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“Nadie debería acostumbrarse al sonido de los bombardeos, pero lo estamos haciendo”

Un bombardeo en la ciudad de Taiz. La situación en Taiz es extremadamente tensa debido a la lucha continua entre los diferentes grupos armados.  Mohammed Al-Hamadi/MSF

Ahmad Bilal

Coordinador médico MSF Yemen —

La situación de la ciudad yemení de Taiz es extremadamente tensa, con enfrentamientos continuos entre los diferentes grupos armados. El estruendo de los morteros y de los bombardeos aéreos que golpean la ciudad de forma ininterrumpida es perfectamente perceptible. En los últimos días, los disparos de los tanques y los bombardeos aéreos se han intensificado. Es posible que los ataques tengan como objetivo puntos militares estratégicos, pero lo cierto es que están causando muchas víctimas civiles.

Muchos habitantes de las zonas que se ubican cerca del frente de combate se están trasladando a barrios más seguros o, al menos, poniendo a las mujeres y niños a salvo. Otros están huyendo de la ciudad.

La mayoría de los vecinos de Taiz proceden de pueblos de la provincia así que ahora muchos están regresando a sus comunidades o trasladándose a provincias más seguras como Ibb, al sur de Saná.

El pasado 26 de mayo un tanque de gasolina fue alcanzado por un misil. El resultado: 184 personas ingresaron con quemaduras graves. 115 tuvieron que ser trasladadas al hospital Al-Thawra y 69 recibieron tratamiento en el Hospital Internacional de Yemen. Según diversas fuentes, la explosión terminó con la vida de 15 personas. Al ser MSF una de las escasas organizaciones humanitarias presentes en Taiz los centros médicos que trataban a los heridos nos pidieron ayuda en forma de suministros médicos. Cuando el equipo de MSF llegó al hospital Al-Thawra, un mortero explotó cerca de las instalaciones y nuestro equipo tuvo que refugiarse en el sótano hasta que terminaron los bombardeos. Por suerte, las explosiones no afectaron al hospital.

Hemos entregado a los hospitales de Taiz tres kits con material médico para tratar a personas con quemaduras graves y 200 bolsas para proporcionar terapia intravenosa. También tenemos previsto facilitar medicamentos a los centros en cuanto nos lleguen aunque no está siendo nada fácil, el conflicto está retrasando, cuando no bloqueando, la llegada de suministros médicos y equipos a las zonas de combates.

Los efectos de la falta de gasolina

La falta de gasolina es un problema grave tanto para nuestros equipos como para los propios yemeníes. No en vano, Yemen importaba antes del conflicto el 90% de los alimentos y del combustible. La consecuencia más inmediata de la falta de gasolina es que está siendo cada vez más complicado trasladar pacientes y suministros médicos.

Por otra parte, para los ciudadanos de a pie resulta muy difícil moverse por la ciudad. Muchos de quienes viven en las zonas de conflicto no pueden llegar a las clínicas para recibir asistencia médica a causa de los enfrentamientos y de la falta de medios de transporte. Incluso aquellos que consiguen llegar a los centros de salud se encuentran con que no funcionan. Al menos doce hospitales de Taiz han tenido que cerrar sus puertas.

La guerra nos enfrenta a todos a una situación fuera de toda normalidad, nadie debería acostumbrarse al sonido de las balas y de los ataques aéreos. Pero tras dos meses en el país, tanto nosotros como los civiles lo estamos haciendo. La población trata de evitar zonas consideradas de riesgo, pero el problema es que los combates pueden empezar de forma repentina y los bombardeos son totalmente impredecibles.

Resulta frustrante facilitar una asistencia que no llega a cubrir las enormes necesidades que un conflicto como el de Yemen está provocando. Estamos haciendo todo lo posible para proporcionar asistencia médica y humanitaria a las personas que sufren.

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