¿Siria, Iraq, Afganistán…? No, hoy debemos hablar de Yemen, aunque parece que poco importan sus 21,2 millones de habitantes afectados por un conflicto que cumple hoy un año y sus 14,4 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria. ¿Acaso estas vidas cuentan menos que otras? ¿Quién se está encargando de silenciar esta crisis? Se trata ya de la crisis humanitaria más grave del mundo respecto a las cifras de personas afectadas por conflicto.
Yemen ya era uno de los países más pobres de Oriente Próximo antes del inicio de las hostilidades y hoy cumple un año desde que comenzó su camino hacia las ruinas. Hoy el país es un auténtico polvorín, una población que pasa hambre, bombardeos como música de fondo y trabajadores humanitarios sin casi financiación que ponen en peligro sus vidas diariamente por llegar a las personas más necesitadas.
Un año hace desde el comienzo del conflicto. Un año que se dice pronto. Un año en el que yo me he cortado el pelo dos veces y he nadado en el mar. Mientras tanto, un país como la mitad de España está siendo masacrada. Millones de personas llevan un año sufriendo día tras día. Un año con sus 365 días, 365 días que pueden pasar sin grandes cambios más allá de la espera del próximo fin de semana, el cambio de hoja de los árboles, el paso de calor a frío y a calor otra vez. Pero para estos 21,2 millones de personas han sido 365 días de sufrimiento, 365 días de miedo, de angustia, 365 días de “ayer no pude comer, veremos hoy”. Y nosotros aquí sin enterarnos de nada.
Muchas personas se preguntarán, si la situación es tan dramática, ¿cómo es que no hay millones de yemenís huyendo del país como sí lo hacen los ciudadanos de otros países en situación parecidas? La población yemení está atrapada. Con el comienzo de las hostilidades, los países fronterizos cerraron sus fronteras a cal y canto, y se estableció un bloqueo de movimiento tanto de bienes como de personas. Miles de yemenís han intentado de huir a Djibouti por mar, pereciendo muchos de ellos en el intento por tratarse de un viaje muy peligroso.
¿No os suena esta historia de algo? ¿No os resulta familiar?
Es urgente que la Comunidad Internacional se movilice para lograr un alto el fuego inmediato y permanente, así como garantizar el acceso de la población civil a alimentos, combustible y suministros médicos evitando el bloqueo al que se ven sometidos. Así como urgente es que se respete el Tratado de Comercio de Armas para que se evite la transferencia de armas a las partes del conflicto.
Además, es responsabilidad de todos que levantemos la mirada por Yemen, la fuerza y la voz.
La población yemení no solo implora el cese de los bombardeos constantes y el acceso a alimentos, sino que se conozca su historia, que no se les olvide. Esto sí está en nuestra mano.
No dejemos que Yemen se convierta en la nueva Siria, silenciada durante años hasta que “el problema” ha llamado a las puertas de Europa.
No dejemos que cumpla un año más. No permitamos que la sombra mediática hunda a este país en el olvido.
Sobre este blog
¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
