistrito de Dolkha, epicentro del terremoto de 12 de mayo. Según la organización, cerca de un millón de niños afectados por los seísmos de abril y mayo siguen viviendo en zonas en las que hay un alto riesgo de deslizamientos de tierra e inundaciones. Foto: Brian Sokol/ Unicef.
Niños juegan al fútbol en uno de los puestos “Amigos de la infancia” de Unicef, en un campo para desplazados por el terremoto en eldistrito de Dolkha, epicentro del terremoto de 12 de mayo. Según la organización, cerca de un millón de niños afectados por los seísmos de abril y mayo siguen viviendo en zonas en las que hay un alto riesgo de deslizamientos de tierra e inundaciones. Foto: Brian Sokol/ Unicef.
Clase impartida en un Centro de Educación Temporal en el distrito de Nuwakot, Nepal. Tras el terremoto se crearon 1793 centros educativos provisionales, pero un millón de niños y niñas sigue sin ir al colegio. Foto: Save the Children
Clase impartida en un Centro de Educación Temporal en el distrito de Nuwakot, Nepal. Tras el terremoto se crearon 1793 centros educativos provisionales, pero un millón de niños y niñas sigue sin ir al colegio. Foto: Save the Children
Sumit, a la derecha, tiene 15 años y acude a clase a un centro temporal tras haberse pasado semanas ayudando a su familia en la reconstrucción de su casa. Los niños y niñas nepalíes plantean en el informe de las cuatro organizaciones la necesidad de la reposición del material escolar que quedó sepultado por los escombros para volver a la normalidad. "Nunca pensé que mi vida volvería a ser normal después del terremoto. Pensé que nuestra vida había terminado. Pero después de haber regresado al colegio, sueño de nuevo. Quiero leer todo lo que pueda para asegurar mi futuro", explica el adolescente. Foto: Save the Children
Sumit, a la derecha, tiene 15 años y acude a clase a un centro temporal tras haberse pasado semanas ayudando a su familia en la reconstrucción de su casa. Los niños y niñas nepalíes plantean en el informe de las cuatro organizaciones la necesidad de la reposición del material escolar que quedó sepultado por los escombros para volver a la normalidad. "Nunca pensé que mi vida volvería a ser normal después del terremoto. Pensé que nuestra vida había terminado. Pero después de haber regresado al colegio, sueño de nuevo. Quiero leer todo lo que pueda para asegurar mi futuro", explica el adolescente. Foto: Save the Children
Casas derruidas en el distrito de Dhading. En este distrito la gente sigue viviendo en tiendas de campaña y casas temporales que no soportan los mozones o los meses de invierno. Foto: Sandy Mauron / Save the Children
Casas derruidas en el distrito de Dhading. En este distrito la gente sigue viviendo en tiendas de campaña y casas temporales que no soportan los mozones o los meses de invierno. Foto: Sandy Mauron / Save the Children
Nirjan, de doce años, sonríe frente a su antigua casa derruida por el terremoto. Asegura que ya no tiene miedo a estos fenómenos tras haber leído en su libro de Ciencias por qué se producen. Antes del terremoto del 24 de abril la mayoría de los niños en Nepal no sabían lo qué eran estos fenómenos. Foto: Save the Children
Nirjan, de doce años, sonríe frente a su antigua casa derruida por el terremoto. Asegura que ya no tiene miedo a estos fenómenos tras haber leído en su libro de Ciencias por qué se producen. Antes del terremoto del 24 de abril la mayoría de los niños en Nepal no sabían lo qué eran estos fenómenos. Foto: Save the Children
Suhila (nombre ficticio) y su madre, mientras le colocan a la niña una banda que denota que está severamente desnutrida. La pequeña fue rescatada de los escombros una hora después del terremoto. Los niños y niñas de Nepal viven en nefastas condiciones de salud e higiene. Beben agua contaminada y se ven obligados a hacer sus necesidades al aire libre.
Suhila (nombre ficticio) y su madre, mientras le colocan a la niña una banda que denota que está severamente desnutrida. La pequeña fue rescatada de los escombros una hora después del terremoto. Los niños y niñas de Nepal viven en nefastas condiciones de salud e higiene. Beben agua contaminada y se ven obligados a hacer sus necesidades al aire libre.
Una madre alimenta a su bebé. Unicef alerta de que "según una evaluación dirigida por el gobierno nepalí, entre 700.000 y casi 1 millón de personas en los distritos más afectados por el terremoto podrían quedar bajo el umbral internacional de pobreza, viviendo con 1,25 dólares al día (1,14 euros)". Foto: Thomas Nybo/ Unicef.