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Uno de los abogados que asistió a los migrantes devueltos a Marruecos: “Estaban exhaustos y no tuvimos tiempo suficiente”

Varios migrantes este miércoles en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, tras conseguir saltar la valla fronteriza.

Gabriela Sánchez

Este miércoles, el abogado Halid Mustafa dejó atrás la comisaría de Ceuta pasada la medianoche sin ninguna sospecha sobre los verdaderos planes del Gobierno. A última hora de la tarde, fue convocado en las dependencias policiales para cumplir con un trámite que consideraba habitual. Los agentes habían preparado los expedientes de devolución de los 116 migrantes mayores de edad que acababan de saltar la valla ceutí. Después de reunirse con cada uno de sus diez defendidos, el letrado quedó en verse con ellos la semana que viene.

El lunes y martes próximos, pensaba, podrían hablar con más calma sobre las razones de su huida, en su despacho, en un ambiente de mayor confianza. Su experiencia le decía que en comisaría no se creaba la atmósfera apropiada. Allí, el abogado sí había podido explicarles de forma individualizada el significado del documento que portaban entre sus manos y sus implicaciones, pero ni Halid Mustafa ni el resto de letrados convocados eran aún conscientes de que tampoco ellos conocían las consecuencias inmediatas del expediente de devolución de sus defendidos.

La mañana siguiente, los jóvenes con los que había pactado reunirse de nuevo se encontraban en algún lugar desconocido de Marruecos. Todos fueron devueltos en aplicación del acuerdo bilateral firmado entre España y Marruecos en 1992, prácticamente en desuso hasta el momento. “Nadie nos dijo nada. Me enteré el jueves al mediodía, cuando ya habían sido expulsados. Un compañero me llamó y me lo contó. No me lo podía creer...”, recuerda Mustafa. Cuando el abogado se enteró de que sus defendidos habían sido expulsados, la prensa ya había publicado la noticia.

“En ese momento me enfadé mucho. No sabía que ya habían devuelto a todos y empecé a pensar que debíamos hacer algo para pararlo... Pero ya no estaba en nuestras manos”, confiesa con cierta resignación uno de los doce abogados que han acordado interponer un recurso contra la resolución de devolución de sus defendidos. También planean registrar una denuncia por vulneración de los derechos fundamentales de las personas expulsadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

“No es tiempo suficiente”

El teléfono de Hasan Mustafa sonó a las 19:30 horas. La Policía Nacional le avisaba de que era su turno, los diez expedientes de devolución que le correspondían estaban preparados. A las 20:00 horas, relata, ya estaba en comisaría y no salió de las dependencias policiales hasta pasada la media noche. “En esas horas atendí a 10 personas. Para nosotros no es tiempo suficiente”, sentencia el letrado.

El abogado confiesa su frustración personal ante la situación en la que tuvieron que asistir a los recién llegados. “Nos preocupaba el bienestar de estas personas. Habían entraron muy temprano, de madrugada. Desde entonces, estuvieron de un lado para otro: no habían dormido, recibieron primera asistencia sanitaria de cruz roja y les mandaron a comisaría”, señala Mustafa. “Estas personas necesitaban ser valoradas más detenidamente y necesitaban descansar. Los veías extenuados, exhaustos. Algunos, muy, muy cansados”, declara el abogado.

“Había personas con muletas, vendadas, con apósitos recién puestos, venían heridas”, rememora. En esas circunstancias, los migrantes, sin saberlo, se encontraban ante la única oportunidad para declarar sus posibles necesidades de protección internacional.

El procedimiento habitual, muy diferente

El letrado insiste en explicar las diferencias entre la manera “más humana” en la que suelen trabajar, en contraposición con la falta de garantías ligadas a la rapidez que caracteriza a la reciente aplicación del acuerdo bilateral con Marruecos. Según detalla, cuando se produce un salto a la valla, la Policía suele hacer un primer trámite de identificación previa el mismo día de su llegada pero, posteriormente, los migrantes quedan en libertad y son acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

Durante los días posteriores, indica el abogado, van siendo citados en comisaría cada día en grupos de 20 en 20“. Con ello, añade, la asistencia jurídica inicial queda cubierta cada día con los dos abogados de oficio que suelen participar en cada turno de guardia. La atención letrada no acaba ahí: ”La primera entrevista con ellos se produce en comisaría pero, normalmente, citamos citamos de nuevo a los migrantes en nuestros despachos“.

El objetivo, continúa, consiste en “intentar garantizar la intimidad” y ganar su confianza para que las personas que necesiten protección internacional confiesen el verdadero motivo de su huida, algo difícil debido a la desconfianza con la que suelen llegar a España después de meses de engaños, sostiene el abogado.

“En la comisaría está la Policía y los recién llegados suelen estar muy nerviosos siempre. Les cuesta pensar que nosotros, abogados pagados con fondos públicos, estemos de su lado. Pero en el despacho, poco a poco, se crea otro ambiente”, desarrolla el letrado experto en Extranjería. “Normalmente tenemos un mes para detectar de forma individualizada si ha sido victima de trata, refugiado o si necesita protección por razones humanitarias. Esta vez, hemos tenido escasas horas para 10 personas”, lamenta Hasan Mustafa.

“Ese tiempo no es suficiente. Con una persona me he tenido que reunir hasta en 10 ocasiones diferentes para definir y detectar y delimitar el campo de actuación. El tiempo es muy importante tanto para ellos como para nosotros”, reitera.

Recurso contra la devolución y posible denuncia

Una vez confirmada la noticia de la devolución de 116 migrantes a Marruecos en una operación sin precedentes en la ciudad autónoma en tales dimensiones, los diez abogados de oficio han acordado interponer un recurso contra las expulsiones de sus representados.

“Estamos muy sorprendidos de que, de pronto, se haya articulado este mecanismo firmado en 1992 que nunca se había aplicado en Ceuta, por lo que, de momento hemos recurrido la devolución”, detalla el letrado. “Si lo conseguimos, si el juez lo tiene oportuno, el inmigrante podría acceder a un permiso de entrada por razones humanitarias”, explica.

También buscan eliminar la prohibición de acceso a la Unión Europea durante los próximos tres años, que conlleva una resolución de devolución. Lograrlo no es sencillo. Tras la expulsión, los abogados de Ceuta desconocen dónde se encuentran sus defendidos. “Acababan de llegar y no tenemos sus teléfonos. Algunos tienen nuestros contactos y, en lar resoluciones de devolución aparecen nuestros números y apellido. Espero que pueden contactar con nosotros”.

La indignación de Mustafa le empuja a querer implicarse en la búsqueda de sus diez representados, a los que prometió una asistencia con garantías que, relata, no ha tenido tiempo de proporcionar. “Nos esforzaremos en contactar con ONG para monitorizar la ubicación exacta e intentar localizarlos, aunque nada lo garantiza”. El abogado confiesa su frustración personal ante la situación en la que tuvieron que asistir a los recién llegados.

No puede evitar recordar una vez más en el momento en el que acordó con los migrantes un próximo encuentro. “Estarán pensando que les engañé en algún lugar de Marruecos”, lamenta Halid Mustafa. “Eso hace mella porque piensas que los siguientes no van a confiar en nosotros. Pero continuamos con nuestro trabajo para defenderlos, aunque ya hayan sido devueltos”, advierte el letrado de oficio.

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