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El FMI se convierte en la retaguardia ideológica de la política económica del PP

La jefa de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, durante la rueda de prensa en la que ha presentado las conclusiones preliminares de la revisión anual de la economía española en 2018.

Rodrigo Ponce de León

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dejado claro esta semana su posición ante los intentos de cambio que el Ejecutivo de Pedro Sánchez pretende poner en marcha con su política económica. “El Gobierno tendrá que hacer frente a la presión. El éxito económico de España se debe a las reformas que se emprendieron. Es crucial que se mantenga el espíritu de las reformas”, respondió la jefa de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, ante las preguntas sobre las negociaciones entre Unidos Podemos y el Ejecutivo de Sánchez sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2019.

El Fondo explicita con una claridad absoluta cuál es el principal riesgo interno de la economía española: “A nivel doméstico, los riesgos todavía incluyen las presiones para derogar las reformas”.

Aunque desde el FMI se intenta desvincularse de cualquier filiación política, es evidente el idilio del organismo multilateral con la agenda económica del Partido Popular. Este viernes Cinco Días publicó como el FMI en su informe sobre la economía española en 2012 rebajó y suavizó la situación crítica a la que se enfrentaba el Gobierno de Mariano Rajoy cuando ya había puesto en marcha el rescate financiero.    

Durante los años en los que Rajoy estuvo en la Moncloa era común escuchar a los diputados del PP recordar las loas de la institución dirigida por Christine Lagarde a la gestión económica de la crisis. “Ya pocos pueden discutir que nuestra economía se erige en locomotora de los países avanzados, utilizando palabras del FMI”, defendía la portavoz de Economía del Grupo Popular, Teresa Palmer, en el Congreso “La política de consolidación presupuestaria, la reestructuración del sistema financiero y las reformas estructurales adoptadas conforman”, según Palmer, “elementos esenciales para entender el crecimiento diferencial español”.

Esta semana, Schaechter visito España para explicar las conclusiones del informe del FMI sobre la economía española y reeditar el romance con la política económica que llevó a cabo el PP. “España ha continuado recuperando el terreno perdido durante la crisis con un crecimiento económico que ha generado abundante empleo gracias a las reformas pasadas” abre el documento del organismo multilateral.

“Preservar el espíritu de las reformas”

El FMI insiste en “preservar el espíritu de las reformas del mercado de trabajo” ante la posibilidad de modificar la reforma laboral del PP. “La mayor flexibilidad salarial, introducida con las reformas del mercado de trabajo, ha sustentado la recuperación económica de España, con abundante creación de empleo, y la recuperación de la competitividad. Resulta crucial preservar el espíritu de las reformas, en particular la prevalencia de los convenios colectivos de empresa sobre los sectoriales”.

La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, ha reiterado en continuas ocasiones que el Ejecutivo quiere rescatar el convenio sectorial y devolverle el papel de instrumento de negociación principal, dado el mayor equilibrio que asegura “entre los sujetos negociadores”.

Los avisos de la institución multilateral hacen también hincapié en que “los futuros incrementos salariales deberían seguir al crecimiento de la productividad”. Además, pone en entredicho el acuerdo de subir el salario mínimo interprofesional  a 1.000 euros mensuales “pondrían en peligro las oportunidades de empleo de los menos cualificados y de los jóvenes”, una medida en la mesa de negociación presupuestaria entre el PSOE y Unidos Podemos.

La flexibilidad salarial y la reforma laboral han sido uno de los ejes del argumentario del FMI desde hace lustros. En los años de la crisis durante el Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, el Fondo advertía de que “España saldrá más tarde de la recesión” y exigía al Ejecutivo que acometiera una reforma laboral y “flexibilizar el sistema salarial”. El portavoz del Partido Popular en el Senado, Pío García-Escudero, señalaba entonces que “el informe del FMI es la prueba del algodón de la parálisis del Gobierno”. 

Otro punto de fricción son las pensiones. El FMI defiende que “las reformas pasadas respondieron con medidas apropiadas desde el punto de vista financiero para aliviar la presión sobre el sistema de pensiones” y censura vincular el incremento de las jubilaciones al IPC por Ley: “Las recomendaciones del Pacto de Toledo consistentes en volver a vincular el aumento de las pensiones a un indicador del poder adquisitivo no deberían traducirse en medidas legislativas que no formen parte de un paquete integral”.

El Gobierno ya ha admitido que el incremento de las pensiones según el IPC por ley no se llevará a cabo y al igual que el PP exigió que la reforma del punto 2 del Pacto de Toledo sobre la revalorización de las pensiones se incluyera el párrafo “estudiar (para su posterior análisis y valoración por la Comisión) la posibilidad de utilizar otros índices de revalorización basados, entre otros, en el crecimiento de los salarios, la evolución de la economía o el comportamiento de las cotizaciones a la Seguridad Social”.

El FMI pide, en el mismo sentido que, este “gasto estructural” sea contrarrestado con medidas como “el incremento  de la cotización mínima para los trabajadores autónomos y de los ingresos máximos sujetos a cotización” y elevar la edad de jubilación según “la esperanza de vida”.

Ajustes estructural del 0,5% del PIB: 6.000 millones

El ministerio de Economía dirigido por Nadia Calviño trató de llevarse a su terreno las “recomendaciones” del FMI, especialmente las relacionadas con el respaldo a la estimación del 1,8% de déficit anunciado por el Gobierno para 2019 es crucial y apropiada, pero su departamento pasó por encima que lo que la representante del Fondo valoro realmente: esa cifra supone para España un ajuste estructural del 0,5% del PIB, lo que se traduce en 6.000 millones de euros.

Además Economía destacó que el organismo considera que la economía española mantiene un “tono fuerte” y subrayó que “los analistas del FMI consideran que es necesario reconstituir los colchones fiscales” ante la propuesta de nuevas figuras impositivas que estudia el Ejecutivo de Sánchez.

Aunque el fondo considera que una mayor recaudación fiscal permitiría financiar gastos destinados a rebajar las desigualdades, el objetivo primordial es “reducir el elevado nivel de deuda pública más rápidamente”, un mantra asumido por el PP  y desarrollado con su política de recortes centrado en la reducción del déficit pero sin atacar al fuerte incremento de la desigualdad.

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