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Hallada una fosa común con los cuerpos de al menos 65 migrantes en Libia

Agentes libios y algunos migrantes varados en la zona de Basher, en la frontera entre Libia y Túnez, el pasado julio.

Desalambre

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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha mostrado este viernes su “profunda conmoción” por el descubrimiento de una fosa común con los cuerpos de al menos 65 personas migrantes en el suroeste de Libia. A la espera de la identificación de los cuerpos y de determinar las circunstancias de la muerte, se cree que estas personas murieron cuando eran trasladadas clandestinamente a través del desierto, según un comunicado de la organización.

La OIM dice que las autoridades libias “están investigando” las muertes y pide cooperación con “las agencias asociadas de la ONU para garantizar una exhumación, identificación y traslado digno de los restos de los migrantes fallecidos”.

“El precio de no hacer el trabajo necesario es evidente en el aumento de las muertes humanas y las condiciones aterradoras en las que se encuentran los migrantes”, ha declarado un portavoz de la OIM. Las organizaciones especializadas han exigido en reiteradas ocasiones la puesta en marcha de vías legales y seguras para evitar que estas personas se vean obligadas a poner en riesgo su vida en el intento de llegar a Europa, una petición que vuelve a repetir la OIM. “Sin rutas regulares que ofrezcan oportunidades para una migración regular, este tipo de tragedias seguirán siendo una característica a lo largo del camino”, declara la agencia de la ONU.

Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos, en 2023 se registraron al menos 3.129 muertes y desapariciones en la ruta del Mediterráneo hacia Europa. Libia es actualmente el principal punto de partida hacia costas europeas por el Mediterráneo Central y país de tránsito en la ruta migratoria terrestre por el Sahel.

La OIM estima que unas 700.000 personas migrantes de unas 40 nacionalidades residen en Libia. El país ha sufrido más de una década de violenta inestabilidad desde el derrocamiento y asesinato en 2011 de Muamar Gadafi en un levantamiento respaldado por la OTAN.

En el país norteafricano, los migrantes se enfrentan a abusos sistemáticos y generalizados que incluyen tortura, detención arbitraria, trabajos forzados y violencia sexual. La Unión Europea ha apoyado y capacitado a la 'Guardia Costera libia', que devuelve a las personas detenidas en el mar a centros de detención y ha protagonizado numerosos encontronazos con las ONG de rescate que salvan vidas en el Mediterráneo.

Sin ir más lejos, Médicos Sin Fronteras ha denunciado que, el pasado 16 de marzo, uno de sus equipos acudió al rescate de 146 personas en apuros a bordo de una embarcación de madera en aguas internacionales y los guardacostas libios intentaron detener la operación, tratando de “abordar por la fuerza” una de las lanchas de rescate de MSF, amenazando “agresivamente” a los supervivientes y al personal y efectuando maniobras peligrosas.

El barco Geo Barents, de MSF, se encuentra parado en el puerto de Marina de Carrara y las autoridades italianas han dictado una orden de detención de 20 días contra la nave por un presunto incumplimiento de las instrucciones de la Guardia Costera libia y por “poner en riesgo” a los náufragos.

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