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La Policía defiende que el senegalés tumbado de un porrazo en Lavapiés cayó al suelo porque estaba borracho

La policía deja en el suelo a Arona Diakhate tras tumbarle de un porrazo (Olmo Calvo)

Juan Luis Sánchez

Arona Diakhate estaba en la plaza Nelson Mandela de Lavapiés la noche del 15 de marzo. La plaza estaba tomada por los disturbios y la policía. Un agente se acercó a Diakhate y le pegó un porrazo en la cabeza que le tumbó en menos de un segundo. Lo vieron los testigos y lo vieron decenas de miles de personas cuando un vídeo grabado por un vecino se difundió en redes sociales y en medios de comunicación. Este vídeo.

La Policía asegura meses después que Arona Diakhate “cayó al suelo debido a su estado de embriaguez, y no por los golpes que recibió en partes no lesivas”. Según esta versión, fue “la caída la que le produjo las lesiones leves”. Es la respuesta oficial de la Dirección General de la Policía a una pregunta del Defensor del Pueblo solicitada por el activista Stéphane M. Grueso.

La respuesta oficial de la Policía, que sale en defensa de los agentes denunciados por Diakhate, contiene afirmaciones que no encajan con las imágenes y los datos recopilados en aquel momento por eldiario.es sobre lo sucedido. Repasamos las principales lagunas de su versión con ayuda de algunos fragmentos incluidos en el documento oficial remitido por el Defensor del Pueblo que puede consultarse al final de este artículo.

1. La Policía asegura que Diakhaté recibió los golpes porque se encontraba “en medio del conflicto, amenazando y desobedeciendo las indicaciones y órdenes de los agentes”.

En varios vídeos sobre lo sucedido se aprecia cómo un grupo de policías está en una esquina mientras le llueven objetos desde una parte de la plaza. Comienza la carga policial y el grupo que arrojaba piedras se dispersa. En la imagen se ve entonces a lo lejos a Arona Diakhate junto a una papelera enganchada a una farola, como desconectado de lo que ocurre a su alrededor. Con la plaza ya despejada, la unidad de antidisturbios que cargaba contra otros manifestantes se acerca a él y uno de ellos le golpea. En ningún caso Diakhate muestra una actitud corporal amenazante y no parece que hubiera tiempo para un diálogo o discusión con los agentes, pero es imposible escuchar lo que sucede.

2. La Policía asegura que los golpes se produjeron “en partes no lesivas” del cuerpo.

En las imágenes se ve que uno de los agentes le golpea con la porra al menos dos veces. Una, por debajo de la cintura como marca la recomendación de la Policía Nacional para el uso de porras; y otra, tan por encima de la cintura que le alcanza de lleno en plena cabeza, una zona de alto riesgo para usar material antidisturbios.

3. La Policía asegura que el senegalés “cayó al suelo debido a su estado de embriaguez, y no por los golpes”.

Diakhaté estaba de pie en la plaza, sin aparentes problemas de equilibrio. Solo cayó al suelo tras recibir un golpe en las piernas para desequilibrarle y después otro porrazo en la cabeza.

Sobre si estaba bajo los efectos de mucho alcohol, varias personas del entorno de Arona Diakhate contaron en marzo a eldiario.es que el senegalés tenía problemas recurrentes con la bebida. Era posible que esa noche hubiera bebido y precisamente por eso, argumenta su entorno, era imposible que participara en las carreras y los altercados con actitud agresiva. Estaba, como siempre que bebía, “a su bola en la plaza”, en palabras de una persona de su confianza.

Contestación de la policía al Defensor pueblo por agresión en Lavapiés a Arona Diakhate (queja + contestación) Contestación de la policía al Defensor pueblo por agresión en Lavapiés a Arona Diakhate (queja + contestación) de Stéphane M. Grueso

4. La Policía asegura que “la caída” (y no el golpe) “le produjo las lesiones leves”. Hay varias lagunas en esta afirmación.

La primera laguna evidente es que sin golpes no se habría producido una caída fulminante como la que se aprecia en el vídeo. Tanto si las heridas de Diakhate se deben al golpe de la porra o al golpe de la cabeza en el suelo, el desencadenante fueron los porrazos primero en las piernas y luego en la cabeza.

La segunda laguna es la definición de “herida leve”. Arona Diakhate estuvo ingresado tres días en el hospital por un traumatismo craneoencefálico, con hematomas internos en la cabeza y una brecha que necesitó 15 puntos de sutura. La línea entre lo que es una herida leve o grave es discutible, pero el artículo 147 del Código Penal remarca un agravamiento del delito de lesiones si el herido por una agresión necesita “tratamiento médico o quirúrgico”. Además, hay jurisprudencia clara en el Tribunal Supremo (21 de julio de 2003 y 22 de febrero de 2002), que en sendos autos especifica que “los puntos de sutura”, especialmente cuando son una cantidad alta, deben considerarse “tratamiento quirúrgico” y por tanto esto sirve de “límite diferenciador”, según el Supremo, para un posible delito de lesiones (no lesiones leves), que es la acusación a la que se enfrentan los agentes de policía después de que Arona Diakhate haya llevado su caso a los tribunales.

Interior cita un informe del Samur que demostraría que “las heridas leves” no fueron provocadas por los agentes sino por el suelo. El único documento médico conocido hasta ahora es el informe de ingreso hospitalario publicado en marzo por eldiario.es, donde constaba que la lesión en la cabeza la produce un golpe con “un objeto duro y desconocido”. ¿Una porra? Ese dato nunca llega a quedar por escrito, con lo que nada en el informe médico vincula el caso con unos disturbios o cargas policiales. Queda fuera del radar de la actuación policial en Lavapiés y de hecho la Policía nunca notificó este herido dentro de su parte de heridos del dispositivo, cosa que sí hizo con otras cuatro manifestantes y 16 agentes que necesitaron atención sanitaria.

El propio Samur confirmó a eldiario.es que, aunque atendió a Arona Diakhate aquella noche, la Policía no le explicó las circunstancias de la herida. “Si la policía nos llama para atender a alguien en una comisaría, los médicos hacen su trabajo, no preguntan si el herido sale de Lavapiés”, explicaron fuentes sanitarias a eldiario.es. ¿“En una comisaría”? Ese es el siguiente punto.

5. La Policía asegura que Diakhate “tuvo que ser trasladado por funcionarios policiales a otro lugar más seguro” para protegerle de los disturbios y luego fue derivado al hospital.

Lo que sucede es que, después del golpe, los agentes antidisturbios estiran el cuerpo sobre el suelo y salen corriendo para continuar con las cargas sin asistirle. Se queda solo, sin moverse, durante unos momentos.

Desde la retaguardia del operativo acuden entonces otras unidades de seguridad ciudadana, que no son antidisturbios, ni siquiera llevan casco. Dudan qué hacer. Un grupo más pequeño de manifestantes empieza a tirar piedras desde otro punto para que los agentes sin casco se alejen del cuerpo tendido. Los policías cogen en volandas al herido, que sigue desfallecido tras el golpe en la cabeza, y se lo llevan corriendo de la plaza.

Lo llevaron “a un lugar más seguro”, explica la Policía. Ese lugar es el portal de la esquina, en la calle del Oso. Un vecino se asoma por el hueco de la escalera y graba. Diakhate sigue visiblemente afectado por el golpe, apenas se mueve y la sangre deja pequeños charcos en el suelo. Los agentes no saben qué hacer. A ese momento pertenece este otro vídeo:

Cuando se deciden a salir del portal, no llevan al herido al punto de encuentro con el Samur en la cercana glorieta de Embajadores sino a un lugar mucho más lejano: la comisaría de Policía de la calle Leganitos, a unos 15 minutos en coche desde Lavapiés, según confirmó la Policía a eldiario.es tras la publicación de lo sucedido. No está claro cuánto tiempo estuvo allí ni si ese es el lugar seguro al que se refiere la carta de la Dirección General de la Policía.

La llegada al hospital de Arona Diakhate está registrada a las 23.32h, más de dos horas después de sufrir la contusión en Lavapiés. El senegalés, que también tiene la nacionalidad española después de varios años viviendo en este país, ha presentado una denuncia contra los agentes que está a la espera de respuesta por parte de un juzgado de Madrid.

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